La brecha entre nuevos salarios y nuevas pensiones de jubilación se reduce a la mitad en un año

En la época del boom económico, los salarios de los recién contratados eran superiores a los de los que entraban nuevos a la jubilación. La crisis cambió eso, y en 2012 los pensionistas novatos empezaron a tener mejores rentas que los recién contratados. La brecha llegó en 2016 a los 100,03 euros. Sin embargo, en 2017 esa brecha se redujo, y en solo un año se queda en 46,6 euros, la mitad. El motivo hay que buscarlo tanto en las subidas de salarios (en especial, el mínimo) como en cierta moderación de las pensiones más altas.

Los salarios de los recién contratados crecieron el año pasado. En el peor momento de la crisis, en 2013, epicentro de la segunda recesión en apenas un lustro, los sueldos de quienes apenas contaban con un año de antigüedad en sus empresas cayó hasta 1.144,85 euros brutos al mes. Después comenzaron a recuperarse, pero en 2016 se interrumpió la remontada. Y bajaron. Y de ahí que la brecha con las nuevas pensiones llegara a superar los 100 euros.

El año pasado, sin embargo, las remuneraciones volvieron a subir. En concreto, los sueldos de los recién contratados se situaron en 1.271,89 euros brutos al mes, según la estadística de deciles salariales de la EPA. Este incremento de salarios coincidió, además, con la primera gran subida que hubo del salario mínimo tras bastante tiempo congelado o con incrementos muy bajos: en 2017 aumentó un 8% de golpe, hasta los 735 euros al mes en 14 pagas.

Pensiones moderadas

La subida de sueldos de los novatos es la principal explicación a la rebaja de la menor brecha que hay entre los nuevos salarios y las nuevas pensiones de jubilación, en favor de estas últimas. Pero hay otra: las pensiones de quienes empiezan a cobrar la jubilación están bajando.

Si nada cambia en los últimos dos meses del año, 2018 volverá a cerrarse con una reducción de la pensión media de los nuevos jubilados. Será el tercer año consecutivo en que esto pasa desde 2015, cuando se tocó techo con 1.342,94 euros. Hasta entonces, las nuevas prestaciones crecían año tras año, pero ya han comenzado a tener efectos los ajustes que contenían las últimas reformas de pensiones y, sobre todo, también han llegado las consecuencias de los despidos de trabajadores en sus últimos de vida laboral, que no han vuelto a trabajar y cuya pensión sufre cierto impacto.

Ambos factores explican que el año pasado los nuevos jubilados percibieran una pensión media de 1.318,47 euros mensuales y que en los primeros nueve meses de 2018 continúe la tendencia, con una prestación de 1.306,84 euros, según los datos de la Seguridad Social.

Esta situación ha coincidido con los años de déficit creciente en la Seguridad Social y, en parte, se explica por esto: los menores sueldos suponen menor recaudación para la Seguridad Social. Ahora la creación de empleo ha impulsado la recaudación: hasta octubre las cotizaciones de los asalariados crecen a un ritmo de más del 6%, que se acompaña también de una ligera subida de los sueldos. Aun así, la mejora en la recaudación está muy lejos de ser suficiente para cerrar los números rojos del instituto público.