La música amansa a los anunciantes (y si es clásica mucho mejor)
El uso de la música clásica en la publicidad siempre ha estado presente. Unir productos a este tipo de piezas atemporales suele dar resultados más que satisfactorios
Si algo tiene la música es la capacidad para provocar sentimientos y sensaciones. Tristeza, alegría... cualquier estado de ánimo cabe en combinaciones de siete notas.
Hay música que es atemporal. Por muchos siglos que pasen las composiciones de Bach, Mozart, Chopin o Beethoven seguirán escuchándose y disfrutándose impasibles al paso del tiempo. Y de eso se valen los publicistas para crear trabajos que sean recordados. Utilizar a los genios musicales del barroco, del clasicismo o de romanticismo siempre es una apuesta segura.
Y es que, aunque parezca mentira, nuestra vida está rodeada de música clásica. De eso trata este post, de anuncios que han utilizado la música de los clásicos como banda sonora de sus creaciones para enfatizar aún más si cabe el mensaje que quieren transmitir.
El primer ejemplo que vamos a ver es el de B-Classic. Se trata de un festival de música clásica belga que intenta llevar este tipo de música a públicos poco acostumbrados a estas composiciones. ¿Y cómo conectar a los más jóvenes a este tipo de música "viejuna"? Su solución es mezclar lo sonoro con lo visual. Y lo hace marinando la música de Antonin Dvořák y el inicio de su Sinfonía n.º 9 con el twerking de la coreografía visual del grupo coreano de danza pop Wayeva. Como dice su mensaje final han conseguido tener al público escuchando tres minutos de música clásica. El resultado extraño, pero atractivo.
No hay mejor ejemplo de cómo contar una historia utilizando solamente la música que esta que nos presenta Coca-Cola. Con la composición sinfónica Pedro y el Lobo, del ruso Sergei Prokoviev, muestra cómo la pequeña fauna del entorno se las ingenia para saborear el refresco.
El concierto de piano N.º23, de Mozart sirve de sintonía a la francesa Air France para reivindicar el medio donde más cómodos se sienten sus pasajeros. La alegoría de un avión despegando y alcanzando velocidad casa a la perfección con la música del maestro austríaco.
Los grandes almacenes peruanos Falabella elaboraron esta pieza haciendo una alegoría sobre el miedo a afrontar las cosas, Todo al principio es temor hasta un punto en que la todo cambia y el panorama se va aclarando El mensaje que pretende lanzar este comercio es que hay que tratar de superar los íntimos miedos que tiene cada uno. La música es verdaderamente una de las protagonistas esenciales. Se trata de una pequeña variación del inicio de El verano, de Las cuatro estaciones de Vivaldi, El anuncio en sí es estéticamente impecable.
Solo una empresa japonesa como NTT Docomo podría liarse la manta a la cabeza y construir una especie de xilófono gigante en medio de un frondoso bosque para presentar un nuevo terminal: el Touch Wood SH-08C, un teléfono de madera con forma de riñón. La pieza que intenta ejecutar este enorme montaje es la Cantata 147 de Bach.
No es normal que en una pieza de música sinfónica podamos disfrutar de la voz y la imagen de su compositor. Este anuncio de BMW lo "protagonizó" el ya desaparecido Igor Stravinsky cuando contaba con 85 años. En este ensayo del precioso fragmento de Pulcinella intenta mostrar cómo es posible mejorar las cosas, incluso aquellas que ya parecen perfectas. Su mensaje lo dice todo: "Si algo se puede hacer mejor, hagámoslo mejor".
También un producto de uso común como el champú de pelo Pantene puede contar historias bonitas (aunque un poco edulcorada al final) para lanzar un sencillo mensaje de autoayuda: Tú puedes brillar. Apoyado en el archiconocido Canon, de Pachelbel, lo emocional se convierte en una tecla invisible para que la marca suscite determinadas sensaciones entre su público objetivo.
También, como el primer ejemplo de este post, la música clásica y la electrónica pueden convivir sin excesivos problemas. Es como ir a un restaurante de fusión mexicano - japonés, que no se puede ir todos los días, pero de vez en cuando está bien. Movistar lo utiliza para juntar la música electrónica actual con el aria Un bel dì, vedremo, de la ópera Madama Butterfly, de Giacomo Puccini.
Ya para terminar una curiosidad. ¿Sabían ustedes que el famoso tono de llamada que usaba Nokia en todos sus teléfonos y publicidades era una composición clásica del guitarrista español Francisco Tárrega? El pequeño fragmento de 13 notas del Grand Vals sonaba diariamente casi 1.800 millones de veces diarias en todo el mundo. Curioso.
Damas y caballeros, por favor ocupen sus butacas, el concierto va a comenzar.
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