España se consolida como paraíso europeo de las ‘golden visa’
Las visados para residir en territorio español a cambio de inversiones inmobiliarias de más de 500.000 euros marcarán en 2018 un nuevo récord
“Cuando tienes dinero, puedes montar lo que quieras en cualquier lugar del mundo”, dice Jorge. Las palabras de este venezolano de 28 años suenan a mera constatación. Él, que prefiere no dar su apellido y accede a posar en la foto si no se le reconoce, lleva tres meses en España y ya tiene permiso de residencia y trabajo. Es uno de los 5.778 extranjeros que, del 1 de enero al 31 de octubre de este año, han obtenido un visado al amparo de la ley de apoyo a emprendedores y su internacionalización. Hablando en plata, una golden visa. La ha conseguido tras una inversión inmobiliaria de más de 500.000 euros.
Ese supuesto es el que más se usa, al margen de la reagrupación familiar, entre los que contempla la norma para obtener la residencia a cambio de una inversión. Este año, también hasta octubre, lo han utilizado 546 personas, según el Ministerio de Exteriores. Las cifras sugieren que España acabará 2018 con un nuevo récord de visados dorados. A falta de los dos últimos meses del año, los datos casi igualan a los de todo 2017 (5.876 permisos, 563 por adquirir inmuebles). Desde que se puso en marcha el programa en 2013, para atraer inversores durante la crisis, los permisos no han dejado de crecer cada año.
España no es el único país del mundo que ofrece este tipo de facilidades a gente adinerada. Obtener la residencia, e incluso la nacionalidad en algunos casos, es posible si media una suculenta inversión en 13 Estados de la Unión Europea. La ONG Transparencia Internacional es una de las que han criticado estas prácticas. En un informe publicado el mes pasado —con el declarativo título Escapada europea. Dentro del turbio mundo de los visados dorados— señaló a España como el socio de la UE con más golden visa, 24.095 según datos oficiales. Por tanto, es también uno de los países que más dinero ha ingresado.
“La residencia y la nacionalidad europea se han convertido en productos de lujo”, critica Daniel Amoedo, de Transparencia Internacional España. “Al margen de la cuestión ética fundamental de vender pasaportes”, continúa, “también hay un costado siniestro de esos programas”. Se refiere a personas vinculadas con casos de corrupción en Brasil, Rusia o Ucrania que han accedido por esta vía a la facilidad de movimientos que da el espacio Schengen. Cita a Chipre, Malta y Portugal como los países “más laxos”.
¿Riesgo de blanqueo?
“En Portugal ha habido bastante escándalo, pero en España el Estado ha delegado en manos privadas la facultad de hacer de policía”, relata el abogado Cristóbal Carretero. Su despacho, CC Sociedad de Abogados, ha tramitado en cinco años unos 100 permisos. La ley antiblanqueo convierte en responsables a todos los que participan en el proceso, por lo que cualquier sospecha debe denunciarse. El inversor debe justificar la procedencia de cada euro y los bancos se han puesto “muy severos”. “Mientras estás pendiente del permiso no te dejan ni hacer ingresos en efectivo”, cuenta Carretero.
Pura Strong, del despacho especializado en clientes extranjeros Strong Abogados, coincide en el diagnóstico. “Es prácticamente imposible lavar dinero”, dice la letrada, que es española pero tomó el apellido de su marido estadounidense. La batalla contra el blanqueo es una de sus devociones profesionales y se le ocurren vías más sencillas que la golden visa. También cita otro requisito legal: un certificado de penales impecable. “Hay estadounidenses que se quedan sin ella por haber conducido borrachos”, asegura.
Pero para el representante de Transparencia Internacional, la normativa actual “no resulta suficiente porque diluye la responsabilidad de llevar a cabo los procesos de diligencia debida entre bancos e intermediarios”. La ONG cree que el Estado debería realizar comprobaciones más estrictas. Como prueba de que ahora no se hacen, señala el corto periodo (menos de un mes) que tarda en otorgarse una golden visa desde que se justifica la inversión.
Los dos abogados apuntan que en los últimos años ha cambiado el perfil de los solicitantes. “Vienen muchísimas familias”, resume Carretero. Ese es también el perfil que más ha encontrado Eduardo Salamanca, consultor de la inmobiliaria Engel & Völkers que este año ha asesorado tres operaciones para clientes de visados dorados. “Como es gente de cierto nivel económico, buscan zonas bastante caras y que sean agradables para residir”, señala.
En Madrid, donde trabaja el consultor de la inmobiliaria especializada en pisos de lujo, el distrito de Salamanca es el favorito. Entre sus clientes escucha muchas alabanzas al estilo de vida español y más de una queja porque “parece fácil, pero al final hay mucho requisito regulatorio”.
La estadounidense Coleen Sun, de 45 años, cumple los dos requisitos que cita su asesor inmobiliario. Esta enfermera de formación, que en los últimos años se ha dedicado a labores de inversión “en áreas de negocios e inmobiliarias”, decidió dejar China tras divorciarse y eligió España “por su cultura y su belleza”.
Sun compró una casa en Madrid en septiembre, pero aún no ha solicitado formalmente la golden visa. Un privilegio de este procedimiento es que puede hacerse desde España, a diferencia de lo que sucede con otros permisos. Pero eso no ahorra “muchos procesos de legalización y traducción” de los documentos necesarios para la solicitud. En su caso, tanto del inglés como del chino.
Jorge relata un proceso más sencillo. “Ha sido muy cómodo”, dice mirando a Carretero, su abogado. El idioma fue para él un factor determinante, pero hubo otros: en la capital española vivía ya su hermana y se declara “el fanático número uno” del Real Madrid. Prefiere no detallar lo que pagó por su piso ni por las inversiones que continúa haciendo en una franquicia de centros de estética. La asesoría jurídica le ha costado unos 3.000 euros. Y aunque como inconvenientes solo cita la falta de mar y el frío que comienza a apretar en Madrid, lanza un mensaje antes de despedirse: “No creas que no es difícil, con pasta o sin ella, emigrar es superdifícil”.
Chinos en Madrid y Barcelona, rusos en la Costa del Sol
Las últimas estadísticas oficiales sobre golden visa concedidas no detallan dónde se instalan los solicitantes de este tipo de permisos, pero las personas familiarizadas con el trámite coinciden en que Barcelona y Madrid son los lugares predilectos. También hay determinadas comunidades con preferencia por zonas concretas. "Los rusos eligen Marbella y la Costa del Sol", relata la abogada Pura Strong, quien destaca el crecimiento de la costa alicantina en los últimos meses.
Lo que sí detallan los datos de la Secretaría de Estado de Comercio (que no incorporan 2018) son las nacionalidades de quienes han obtenido un visado dorado en España. A excepción de 2013, cuando solo se dieron 36 permisos porque la ley entró en vigor casi en octubre, los chinos han liderado todos los años. En total suman 4.640 golden visa.
Los rusos son la segunda nacionalidad más frecuente (1.997 permisos) pero sus solicitudes son cada vez menos y, si se observa solo 2017, ocuparon el quinto lugar. EE UU, en tercer lugar con 1.609 visados, cada vez se acerca más a Rusia, al igual que sucede con los brasileños (1.178 visados). Los residentes indios son los quintos, pero en 2017 crecieron mucho: 653 de los 916 permisos totales se les concedieron el año pasado. En sexto y séptimo lugar aparecen los dos primeros países hispanohablantes: Venezuela y México.
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