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Ana Oramas: “Excepto Solbes, ningún gestor, político o supervisor ha admitido errores”

La presidenta de la Comisión de investigación de la crisis, tras año y medio de sesiones, hace balance de las comparecencias

FOTO: Ana Oramas, diputada y presidenta de la Comisión de Investigación de la Crisis financiera. / VÍDEO: El enfado de Oramas tras la comparecencia del exconsejero de Bankia José Moral Santín.Vídeo: Jaime Villanueva / epv

La comisión de investigación de la crisis financiera ha durado 18 meses, 48 sesiones y 215 horas de comparecencias. Ana Oramas, diputada por Coalición Canaria, ha presidido esta comisión, una de las más significativas de los últimos años en el Congreso.

La comisión se marcó el ambicioso objetivo de “conocer, analizar y evaluar con profundidad y rigor las causas que originaron la crisis financiera y económica, desde su gestación hasta el estallido de la burbuja y su impacto en el sector financiero”. Oramas cree que en dictamen, que llegará al Pleno del Congreso en febrero (tiene 331 páginas), “es un relato fiel, completo, no político y contrastado de lo que pasó en la crisis. Ahora toca legislar al parlamento y que las entidades tomen medidas”. La presidenta lamenta que "ningún político, gestor o supervisor, excepto Pedro Solbes, exvicepresidente económico con Zapatero, haya admitido los errores. Todos echaron la culpa a otros".

Pregunta. ¿Quiénes fueron los culpables por orden de importancia?

Respuesta. No es tan fácil decirlo porque hay un cúmulo de responsables. Por un lado, el Gobierno del PP que no supo cortar la burbuja inmobiliaria con la Ley del Suelo, la carrera sin fin de las comunidades autónomas y los ayuntamientos por elevar los ingresos con las licencias urbanísticas. En segundo lugar, el Ejecutivo socialista, que no frenó la crisis. Es cierto que nadie, ni en España ni los organismos internacionales, predijeron la segunda crisis, la de 2011, que agudizó los problemas. También los supervisores son responsables porque miraron para otro lado, tuvieron falta de valentía, y permitieron fusiones que crearon problemas más grandes. En cuarto lugar, por supuesto, los consejos de administración de las entidades, que no tenían la cualificación necesaria, y dejaron que los directores generales hicieran y deshicieran a su antojo. Mientras, otras cajas, lo hicieron bien, con la misma estructura societaria, y siguieron adelante.

P. ¿Qué incentivos tuvieron los gestores para volcarse en el negocio inmobiliario?

R. Sus propias retribuciones, que eran variables según el volumen de negocio, no por resultados. Además, también lo trasladaron a los empleados de oficina y así se lanzó la rueda para colocar preferentes, swaps (derivados) o las acciones de Bankia.

P. ¿Los gestores no fueron conscientes de dónde se metían a lo largo de tantos años de crisis?

“Desahuciaron mientras renovaban altos créditos malos a los promotores”

R. Fue una carrera hacia adelante que no la paró el Banco de España… en una euforia colectiva nadie se atrevió a pinchar ese globo y pensaban que por qué iban a parar ellos si los demás no lo hacían.

P.  El nuevo gobernador, Pablo Hernández de Cos, dijo que espera recuperar la reputación perdida siendo más independiente y riguroso. ¿Qué le parece?

R. Son declaraciones valientes e interesantes. A partir de febrero, cuando lleguen las medidas al Pleno, debemos realizar las modificaciones sobre el trabajo de los supervisores, de los inspectores, la ley hipotecaria, la de cooperativas y el Código Penal para castigar a los gestores.

P. Sebastián Albella, presidente de la CNMV, advirtió de los posibles problemas con la comercialización de productos por parte de fintech o los gigantes tecnológicos. ¿Le preocupa?

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R. Sí, hay una falta de supervisión y regulación absoluta y crecerá esta oferta, que deja indefensos a los ciudadanos. Se debe legislar pronto sobre esto.

P. ¿El ladrillo fue el camino para la expansión irracional de algunas cajas?

R. Sí, las cajas quisieron convertirse en bancos y éstos ocupar el terreno de las cajas... esta estrategia unida a una falta de control de los consejos y la segunda recesión remató la burbuja, convirtiéndola en una situación sin salida.

P. ¿Lo más duro de esta crisis han sido los desahucios?

R. Sí, sobre todo porque hemos comprobado la doble vara de medir: mientras se renovaban los créditos malos por miles de millones a los promotores, las mismas entidades subastaban la vivienda a las personas por tres recibos impagados si no podían hacer frente a toda la deuda. Eso es terrible sobre todo porque la deuda de los pequeños clientes era el chocolate del loro comparado con los miles de millones de deuda pública que han puesto los ciudadanos para hacer frente a los agujeros de los promotores inmobiliarios, que se renovaban una y otra vez para ser morosos al final.

P. ¿Quién fue más autocrítico o admitió más responsabilidad?

R. Pedro Solbes, exvicepresidente económico con Zapatero, que confesó que fue consciente hacia dónde se iba, que lo dijo al Gobierno, que algunos no le hicieron caso y que le faltó valentía para tomar decisiones. Del resto, entre más de 80 comparecientes todos intentaron echar las culpas a otros, ni un político, gestor o supervisor las ha admitido.

P. La intervención de José Antonio Moral Santín, exvicepresidente de Caja Madrid, le hizo dejar la presidencia para realizar una crítica feroz…

R. Me pareció la comparecencia más gráfica para saber en manos de quién han estado las cajas y por qué la crisis ha costado miles de millones. Es la única vez que olvidé mi papel de presidenta y bajé para hablar como diputada. Me pareció indignante todo: se retrasó una hora, la exposición la alargó 40 minutos más de lo acordado, luego dio lecciones de integridad como catedrático de Economía y no respondió a las preguntas.

P. Usted destacó que le dolió especialmente por ser un diputado de izquierdas...

R. Sí, era una persona de venía de Izquierda Unida, que estuvo 14 años en la cúpula de Caja Madrid y que iba dos veces al día al cajero con las tarjetas black, con las que sacó 365.000 euros, que no declaró a Hacienda. Luego dijo que los daba a ONG y otras organizaciones y que si lo hubiera declarado solo habría tenido que pagar 2.000 euros más a Hacienda…Y dijo que todo se hizo bien, no fue capaz de pedir perdón.

P. ¿Cuál fue la reacción posterior de Moral Santín tras su intervención?

R. Escribir a la presidenta del Congreso descalificándome, pidiendo que se me sancionara y que no me sancionaba porque estaba aforada por mi condición de diputa. No me alegro de que esté en la cárcel, pero creo que el tiempo pone a cada uno en su sitio.

P. ¿Quién se ha negado a declarar en la Comisión?

R. Solo un inspector del Banco de España y del BCE, el resto lo hicieron y eso pese a que hay en curso juicios penales y civiles por muchos millones de euros y que tenían derecho a no declarar.

P. Si pudiera llamar a alguien más, ¿a quién traería?

R. A los directores generales de las cajas en lugar de a los presidentes.

P.  Sin embargo, no llamaron a los presidentes de los bancos, como Ana Botín o Francisco González, algo que pidió Unidos Podemos y que fue polémico. ¿Deberían haberlo hecho?

P. No, creo que las declaraciones de los consejeros delegados fueron muy clarificadoras.

P. ¿Cuál ha sido la mejor intervención?

R. La de José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia. Hizo un relato perfecto y libre de la situación del banco, con absoluta independencia pese a ser estar en una entidad pública…contradijo al exministro Luis de Guindos y a Rodrigo Rato. Hizo una crítica valiente contra la banca pública frente a algunos portavoces.

P. ¿Actuar tarde ha salido caro?

R. Sin duda. Si el Gobierno hubiese reaccionado antes no hubiera hecho falta tanto capital público para tapar el agujero.

P. En 2006 los inspectores advirtieron de los problemas a Solbes y lo volvieron a dejar por escrito más adelante…

R. Fueron los únicos que lo pusieron por escrito y lo dijeron a sus superiores. Ni en el Banco de España ni los responsables políticos les hicieron caso.

P. En el documento insisten mucho en la reforma de los supervisores. ¿Es un tema clave?

R. Sí, lo que se pide es que se separan la supervisión de la solvencia de las entidades, que debe quedar en el Banco de España, y la vigilancia de la conducta de mercado, centrada en la CNMV. El nuevo organismo de defensa del consumidor podría ir dentro de la Comisión. También es clave que los consejeros de estos organismos no sean los mismos porque en esta crisis se ha visto que al final eran cuatro personas las que estaban en todo…

P. Al final, el dictamen no fue aprobado por unanimidad; Ciudadanos votó en contra y Unidos Podemos se abstuvo…

R. Pese a la que dijo el portavoz de Economía de Ciudadanos, Toni Roldán, puedo afirmar es que 24 horas antes de la votación, el portavoz habitual de Ciudadanos, Francisco de la Torre, y el de Unidos Podemos, Alberto Garzón, dijeron que el relato era equilibrado y lo apoyaron. Además, se han aprobado propuestas de todas las fuerzas políticas, desde el PP a Esquerra Republicana, pasando por Unidos Podemos. Creo que es un buen documento para empezar a trabajar gracias al gran trabajo y dedicación de todos los portavoces habituales de todos los partidos.

“La presidenta de la Junta Única despreció a los ciudadanos"

Uno de los momentos más tensos de la Comisión fue su intervención tras las declaraciones de Elke König, la presidenta de la Junta Única de Resolución (JUR), que no respondió a las preguntas de los diputados. ¿Cómo recuerda aquella comparecencia?

Pregunta. La actitud de König fue intolerable antes, durante y después de su comparecencia. No discuto la intervención del Popular, pero fue un hecho que provocó la pérdida de dinero a miles de ciudadanos y el empleo a muchos trabajadores del banco. En este momento tengo dudas sobre si el Popular cayó por un problema de liquidez o de solvencia, si se debía haber intervenido antes, pero König tenía que venir al Parlamento a explicarlo, pero lo que hizo fue un desprecio a los ciudadanos.

Respuesta. ¿Qué condiciones puso?

P. Todas. Resultó heroico que viniera. Fijó el día y la hora. Dijo el avión en el que llegaba y en el que se marchaba, reclamó que se le garantizara su seguridad desde el aeropuerto y hubo que recordarle que aquí han venido presidentes de Estados Unidos o de China, además del Jefe del Estado…es decir que somos un país homologado de la Unión Europea. Llegó acompañada de más de 10 personas, reclamó un receso de hora y media y después no respondió a ninguna pregunta.

R. La JUR alegó problemas de traducción para justificar la dureza de sus declaraciones. ¿Qué pasó?

P. Quiso examinar a los traductores y nos negamos. Se le entregó la grabación en inglés y no hizo ninguna corrección porque los funcionarios tienen el máximo nivel profesional.

P. ¿Qué fue lo que le hizo estallar de aquella intervención?

R. Que no facilitara información a los portavoces y les dijera que miraran todos los días la página web de la JUR porque algún día colocarían los datos allí. Despreció al Congreso y nos facilitó menos información que a los despachos de abogados.

P. König alegó la confidencialidad de los documentos…

R. Se le ofreció que compareciera a puerta cerrada y que los documentos quedaran bajo el secreto de la comisión, como se ha hecho en muchas ocasiones. Además, Luis Linde, exgobernador, y Jaime Ponce, presidente del FROB, dijeron que los documentos no tenían información secreta. Por cierto, Ponce tuvo un comportamiento ejemplar apoyándonos en todo momento a la comisión.

Elke König y Ana Oramas durante la jornada del 11 de diciembre de 2017 de la comisión de investigación de la crisis financiera en el Congreso.Vídeo: EPV

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Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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