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Las ventas de ropa caen un 2,3% en 2018 tras cuatro años de crecimiento

También se redujo el empleo y el número de tiendas en un año "tremendamente complicado", según la patronal del comercio textil

Javier Salvatierra
Rebajas en comercios del centro de Sevilla.
Rebajas en comercios del centro de Sevilla.PACO PUENTES

El comercio textil puso fin el año pasado a una racha de crecimiento de cuatro ejercicios consecutivos. Fue "un año tremendamente complicado", en palabras de Eduardo Zamácola, director general de la patronal del sector, Acotex, en el que cayó la facturación, el empleo y el número de tiendas. La climatología adversa, contraria a las tendencias de las colecciones, la incertidumbre respecto a la marcha de la economía están, a juicio de Acotex, detrás de esas cifras declinantes. Sin embargo, 2019 ha comenzado con un tono más optimista.

Según el informe anual de Acotex sobre el comercio textil, las ventas de prendas de vestir y complementos cayeron un 2,27% en 2018 respecto al año anterior, hasta 17.686 millones de euros. Fue la primera caída de las ventas desde 2013, cuando el sector tocó suelo en lo peor de la crisis con 15.850 millones de euros. Desde entonces, había encadenado cuatro años de crecimientos, con tasas de hasta el 7,7% (2015). En todo caso, el sector se ha estancado en cifras muy inferiores a las de antes de la crisis, los 22.406 millones de 2006. "Tras la caída de la crisis, no nos hemos recuperado", ha lamentado Zamácola. También se apreció una caída del gasto en ropa de los hogares, del 2,79%, hasta una media de 1.218 euros.

El año pasado, además, la caída de ventas ha ido acompañada de una caída de la actividad, reflejada en destrucción de empleo y cierre de tiendas. El número de trabajadores dedicados a la venta de moda se redujo un 0,86%, hasta 198.882 trabajadores. De nuevo, es la primera caída del empleo desde 2013. Eduardo Vega-Penichet, secretario de Acotex, la achaca a que los puntos de venta se han reducido a 61.313, 685 (un 1,39%) menos que en 2017. En este caso, el número de tiendas se reduce por segundo año seguido. También influyó en este caso el crecimiento del comercio electrónico de moda, que sigue creciendo y alcanza ya el 8% de la facturación del sector, es decir, unos 1.400 millones de euros.

Con estas cifras, Zamácola ha descrito un año "tremendamente complicado, penalizado sobre todo por unos cinco primeros meses "catastróficos", en los que una meteorología inusualmente fría penalizó las ventas de la temporada de verano. De nuevo, Zamácola llamó a "ordenar" un sector que vende ropa de verano a partir enero y de invierno a partir de julio y que está inmerso en una "insostenible" espiral de promociones y rebajas continuas. "No tiene sentido intentar vender un abrigo en julio", ha afirmado. Este desacople de las colecciones con la meteorología hace que no se vendan en el momento en que se sacan y que luego haya que darles salida con descuento, perjudicando los márgenes de los comerciantes. "Tenemos que encontrar un equilibrio", ha dicho Zamácola, abogando por desplazar las rebajas, por ejemplo, de enero a marzo y de julio a septiembre. Según el director de la patronal, la segunda mitad del año mejoró un poco, con crecimientos en septiembre, octubre y noviembre, pero con una campaña de Navidad también complicada.

El empresario también ha achacado la caída de las ventas de 2018 a otros factores "más coyunturales", como la guerra comercial entre EE UU y China y otras incertidumbres políticas y económicas, o la huelga de taxis de comienzos de este año en Madrid y Barcelona, que "afectó mucho al consumo".

El reparto de las ventas no deparó grandes novedades, manteniéndose las tendencias que se observan desde hace años. Las cadenas especializadas concentraron el 33,9% de las ventas, ocho décimas más que el año anterior. También crecieron los super e hipermercados, cinco décimas, hasta una cuota del 25,1%. Las tiendas multimarca, que en 2000 concentraban el 40% de las ventas, apenas suponían en 2018 el 17,4%, 1,6 puntos menos que en 2017. Los outlet se estancan en el 15,1% de las ventas, y los grandes almacenes, en el 8,5%.

Respecto al 2019, Zamácola se ha declarado optimista y pronostica un crecimiento de las ventas textiles de entre el 3 y el 5%, apoyado en una mayor "estabilidad política y económica". Por el momento, además, el tiempo acompaña, puesto que los cinco primeros meses del año han sido más cálidos que el anterior y se ha vendido mejor la ropa de verano. Por el momento, tras un enero complicado, febrero y marzo fueron "espectaculares", incluso teniendo en cuenta el efecto de la Semana Santa, que este año fue en abril. En el conjunto de los cuatro primeros meses, se ha registrado un crecimiento del 2,1%, "positivo, pero pensábamos que sería más", ha dicho Zamácola.

No obstante, no es tan optimista en cuanto al número de tienda. "Cada vez se ven más carteles de 'se alquila', y eso no es bueno para los barrios", ha dicho. Achaca la tendencia a la estrategia de muchas cadenas de concentrar sus locales en tiendas más grandes y mejor situadas (flagships) y al auge del comercio electrónico. En este sentido anima al sector a repensar las tiendas de modo que tengan un mayor componente experiencial y atraigan más a los consumidores. "En eso está todo el sector", ha dicho.

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