Cinco derechos a los que no tienes que renunciar en las rebajas… y tres consejos
¿Cómo se calcula un descuento y qué garantía tienen los productos rebajados? Aclara estas y otras dudas con la ayuda de los expertos
Las rebajas ya no son lo que eran. Pero aunque la liberalización de los períodos de descuentos hace que cada comercio pueda exponer el cartel de precios rebajados en cualquier momento del año, muchas tiendas lo han hecho siguiendo la tradición, al empezar la primera campaña del año después de Reyes, el pasado 7 de enero. No obstante, la primera valoración de la Confederación Española del Comercio (CEC) tras los primeros días es que estas rebajas se presentan tibias, por la dilatación de la época de descuentos en muchos momentos del año, incluso antes de Navidad. De hecho, un evento importado de Estados Unidos, los descuentos que se aplican en casi todas las categorías de productos y servicios alrededor del penúltimo viernes de noviembre (el llamado Black Friday) ya fagocita a la misma campaña de ventas navideñas.
En cualquier momento el consumidor decida participar a un evento comercial que prevé la venta de productos a precios rebajados, sus derechos no se recortan, afirman desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Estas son cinco prerrogativas a las que no debería renunciar y tres consejos que puede aplicar a la hora de comprar en las rebajas.
Tus derechos
El precio anterior. La Ley de ordenación del comercio minorista establece que, “siempre que se oferten artículos con reducción de precio, deberá figurar con claridad, en cada uno de ellos, el precio anterior junto con el precio reducido”. Pero no vale con cualquier precio que haya tenido un determinado producto con anterioridad, sino que este debe ser “el menor que hubiese sido aplicado sobre productos idénticos en los 30 días precedentes”. Por ello, intenta fijarte en el precio del producto que quieres adquirir desde un mes antes de que empiecen las rebajas, y exige que se aplique la normativa.
La etiqueta. Averigua que, al lado del precio rebajado, sigue apareciendo el original. O, en alternativa, que se indique con claridad el porcentaje del descuento que se aplicará al primer precio. Si no fuera así, es tu derecho preguntar por el precio más bajo que el artículo que te interesa ha tenido en los últimos 30 días.
Las condiciones especiales. En período de rebajas, hay tiendas que suelen imponer limitaciones en el la aceptación del pago con tarjeta, por ejemplo, o en las devoluciones. Esta práctica “está permitida”, admite la portavoz de la OCU, Ileana Izverniceanu, “pero estas condiciones deben estar claramente indicadas, y en un lugar visible para el consumidor”. ¿No es este el caso? Señálalo.
La garantía. Una de las condiciones que no pueden variar cuando un producto se venda con un precio rebajado es la caducidad de su garantía: dos años para artículos nuevos y uno para los de segunda mano. “Las garantías legales son iguales durante las rebajas o fuera de esa temporada”, recalca Izverniceanu. Demanda que así sea.
Los fraudes. Si estás teniendo algún problema o te estás dando cuenta de que intentan timarte, no agaches la cabeza: el hecho de que estés comprando un producto que lleva un descuento no impide que ante una estafa reacciones como en cualquier otro momento. “El buen comprador de rebajas no se resigna”, insiste Izverniceanu. De esta forma, “si no consigue llegar a un acuerdo amistoso, debe solicitar la hoja de reclamaciones y plasmar su queja en ella”. Y recuerda: es obligatorio que cada establecimiento cuente con hojas de reclamación a disposición de sus clientes.
Unos consejos
La lista. El 33% de los españoles reconoce que compra por impulso cosas que no necesita y el 27% asegura que muchas veces adquiere objetos y servicios que no puede permitirse. De una encuesta de Kruk, un grupo de empresas que se dedican al cobro de deudas, se desprende que los más endeudados son también los consumidores menos precavidos. El 39% de los que no tienen ninguna deuda compra solo lo que había planificado con antelación. Por el contrario, solo el 25% de los que tienen que pagar unas letras logran hacerlo.
Por ello, “realizar una compra meditada y acorde a lo que podemos permitirnos nos facilitará mantener la economía de nuestro hogar saneada”, destaca la directora de desarrollo de negocio de Kruk, Ana Suárez. Para alcanzar este objetivo, nada mejor que redactar una lista de los que se necesita, según la OCU. “Pensar en lo que nos hace falta antes de salir de tiendas es una buena manera de evitar compras compulsivas”, señala Izverniceanu.
El tique. Es fundamental conservar el recibo de las compras. Sin él, se pierde el derecho a cambiar o devolver los productos, o a reclamar tras la compra.
El arbitraje. Si el primer intento de acuerdo con el comerciante fracasa y todo se tuerce, el usuario puede acudir al llamado sistema de arbitraje de consumo. “Es un instrumento habilitado por la Administración Pública para reclamar en materia de consumo y resolver conflictos”, explica Izverniceanu, “y consta de un procedimiento gratuito, que suele resolverse en unos seis meses”. Por ello, la OCU aconseja elegir establecimientos adheridos a este sistema, en la medida de lo posible. El inconveniente es que consumidor y empresa tienen que acudir a él de forma voluntaria. Si el comercio no lo hace, el último recurso será la vía judicial.
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