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Tito, el líder de las protestas de los taxistas barceloneses contra las VTC, abandona el volante

La cara visible del sector se convierte en liberado sindical

Alfonso L. Congostrina
Alberto 'Tito' Álvarez, portavoz de Élite Taxi en Barcelona.
Alberto 'Tito' Álvarez, portavoz de Élite Taxi en Barcelona.Joan Sanchez (EL PAÍS)

La cara más visible de los taxistas barceloneses, Alberto ‘Tito’ Álvarez, ha anunciado que abandona el taxi y se convierte en liberado sindical. Álvarez va a dejar de transportar pasajeros para dedicarse “en cuerpo y alma” a la defensa del sector convirtiendo a Élite Taxi en un verdadero lobby y profesionalizando su función de portavoz y líder de la entidad.

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El líder de los taxistas ha hecho el anuncio en el podcast El Avispero con el que se comunica con el resto de sus compañeros: “He tenido ofertas muy serias para presentarme en el Ayuntamiento. Podía estar en el Parlament, de eurodiputado o en presentándome para las elecciones estatales. Le he dado muchas vueltas y he tomado la decisión de quedarme en el taxi porque en un parlamento o congreso puede estar cualquiera, mira los diputados del PP y Ciudadanos. Quiero defender el taxi y los movimientos sociales”.

Élite Taxi pretende profesionalizar la defensa del sector y será el propio Álvarez quien continúe siendo la imagen del colectivo. “A mi edad voy a tener que aprender inglés y francés para ir a Bruselas”, ironiza el taxista. La entidad cobrará a sus afiliados cuotas para mantener así la estructura del lobby de taxistas.

“En los últimos meses me he planteado dejar la lucha porque no puedo darle la dedicación que esto necesita, mantener mi casa, trabajar y estar con mi hijo. Dejo el taxi y me dedico a levantar este proyecto y a la lucha”, ha concluido.

La popularidad de Tito, nacido en Barcelona en 1976, llegó a su punto álgido en julio de 2018 cuando fue la cara visible de la primera plantada de decenas de taxis en el Passeig de Gràcia. Álvarez, a diferencia de sus compañeros, es un asalariado del taxi. Antes había trabajado como soldador, mensajero, camarero, gruista… Se le ha acusado de tener lazos con los Boixos Nois y ha confesado que en un golpe de mala suerte llegó a dormir varios días en cajeros.

El último día de la huelga de los taxistas en Barcelona dimitió como portavoz del comité de huelga después de comprobar como algunos de sus compañeros intentaban boicotear una asamblea para continuar con la protesta y no aceptar los acuerdos alcanzados con la Generalitat. Al final, la opción de Tito ganó y los taxistas desconvocaron la protesta.

Pero al líder de los taxistas le persigue la polémica. Días después de levantar la protesta de la capital catalana se trasladó a Madrid para apoyar a sus compañeros de la capital del Estado. En un WhatsApp remitido a la prensa aseguró: “Cómo puede ser que un ministro de izquierdas, y según ha declarado, gay (en referencia al titular de Interior Fernando Grande-Marlaska) mande a la policía a reprimir al pueblo. Mandan a unos trabajadores a reprimir a otros trabajadores”.

El taxista fue uno de los líderes que sujetaban la pancarta de la gran manifestación que el pasado 21 de febrero concentró a miles de personas en la capital catalana en contra del juicio a los líderes independentistas. Álvarez en varias ocasiones ha asegurado que participó en el referéndum del 1 de octubre de 2017 aunque votó en contra de la independencia.

 

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