Los viajes en tren y en avión dentro de España viven un junio de récord

Nunca un mes de junio se habían hecho tanto viajes de larga distancia en tren ni en avión por dentro de España. Los aeropuertos y las estaciones llevan años viviendo una carrera por el liderazgo de los traslados de interior. Los aviones siguen ganando la partida, pero la distancia se estrecha y no porque los trenes pierdan fuelle, sino porque españoles y extranjeros se han lanzado a viajar por la península y las islas. En junio, los ferrocarriles de larga distancia registraron 3,12 millones de viajeros, más que nunca para ese mes. Los aviones que hacen rutas dentro de España, 3,97 millones, también el récord para ese mes, según se extrae de los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística.

El sexto mes de año ha sido excepcional tanto en los aeropuertos como en las estaciones de ferrocarril de larga distancia. Se han registrado cifras que normalmente solo se habían conseguido en julio y agosto, en plena temporada alta, con el repunte de desplazamientos a las islas y la costa. Para encontrar un mes donde se hayan registrado más viajeros de avión que en junio de 2019, cuando hubo 3,97 millones de usuarios, hay que remontarse a julio de 2008,  cuando se registraron 3,98 millones. En el caso del tren, la clientela de larga distancia superior a la del pasado mes de junio se produjo en julio del 2018, cuando se registró la mejor cifra del tren español de la historia.

Una carrera estrecha desde 2014

El avión fue desde principios de los 2000 el método más habitual en España para recorrer las grandes distancias de interior. En parte, porque con el crecimiento económico y la explosión de las compañías low cost, proliferó la construcción de aeropuertos fuera de las provincias más pobladas. Sin embargo, con la explosión de la burbuja inmobiliaria y la recesión, las ayudas a las aerolíneas dejaron de llegar y los aeropuertos más pequeños perdieron conexiones. Eso, sumado a los problemas que atravesó Iberia (que se dejaron notar con fuerza en Barajas, su gran nicho de mercado) y al desarrollo imparable del AVE en España, hicieron que incluso se produjera varias veces el sorpasso del tren al avión. La primera vez, en diciembre de 2013, cuando hubo 2,2 millones de desplazamientos en tren y 2 millones en avión. Durante seis meses se mantuvo la ventaja de los traslados de interior a favor del tren. Con el verano, ganaron los aeropuertos. Y en 2014 ambos entraron en una carrera muy igualada.

El avión comenzó a recuperar su brío y a hacerse fuerte en 2017, ya con ambos métodos de transporte creciendo con fuerza cada mes. Agosto de 2018 fue el momento de mayor distancia a favor de los aeropuertos, con una ventaja de más de un millón de viajeros. En junio, la brecha a favor de los aviones es de casi 860.000 clientes, pero con ambos ya en récord para ese mes. Dentro de los trenes de larga distancia, el AVE cuenta ya con más de dos millones de viajeros al mes, una barrera que se traspasó por primera vez en mayo.

El tren creció en junio de 2019 un 3,7% en viajeros con respecto al mismo mes de 2018. El avión, el 10%. Si se miran las cifras de todo el primer semestre del año, los ferrocarriles acumulan 16,8 millones de usuarios para recorridos de larga distancia, el mejor semestre de toda la serie histórica. En los aviones, entre enero y junio se han registrado 20,33 millones, el segundo mejor semestre de la serie para los viajes dentro de España, solo superado por el arranque de 2008, con 20,98 millones.

El autobús no está tan en forma

El tercer transporte colectivo para trayectos largos dentro de España no vive un año tan boyante. Aunque en las cortas y medias distancia el autobús es el rey, si se trata de viajes por España de larga distancia su uso se limitó a 1,4 millones de usuarios en junio, un 6% más que el año anterior, pero por debajo de 2017. En su caso, quedan lejos los niveles máximos registrados, ya que la extensión de la alta velocidad ferroviaria y los billetes de avión barato hace tiempo que los relegaron al tercer lugar.

Su mejor verano en la última década —siempre según la serie del INE que arranca en el caso de los autobuses en 2009— lo vivieron hace justo una década, cuando tenían más de 2 millones de clientes al mes. Bajaron los dos años siguientes, y lo peor de la crisis les permitieron remontar un poco, con 1,9 millones de viajeros en 2012. Pero en los últimos años su evolución es más o menos estable, y se mueven en el millón de clientes en temporada baja y cerca de 1,6 millones en pleno verano.