Los frutos secos más viajeros
La almeriense Calconut, que facturó 121 millones de euros en 2017, vende el 80% de sus productos fuera y cuenta con una app que agiliza la comercialización
El empresario Juan Luis Peregrín lleva décadas ligado al mundo de los frutos secos. Tras la Guerra Civil, su abuelo puso en marcha la primera descascaradora de almendras del levante almeriense. “Recuerdo que era un trabajo muy laborioso, duro, bastante físico… Cómo mojaban la almendra con palas, cómo cargaban los sacos…, eran muchas horas de trabajo, de llegar tarde a casa”, rememora. Más de medio siglo después, y tras trabajar en las empresas familiares, Peregrín decidió dar el salto y crear Calconut, una comercializadora de frutos secos, frutas desecadas y especias que en 2017 facturó 121 millones de euros y obtuvo un resultado neto de 1,1 millones, según Informa. “Somos una empresa tecnológica, no agroalimentaria. Lo que hacemos con los frutos secos también podríamos hacerlo con otras materias primas no perecederas”, explica.
Con sede en Pulpí (Almería), Calconut está presente en Valencia, Melilla, Orán (Argelia) y, desde hace poco, en Lima (Perú). Transporta por mar 2.000 contenedores al año por estas zonas con unas 40.000 toneladas de frutos secos. “No somos productores, compramos la mercancía y la transformamos, le damos valor añadido y la volvemos a vender. La mayor parte entra por ultramar a través del puerto de Valencia. Y una vez transformada, vuelve a salir por ahí”, dice el consejero delegado antes de poner como ejemplo el trabajo que hacen con la almendra: “Es el producto al que damos mayor valor añadido. Le quitamos la piel y la dejamos repelada. Luego la salamos o la tostamos. También hacemos harina, granitos, bastones o láminas con los milímetros que nos pida el cliente”.
Según Peregrín, su compañía tiene una estructura similar a la de las californianas. “En mis continuos viajes a California, el mayor productor del mundo de almendras, observé cómo comercializaban, producían y desarrollaban el negocio sus empresas y las tomé como ejemplo”, aunque “toda idea inicial va mutando según las situaciones del mercado y otros factores”.
En los primeros años, las almendras (procedentes de California, España y Australia) representaban el 100% del volumen de negocio de Calconut. “Hoy son el 70% y nuestro objetivo es que en los próximos años sean el 50%”, prevé. Actualmente Calconut vende pistachos (procedentes de California, Irán y España), nueces (de California, Chile y Ucrania), anacardos (de Vietnam e India), pimienta negra (India) y coco (Sri Lanka). “También hemos comenzado a comercializar higos de Turquía”, dice.
Precio diario
Peregrín resalta el carácter tecnológico de Calconut, que viene marcado por iniciativas como una aplicación (app) puesta en marcha para que tanto el público como sus clientes puedan consultar “información detallada, permanente y constante” del sector y de la empresa. “Pueden conocer al minuto el precio diario de mercado de los productos, cuál es nuestra mercancía disponible en cada momento, ver vídeos de los artículos listos para entrega inmediata… Es un sistema abierto. Estos pequeños avances tecnológicos nos diferencian del resto de competidores mundiales y nos permiten desarrollar nuestra actividad con celeridad”, afirma. “Trabajamos para tener mercancía siempre disponible y poder entregarla en el menor tiempo posible. Nuestro eslogan es que nuestros almacenes son los océanos, donde tenemos contenedores flotando permanentemente”, añade. Con una plantilla de 40 trabajadores, la empresa prevé cerrar 2018 con unas ventas de 135 millones de euros. “El objetivo es llegar a 200 millones en 2020”, anuncia Peregrín.
Un mercado maduro
Calconut se sitúa entre las cinco primeras empresas españolas por ventas de un sector que, según su consejero delegado, Juan Luis Peregrín, está “muy profesionalizado y lobalizado”. Los datos del International Nut and Dried Fruit Council Foundation (INC) indican que la producción mundial de frutos secos superó los 4,2 millones de toneladas en la última campaña, y sus ventas, los 42.000 millones de dólares (36.750 millones de euros). Esta producción supone un 24% más que la última década, en la que “ha crecido de manera constante”, resalta la organización. EE UU acaparó el 38%, seguido de Turquía (10%), China (9%) e Irán (7%). Las previsiones para este ejercicio también son halagüeñas, al esperarse un crecimiento del 6% hasta los 4,5 millones de toneladas. “Es un mercado maduro y, por tanto, de difícil entrada. En los primeros años fuimos abriéndonos paso poquito a poco, haciéndonos un hueco, no queríamos entrar como un elefante en una cacharrería”, recuerda Peregrín.
Calconut nació con una visión internacional. “Siempre he tenido una visión muy globalizada de todo, de no tener fronteras, y he intentado rodearme de personas con esa filosofía”, afirma Peregrín. Por eso, las exportaciones han representado desde el origen entre el 70% y el 80% del negocio. “Hoy estamos en el 80%”, dice. La firma está presente en 70 países; entre ellos, Francia, Alemania, Brasil, Chile, Perú, México, Líbano, Egipto y Argelia. “Tenemos dos tipos de clientes: de gran consumo, como importadores, supermercados o cadenas de Europa, y pequeños clientes, a los que estamos llegando a través de Amazon y la tienda online que acabamos de lanzar”, señala. Sus productos no están presentes en ninguna gran superficie española. “Por estrategia interna. Es algo que no entra en nuestro proyecto”, explica. Como asignatura pendiente, añade Peregrín, tienen el desembarco en China. “Nos proveemos de mucha materia prima de allí, pero aún no hemos sido capaces de crear un fondo de comercio. Queremos trabajar para abrir sede en Hong Kong o Singapur”.
Entre los proyectos, la compañía trabaja en la instalación de una fábrica en Levante para fabricar productos de cuarta gama en los que lleva investigando desde hace tiempo. “Son derivados de nuestros artículos, pero no podemos adelantar nada”, se limita a decir. En esta línea de innovación, desde su departamento de I+D+i tiene previsto lanzar una ensalada compuesta exclusivamente de frutos secos. “Estamos constantemente investigando e innovando”, afirma el responsable de Calconut, quien apunta que a través de la fundación de la empresa ofrecen becas de formación a estudiantes universitarios.
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