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Entrevista Gabriel Escarrer, vicepresidente y consejero delegado de Meliá Hotels

“Un Brexit duro sería catastrófico para el turismo”

Escarrer cree que España no podría afrontar una baja del 20% en la llegada de británicos

Carmen Sánchez-Silva
Grabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá Hotels.
Grabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá Hotels.Tolo Ramón

Este mallorquín de 48 años al que su padre ya ha traspasado todos los poderes en la mayor cadena hotelera española tiene la agenda más ocupada cada día. Recién nombrado presidente de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), el lobby de las grandes empresas del sector, Gabriel Escarrer espera un año de estabilización del turismo y unos mejores resultados para Meliá que los de 2018. La semana que viene acudirá a la feria Fitur para presentar “la primera habitación inteligente”, donde el cliente tendrá un asistente por voz para satisfacer cualquier petición, una televisión interactiva conectada a la Red y un panel inteligente con todos los servicios del hotel.

Pregunta. El mercado turístico se ralentiza en España por el despertar de destinos competidores más baratos. ¿Cómo va a responder la industria ante estas peores perspectivas?

Respuesta. Más que peores perspectivas, diría que es volver a una situación de estabilidad. Lo que hemos vivido en los últimos cinco años, pasar de 60 a 82 millones de visitantes, no era sostenible. Y de continuar, habría generado una burbuja en el sector. En 2018 los turistas extranjeros han aumentado un 0,9%, y el dispendio por visitante, un 3%, que es lo que más importa. Vamos en la dirección correcta. Llevamos tres años siendo el país más competitivo del mundo. Y ahora deberíamos aspirar a crecimientos de visitantes muy limitados, de hasta el 1%, y apostar por elevar el gasto.

“Si hubieran continuado los grandes crecimientos de los últimos cinco años se hubiera generado una burbuja”

P. Pero ante una economía que empeora parece difícil subir ese 3%.

R. Va a costar más elevar el gasto porque la desaceleración va a hacer que el cliente sea más sensible al precio. Pero es la única forma. El sector ha realizado unas inversiones muy cuantiosas para mejorar la calidad de la oferta. No sé si el 3%, pero sí que esa mejora nos da una ventaja competitiva.

P. ¿Cómo cree que va a afectar el Brexit al negocio teniendo en cuenta que los británicos son los principales clientes?

R. Espero que el escenario no sea un Brexit duro. De los 82 millones de turistas que nos visitan, 18 millones son británicos. Son los clientes número uno desde hace 60 años. Sería muy difícil suplirlos. Tenemos un plan de contingencia con dos escenarios, duro y suave.

P. ¿Y qué pasaría con el duro?

R. Si la entrada de británicos cae un 20%, 3,6 millones, el país no lo podría afrontar. Una posible devaluación de la libra sería catastrófica. Pero soy optimista y no creo que llegue esta situación. Pero estamos mirando mercados alternativos como Alemania, Francia, Italia, Centroeuropa y Europa del Este, Rusia, Polonia… Y también al mercado nacional, que se comporta bien pese a los indicios de desaceleración.

P. ¿Cómo cree que será 2019, qué previsiones manejan?

R. Nuestras impresiones son positivas. Hay mayor optimismo con el segmento urbano que en el vacacional. Madrid va a tener un año muy bueno en congresos y con la final de la Champions. Y en Cataluña no pensamos llegar a los ingresos por habitación (Revpar) de 2017 porque sería irreal. El Revpar ha caído el 20% en 2018, ha sido un tsunami para el turismo. Ahora empieza a haber cierta estabilidad política y las previsiones apuntan a que no habrá nuevas caídas. Pero quien se aventure a dar estimaciones numéricas, sabiendo la incertidumbre política y económica que hay, probablemente no acertará. Esperamos un ligero crecimiento porque se han hecho los deberes y se ha mejorado muchísimo la oferta turística desde 2013.

P. Huracanes, impacto del dólar, de Cataluña, Venezuela… Dicen los analistas que los resultados de Meliá en 2018 son descafeinados.

R. No sé si descafeinados, pero sí hemos tenido la tormenta perfecta. En los primeros nueve meses del año vamos por encima de 2017, pero lejos de lo que preveíamos antes de esos acontecimientos. [En 2017 la empresa ganó 128,7 millones tras unos ingresos de 1.885 millones de euros].

P. ¿Y cree que solo se debe a eso el gran castigo que están sufriendo en Bolsa?

"Cuando las cosas vienen mal dadas, toto el mundo mira a la gallina de los huevos de oro para imponer tasas"

R. Esta semana he visto a 27 inversores y el consenso es que la compañía está extremadamente penalizada. Nuestros fundamentales son muy buenos y no entienden qué ha pasado. Nuestro peso de estadounidenses en el free float era el más alto del Ibex, y el inversor de EE UU, cuando ve nubarrones, es el primero en plegar velas. Puede ser una explicación porque Meliá es el valor del Ibex con más recomendaciones de compra.

P. El sector hotelero no deja de concentrarse. HNN, Accor, Hyatt, Minor, InterContinental… ¿Qué va a hacer Meliá?

R. Frente a un movimiento de consolidación del sector, que es positivo, España debería desempeñar un papel más activo. El sector representa más del 12% del PIB y solo tiene dos compañías en Bolsa. Tiene que haber mayores jugadores para ganar competitividad y notoriedad. Meliá seguirá especializándose más en vacacional y en hoteles urbanos con componente de ocio. No podemos competir en negocios con Marriott, Hyatt o ­Accor. Nuestra fórmula es especializarnos. Incorporamos 27 o 28 hoteles a la cartera cada año, lo que supone abrir un hotel cada dos semanas; no podríamos digerir un aumento de este ritmo. Si hubiera alguna oportunidad en el segmento vacacional, la miraríamos.

P. ¿Qué tal su apuesta por Asia?

R. Es una de mis obsesiones. Donde podemos extrapolar el éxito de Meliá, que se debe a la clase media que afloró en Europa en la década de los sesenta y luego en EE UU. Podemos replicar el modelo en Asia, donde cada año hay más de 50 millones de incorporaciones a la clase media. Y donde hemos pasado de 5 a 56 establecimientos en seis años. Para ser líder en el negocio vacacional tienes que serlo en el Mediterráneo, donde ya lo somos en muchos países; en el Caribe, donde lo somos en el mercado hispanohablante y el anglosajón, y en Asia, donde en tres o cuatro años seremos líderes. El 92% de la población mundial pasa sus vacaciones en estas tres áreas.

P. ¿Y cómo afrontan la creciente turismofobia?

R. Todos somos culpables de ella y del desmadre que ha habido por la falta de regulación del alquiler turístico. Entre 2014 y 2017 la oferta reglada apenas ha crecido un 3% y el aumento de turistas ha sido del 25%; hemos creado más planta ilegal de alojamientos que reglada. Y esto se tiene que acotar y regular. Se ha modificado la Ley de Arrendamientos Urbanos, pero en Baleares el 90% de la oferta de muchos portales es ilegal.

P. ¿No es exagerado culpar solo a los alojamientos turísticos?

R. En 2014 no había turismofobia y los únicos fenómenos nuevos en el sector son los alojamientos turísticos y los cruceros, que lo han distorsionado, no hemos sabido controlarlos a tiempo y ahora lo estamos pagando. El Gobierno debería tomar medidas.

P. ¿Será uno de los objetivos al frente de Exceltur?

R. Me propongo seis objetivos: mejorar la promoción, la reconversión de destinos pioneros, la digitalización del sector, mejoras laborales, también en la colaboración público-privada, y minimizar las tasas y la presión fiscal.

P. Mal momento cuando se avecina una subida impositiva.

R. Sí, porque, cuando las cosas van mal dadas, todo el mundo mira a la gallina de los huevos de oro e impone tasas que restan competitividad al sector.

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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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