El Estado paralizó inversiones por 10.910 millones en el ferrocarril en la última década
Las líneas de vía única de la red convencional se ven afectadas por el alto número de incidencias
Las inversiones públicas destinadas a las infraestructuras ferroviarias han sufrido un doble calvario en la última década por los efectos de la crisis. Los sucesivos Gobiernos del PP no dudaron en dar un amplio tijeretazo a esa partida en los Presupuestos Generales del Estado para atender a otras necesidades más urgentes de carácter social como las pensiones o el gasto en desempleo. Pero además de reducir esa partida, el Ministerio de Fomento y sus sociedades públicas dependientes incumplieron esos Presupuestos ejecutando solo una parte de las partidas comprometidas hasta llegar al extremo en el año 2016, en el que apenas se gastó un tercio de la inversión. Una práctica que se ha arrastrado hasta hoy.
A consecuencia de ello, desde 2009 el Estado ha dejado de invertir 10.910 millones de euros en el ferrocarril pese a que esas partidas estaban consignadas en sus cuentas anuales. Es decir, que en los últimos diez años el ferrocarril ha padecido dos recortes en uno: bajo presupuesto e incumplimiento en la ejecución del mismo
La inversión presupuestada en ferrocarril del Adif, la sociedad encargada de las infraestructuras ferroviarias, no ha parado de descender, según las cifras oficiales a las que ha tenido acceso este diario. En 2008 se consignaron en los Presupuestos Generales del Estado 3.774,6 millones de euros para infraestructuras ferroviarias, una cantidad superior a la presupuestada en 2018, que fue de 3.583 millones y muy lejos de los 5.160 millones que marcaron récord presupuestado en 2010.
Con todo, el principal escollo no ha sido ese fuerte recorte presupuestario sino el posterior desinterés de los anteriores responsables del Ministerio de Fomento y de Adif de los Gobiernos de Rajoy por llevar a cabo efectivamente esas inversiones. De esta forma, se ha pasado de una situación en los años anteriores a lo peor de la crisis, en los que se invertía incluso por encima de lo presupuestado a unos últimos ejercicios en los que ni siquiera se ha ejecutado la mitad de las inversiones.
Así en 2008, se invirtieron en mejorar las vías del ferrocarril 4.350 millones de euros, un 115,2% sobre el presupuesto. Al año siguiente, también se sobrepasó lo consignado, un 109,6%, hasta los 4.778,7 millones de euros. La situación se ha dado la vuelta tras la crisis. Desde 2011, el último ejercicio en el que se cumplieron las cuentas, la ejecución presupuestaria ha caído en picado. En 2012, se ejecutó un 88,3%; un 60,2% en 2013; un 74,5% en 2014 y un 53,4% en 2015. Aunque el récord se marcó en 2016: de los 4.072 millones que se presupuestaron para infraestructuras ferroviarias, solo se gastaron efectivamente 1.374 millones. Dos de cada tres euros para inversión ferroviaria revirtieron a las huchas del Estado ese año.
La situación no mejoró mucho en 2018, en el que se gastó menos de la mitad del presupuesto hasta los 1.739 millones, un 48,5% de lo consignado. Los nuevos gestores de Adif quieren dar la vuelta a esta situación. La presidenta de la sociedad pública, Isabel Pardo de Vera, presentó la pasada semana en el Congreso de los Diputados sus presupuestos cuya inversión conjunta asciende hasta los 4.904 millones de euros, de los que 2.244 se destinarán a la mejora y renovación de la red convencional de Cercanías y Media Distancia y 2.660 millones al AVE. A esta inversión se suman 850 millones destinados a gastos de mantenimiento.
Cuatro líneas con muchas incidencias
La escasa inversión se ha visto reflejada en el elevado número de incidencias que se produce sobre todo en la red de Media Distancia que usan los trenes regionales. Estas incidencias van desde siniestros graves como descarrilamientos, arrollamientos en pasos a nivel o colisiones hasta sucesos menores como fallos en la señalización, interrupción del tráfico por desprendimientos o causas meteorológicas. También incluye las incidencias por fallos en los trenes de Renfe.
Las líneas con mayores incidencias son aquellas con vía única de ancho ibérico que aún no están desdobladas para permitir el tráfico simultáneo en ambos sentidos. Entre otras, este diario ha elegido cuatro de las más conflictivas y en las mismas se observa un alto nivel de incidencias que permanece casi invariable a lo largo de los años coincidiendo con la desidia inversora: Madrid-Soria, Coruña-Ferrol, Sagunto-Zaragoza-Teruel y las conexiones con Murcia.
La línea Madrid-Soria tiene un nivel de incidencias anual de en torno a las 850 de media. Su principal problema está en el tramo de vía única sin electrificar de 93,9 kilómetros entre Torralba y Soria, en el que en los últimos años se han llevado a cabo solo diversas tareas de rehabilitación de vía.
La renovación de la línea A Coruña y Ferrol, 70 kilómetros de vía única de ancho ibérico sin electrificar, se encuentra actualmente en fase de análisis por lo que no se pueden concretar las actuaciones que la conforman porque no están aún definidas, según el Adif. Esa falta de proyecto se refleja en las últimas cifras de 2017 con un gasto de 1,25 millones de euros, la mayor parte del cual fue para mantenimiento (1,10 millones).
La construcción del tramo de 65 kilómetros de alta velocidad entre Monforte del Cid y Murcia está provocando un alto de nivel de incidencias (1.383 solo en 2018) en las conexiones por líneas convencionales a la capital murciana. El acceso se hace por vía única de ancho mixto (fase provisional previa al soterramiento) que transcurre en un pasillo provisional de ancho mixto paralelo a la traza definitiva. A finales de julio de 2018 se puso en servicio la vía provisional para Cercanías, Mercancías y Largo Recorrido (las circulaciones actuales) en ancho ibérico. Esto permite liberar la vía actual en gran parte de la obra en ejecución y continuar con el soterramiento de entrada a Murcia. Está prevista la puesta en servicio hasta Orihuela en el verano de 2019. La finalización de los trabajos hasta Murcia con entrada soterrada está prevista con un horizonte de 2020.
En la línea Sagunto-Teruel-Zaragoza, de 315 kilómetros de vía única sin electrificar, apenas se han invertido tres millones de euros en los últimos años pese a su longitud. El Ministerio de Fomento está trabajando en un Plan Integral de mejora de la línea (2017-2022) que prevé una inversión de 386,8 millones de euros (IVA incluido).
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