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Anticorrupción investiga si Bankia compensó a Mapfre por su salida a Bolsa

La aseguradora fue uno de los principales inversores institucionales en el estreno del banco en el parqué, una operación con la que perdió más de 250 millones

Un viandante pasa ante un cajero de Bankia en Madrid.
Un viandante pasa ante un cajero de Bankia en Madrid.VÍCTOR SAINZ

La Fiscalía Anticorrupción ha abierto diligencias con el doble fin de investigar el presunto ocultamiento de pasivos por 904 millones de euros en los estados financieros de la entidad correspondientes a 2011, y aclarar si hubo una compensación bajo cuerda en 2014 a Mapfre. La aseguradora fue el principal inversor institucional privado, con pérdidas de más de 250 millones de euros, en la salida de Bankia a Bolsa el 20 de junio de 2011. Las diligencias no están dirigidas, de momento, contra nadie en particular y fuentes de Bankia rechazan cualquier trato de favor a Mapfre.

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La operación fue aflorada en un informe con fecha en 14 de noviembre de 2018 elaborado por el fuera perito judicial durante la instrucción del caso de la salida a Bolsa de Bankia, el inspector del Banco de España Antonio Busquets. Este ya había abordado el asunto en otro informe de 30 de marzo de 2016.

El nuevo informe, cuestionado por Bankia y las defensas de los acusados, fue inadmitido por el tribunal del juicio oral en la tramitación de las cuestiones previas, el pasado 8 de enero. Pero basándose  en el mismo, la Fiscalía ha abierto una investigación, las diligencias 36/2018, en las cuales Busquets ha sido declarado perito. La punta del ovillo: una reclamación contra Bancaja y Bankia que mantenía la aseguradora británica Aviva y su posible impacto en las cuentas del grupo Bankia.

Bankia, según Busquets, “ofreció en el folleto de la Oferta Pública de Suscripción de acciones información incompleta, al no revelar el importe de la reclamación, de 904 millones, e incorrecta, al indicar que no tendría un impacto material adverso en la situación financiera del grupo Bankia puesto que superaba ampliamente el límite de materialidad a efectos de la fiabilidad de la información financiera”. La empresa auditora, Deloitte, precisamente, fijaba dicho umbral para ajustes con efecto en la cuenta de resultados en 300 millones de euros.

Por tanto, la reclamación de Aviva debía haberse registrado como pasivo con su pérdida correspondiente en los estados financieros a 31 de marzo de 2011, con los que Bankia salió a Bolsa, y a 30 de junio de 2011.

Esa reclamación tenía su origen en un acuerdo entre Aviva y Bancaja en el año 2000 para que la entidad española distribuyera seguros en exclusiva a través de su red de sucursales. Para ello Bancaja vendió a Aviva el 50% del capital de la Aseguradora Valenciana S.A. (Aseval) -que se encargaría de gestionar el negocio- por un total de 376,12 millones de euros pagados en tres plazos. Si el pacto de exclusividad (las oficinas de Bancaja no podían vender seguros de otras compañías) se incumplía, Bancaja recompraría a Aviva el 50% de Aseval al precio de 904 millones.

La fusión de Bancaja con otras seis cajas en Bankia activó la demanda. El 10 de junio de 2011, diez días antes de la salida a Bolsa del nuevo banco, la empresa británica solicitó un laudo arbitral ante la corte de la Cámara de Comercio de Madrid contra Bancaja y Bankia. Exigía los 904 millones por el 50% de Aseval. El 18 de diciembre de 2012 el laudo se cerró con acuerdo: Bankia compraba el 23 de abril de 2013 el 50% de Aseval por 608,2 millones de euros.

Según las notas de las cuentas anuales de Bankia, se trataba de una “operación en interrupción”, lo que en la jerga significa comprar para vender. Bankia, a pesar de la pérdida que supuso hacer frente al laudo arbitral, registró un fondo de comercio “implícito” de 205 millones de euros, cuando, además, Aseval estaba destinada a ser vendida.

Unos meses más tarde, el 31 de enero de 2014, Bankia pactó con Mapfre venderle el 50% de Aseval, incluyendo el 50% de la sociedad Laietana Vida, por el precio de 147 millones de euros, operación que se firmó el 30 de octubre de 2014. Esto es: con una diferencia sustancial, entre los 608,2 millones pagados a Aviva y los 147 millones cobrados a Mapfre.

Mapfre es el inversor del tramo institucional que más perdió al invertir en la salida a Bolsa de Bankia y, a diferencia de otros, no presentó demanda alguna en los tribunales. El perito Busquets apunta que la diferencia “podría entrañar algún tipo de compensación por las eventuales pérdidas registradas en la Oferta Pública de Suscripción de acciones de Bankia”.

Fuentes de Bankia consultadas por este periódico señalan que no ven con preocupación las investigaciones que puedan emprenderse sobre esta operación.

“Lo que compramos a Aviva no es lo mismo que vendimos a Mapfre. En primer término, nos quedamos con la gestora de las pensiones y no se incluyó en la venta a Mapfre. Por otra parte, la estructura de las comisiones acordadas con Mapfre prácticamente se ha cuatriplicado respecto de la estructura anterior”, señaló un portavoz de la entidad. “Si solo se miran los precios hay una gran diferencia pero la operación es completamente distinta. En la compra los precios son muy elevados y las comisiones resultan pequeñas; en la venta, los precios son reducidos, pero las comisiones se multiplican por cuatro”, enfatizó.

Con todo, esta explicación no figura en las cuentas anuales como justificación de la diferencia de precios.

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