Bill Ready (PayPal): “El comercio global ha fracasado en el reparto de las ganancias”
Desde su paso por la Universidad, Bill Ready (Fort Knox, 39 años) ha estado ligado a la informática y a las finanzas. Y eso que, con una infancia en el Kentucky rural donde ayudaba a su padre a reparar coches, no aprendió a manejar un ordenador hasta entonces. Llegó a PayPal hace menos de seis años, cuando la plataforma de pagos compró dos empresas que él dirigía por 800 millones de dólares. Ahora es el responsable de operaciones de la compañía. La revista Fortune le ha incluido durante varias ediciones en la lista de los menores de 40 años a los que hay que seguir. El encuentro con Negocios se produce en Davos, Suiza, en uno de los locales que las grandes empresas alquilan durante la celebración del Foro Económico Mundial.
Pregunta. ¿Teme que el impacto de la guerra comercial y tecnológica que está teniendo lugar entre Estados Unidos y China acabe afectando a su negocio?
Respuesta. El comercio global ha tenido enormes beneficios para mucha gente pero ha fracasado claramente en el reparto de esas ganancias. Nuestro interés en democratizar el acceso a ese comercio global permite que más gente se beneficie, precisamente, de ello. Frente a quienes piensan que solo las multinacionales se benefician de la globalización, nosotros permitimos que pequeños negocios se unan a esa corriente. Y no es una cosa pequeña porque son esos proyectos los que crean más de la mitad del empleo en todo el mundo.
P. ¿Hacen negocios en China?
R. No tenemos negocio en China, propiamente dicho. Facilitamos muchas operaciones transfronterizas, de gente que compra o vende productos chinos. Ahí sí vemos un importante nicho de mercado. Incluso aunque haya una cierta incertidumbre sobre la política comercial.
P. El Foro de Davos planteaba este año el tema de la Globalización 4.0 en un entorno en el que surgen muchas dudas sobre su futuro, precisamente por el lado de la tecnología
R. La tecnología está teniendo un gran impacto en todo el mundo. Para muchos es muy positiva mientras que otros muchos luchan por adaptarse. Nuestro objetivo es democratizar el acceso a la economía digital. Los pequeños negocios luchan por competir con las grandes compañías y, en cuanto a los consumidores, unos cuantos tienen mayor acceso a la economía digital y a los servicios financieros y otros no. Nuestro propósito es que todos ellos tengan margen para competir y que los consumidores tengan mayor capacidad de decisión sobre su capacidad de compra y sus finanzas.
“Nuestros clientes no comparten sus datos entre ellos y nosotros, tampoco”
“Bien visto, nosotros estamos en el mismo bando que los reguladores”
P. Gran parte del temor hacia la economía digital viene por la amenaza para el empleo.
R. Acabamos de publicar un informe que asegura que el 90% del crecimiento del empleo en EE UU en los últimos diez años se ha producido en empleos alternativos. Eso incluye a los freelancers, autónomos y pequeños empresarios. En Europa la tendencia es parecida. El tipo de servicios financieros que ofreces a esas personas es muy diferente del tradicional, son gente con unos ingresos variables, que no tienen una paga semanal o quincenal fija. Hay que adaptarse al nuevo entorno.
P. ¿Cómo se enfrenta la compañía a la preocupación por la privacidad?
R. Nosotros conectamos a compradores y vendedores y controlamos todo el proceso de principio a fin. Eso ofrece una garantía por el lado del tipo de cambio, que no varía a lo largo de la transacción, pero también por el lado de la privacidad. Nuestros clientes no comparten sus datos entre ellos y nosotros, tampoco.
P. Otras empresas también decían proteger la privacidad de los usuarios y….
R. En la esencia del negocio de PayPal está precisamente el ofrecer garantías de compra y venta a los usuarios en los más de 200 mercados en los que operamos. Nosotros no hacemos ningún tipo de negocio con sus datos, ¡esa es la razón por la que utilizan PayPal! Creo, además, que hacia ahí es a donde deben dirigirse los servicios, a garantizar la absoluta privacidad de los datos de los consumidores y a que ellos controlen cualquier tipo de dato que se comparta con terceros.
P. ¿Cuál es su relación con los reguladores ahora que se están imponiendo límites en este sentido?
R. Bien visto, nosotros estamos en el mismo bando que los reguladores. Los dos queremos proteger los datos de los usuarios, es la clave de nuestro negocio. Y no solo eso, para nosotros es una fuente de negocio. En la economía digital si de pronto quieres comprar algo de alguien que encuentras en una red social, la garantía de ese pago y de esa transacción te la damos nosotros. Si el 40%, o más, de los empleos actuales se pueden ver afectados por la inteligencia artificial o por tecnologías que cambien cómo hacemos hoy las cosas, eso representa una enorme oportunidad de nuevos servicios a los usuarios, desde cómo adquirir nuevas habilidades o nuevas formas de hacer negocios pero los consumidores deben tener garantías sobre esos nuevos medios. Y la clave ahí es la privacidad.
P. ¿No sería necesario abordar eso desde una óptica multilateral o supranacional?
R. Yo creo que hay ya buenos ejemplos de ello, como el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (GDPR, en sus siglas en inglés), que representa un esfuerzo coordinado para abordar estos temas que no ayuda solo a los consumidores sino al conjunto del sistema empresarial, que le permite adaptarse mejor y tener un mayor alcance.
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