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No todo es fiesta en Nochevieja: comerse las uvas en el puesto de trabajo

Muchas compañías refuerzan su plantilla la noche del 31 de diciembre, aunque no todas asumen el pago de horas extraordinarias

Los operarios limpian la Puerta del Sol tras las campanadas de Año Nuevo que concentraron a miles de personas.  
Los operarios limpian la Puerta del Sol tras las campanadas de Año Nuevo que concentraron a miles de personas.  Santi Donaire (efe)

Para la mayor parte de la gente, el mundo se empieza a paralizar al atardecer del día 31 de diciembre. Se sale antes de trabajar y todo el mundo se afana en preparar la cena de Nochevieja. Pero no todos. En la época navideña se crean alrededor de un millón de empleos nuevos y muchos de ellos van a cambiar de año trabajando. Es inevitable no pensar primero en policías, bomberos y sanitarios.

En el caso del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), los turnos de Nochevieja tienen que estar cubiertos por al menos dos tercios de los agentes que hacen turnos normales. “Suele haber bastante trabajo”, comenta David, agente de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR). “La gente bebe en exceso; familiares que no se ven desde hace tiempo se fuerzan a cenar juntos y hay discusiones familiares, en las que tenemos que terminar interviniendo”. En las comisarías no se suele distinguir entre esa noche y otras, explica: “Aunque a veces los compañeros hacen un bote y se compran cosas para celebrar el año nuevo”.

Cuando hay mucho trabajo las horas vuelan. Una expresión especialmente adecuada para Gema Rojas, ejecutiva de servicio en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Es quien dirige la actividad del Centro de Gestión Aeroportuaria (CGA), donde trabajan en turnos para cubrir las 24 horas y los 365 días del año. El Centro es una gran sala, es el cerebro operativo del aeródromo. “Llevo 12 años en esto y la verdad es que la sorpresa de trabajar en un día tan señalado se diluye; los teléfonos suenan como cualquier otro día”. Hay aerolíneas de países donde no se celebra el último día de diciembre, que no modifican nada su operativa. Sin embargo, sí que deja una mesa “con un poco de picoteo” para el personal del CGA. Pero la celebración solo se aplaza, no se suspende: “Yo me tomo las uvas al día siguiente, con mis hijas”, dice Rojas entre risas.

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Precisamente las celebraciones son especialidad del sector hostelero, que en Nochevieja oferta cenas, alojamiento y fiestas para quienes prefieren celebrar el cambio de año fuera de sus casas. Alberto Zerbini, director del Parador Nacional de La Granja de San Ildefonso (Segovia), cuenta que llevan más de un mes planificándolo todo: “Somos muy minuciosos con los detalles; es una obligación que afrontamos con muchísimo cariño porque hay familias enteras que vienen siempre en estas fechas y buscamos ofrecerles novedades o tener detalles personales con ellos”. Y añade: “Estamos al 100% de ocupación”, por lo que necesita a todo su personal esos días: “Todo el mundo celebra y todo el mundo trabaja; hemos llegado a un acuerdo con los sindicatos para cubrir los turnos y pagar un poco mejor a quienes tengan que trabajar más”. Eso sí, poco antes de medianoche, los empleados paran, se reúnen en un espacio cerca de los comensales, toman las uvas con las campanadas y brindan con los clientes. “Celebrar el cambio de año con el cliente, hacerle disfrutar y recibir sus elogios te da la vida”, dice el director del Parador de La Granja.

Aunque cenar fuera en Nochevieja no es algo mayoritario, matiza José Luis Yzuel, presidente de la Federación Española de Hostelería (FEHR), “cada vez hay más oferta”. Ir después a fiestas en alguna discoteca sí es habitual: “Es la mejor noche del año”, afirma rotundo Ramón Mas, presidente de la Federación de Asociaciónes de Ocio Nocturno (FASYDE), “nuestro examen final”. En la madrugada del 1 de enero es cuando pubs y discotecas más facturan y, según Mas, cuando incrementan su plantilla hasta un 20%. “El personal trabaja más pero cobra el doble y has de crear un clima de equipo fuerte”, agrega.

Cuidado con el fraude

Pero para la abogada colaboradora del sindicato UGT, Nuria González López, es también la noche donde más fraudes laborales se cometen, especialmente por parte de la seguridad privada y en pequeños locales de ocio: “La Inspección de Trabajo debería de trabajar más en esta noche, donde se pone a cero el contador de horas extras y muchas personas trabajan sin contrato”. Pero no hay planes especiales para ello, confirma Mercedes Martínez, portavoz de la Unión Progresista de Inspectores de Trabajo (UPIT): “Hay inspectores de guardia, pero solo para atender denuncias o cuando hay accidentes de trabajo y nos avisan”. Al ser una madrugada puntual, explica Martínez, no se ponen medios por parte de la Inspección.

La secretaria de Empleo de Comisiones Obreras (CCOO), Lola Martínez, cree que el fraude en estas fechas ocurre porque “no hay conciencia por parte de los empresarios de que se tienen que cumplir las normas y esto se ha agudizado por una reforma laboral que incentiva la flexibilidad”. Martínez está convencida de que los empresarios “se aprovechan de la necesidad de la gente por sacarse unos euros y en diciembre es cuando más se incrementan los contratos de corta duración y los de tiempo parcial en los que, en la práctica, la gente trabaja jornadas completas sin que se les abonen las horas extra”.

Sin embargo, Mas niega esta falta de concienciación: “Conocemos nuestras obligaciones laborales y fiscales y, aunque puede ser cierto que pequeños locales se las salten, luchamos contra ello”. José Luis Yzuel añade que las malas prácticas suponen competencia desleal para aquellos que sí cumplen con sus obligaciones. Asegura que sí se ha incrementado el número de inspecciones. “Es mejor que nadie se la juegue por no querer pagar la cotización a la Seguridad Social de una sola noche”, aconseja Mercedes Martínez, que recuerda que se pueden imponer sanciones de 3.126 euros y hasta de 10.000, dependiendo de la gravedad de las infracciones laborales que se detecten. Ramón Mas coincide e Yzuel reafirma su condena con una frase lapidaria: “La hostelería en España es un servicio muy profesional y los piratas son los mayores enemigos del sector”.

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