Una década de desapalancamiento empresarial
Ángel Berges analiza las Cuentas Financieras de la Economía Española publicadas por el Banco de España.
Las recientemente publicadas Cuentas Financieras de la Economía Española del Banco de España arrojan algunos resultados interesantes en relación con la estructura financiera de las empresas españolas.
El primer trimestre de 2019, al que se refieren los últimos datos de dichas cuentas recopiladas por el Banco de España, muestran un incremento de la deuda de sociedades no financieras, tanto en términos intertrimestrales, como interanuales, algo que no ocurría desde hace exactamente una década, periodo que ha durado el desapalancamiento empresarial en nuestro país.
Era precisamente en el primer trimestre de 2009 cuando la deuda total de las empresas españolas alcanzaba su máximo nivel, 1,42 billones de euros, de los que el 99% eran préstamos bancarios, y solo un 1% valores emitidos de renta fija. En la década transcurrida desde entonces, la deuda empresarial se ha reducido en 300.000 millones de euros –casi un 30% del PIB- hasta los 1,12 billones de euros a marzo de 2019.
El sesgo bancario sigue existiendo en la deuda financiera de las empresas, con un 95% de esa deuda total, aunque pueda también hacerse una lectura alternativa, en el sentido de que la deuda en forma de valores de renta fija se ha multiplicado por 5, pasando del 1% al 5% (¡escaso consuelo!).
Pero más allá de ese sesgo bancario, que sin duda va a seguir existiendo, lo más relevante es el fortalecimiento de la estructura financiera de las empresas, en la medida en que esa reducción de la deuda ha venido acompañada de un intenso incremento de los recursos propios. Estos, medidos en términos de valor de mercado aproximado –tan solo para las compañías cotizadas dicho valor es observable, para el resto el Banco de España aproxima su valor de mercado por comparables– han registrado un fuerte incremento, desde los 1,29 billones de euros en 2009 (primer trimestre) a los 2,37 billones en el primer trimestre de 2019.
La consecuencia de ambos comportamientos tan divergentes en recursos propios y ajenos es una espectacular mejora en la ratio de endeudamiento empresarial medido en valores de mercado, como recoge el gráfico adjunto. Dicha ratio ha pasado de 1,1 (la deuda superaba a los recursos propios) hace una década, a 0,47 en la actualidad, es decir, los recursos propios más que duplican al endeudamiento actual.
Un saneamiento de esa magnitud coloca a las empresas españolas en una buena posición financiera para asumir nuevos esfuerzos inversores, especialmente en los que son los grandes vectores de impulso para la competitividad empresarial: la transformación tecnológica y la sostenibilidad.
Ángel Berges, vicepresidente de Afi.
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