La Reserva Federal defiende seguir adelante con el alza de tipos en EE UU pese a la presión de Trump
El presidente del banco central estadounidense, Jerome Powell, certifica que la expansión se refuerza y explica que trata de evitar un recalentamiento
Agosto suele ser un periodo turbulento. Hace diez años, cuando tomaba forma la crisis financiera, el entonces presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, convirtió el cónclave de Jackson Hole (Wyoming) en el altavoz para comunicarse con los mercados ante el inminente derrumbe del sistema financiero y tratar de tranquilizarlo. Después lo utilizó para explicar el plan que tenía la Reserva Federal para reflotar la economía. Con Janet Yellen llegó la calma. Ahora Jerome Powell, que acude por primera vez como presidente de la Fed a Jackson Hole, abre el simposio con la política monetaria cerca de alcanzar su objetivo.
El gran reto es doble: no cometer errores estratégicos que pueda lamentar y anticiparse en la medida de lo posible al próximo cambio en el ciclo económico. Powell, en este momento, no pestañea al considerar que lo “apropiado” es seguir “avanzando” con el alza “gradual” de los tipos de interés. La economía, señala, “se refuerza” y tiene motivos para pensar que lo seguirá haciendo.
El jefe de la autoridad monetaria defiende así la validez de su estrategia pese a las duras críticas expresadas a lo largo de este verano por el presidente Donald Trump. También es consciente del doble riesgo que corre. Si se suben los tipos demasiado rápido, dice, “se cortará la expansión”. Si se va demasiado lento, advierte, “se desestabilizará por un recalentamiento”. Esta incertidumbre, añade, justifica el curso actual.
La Reserva Federal decidió a comienzos de mes dejar los tipos de interés intactos en una banda entre el 1,75% y el 2% (hasta donde los había subido en junio, con la segunda alza en un año), aunque señaló al mercado que volverá a subirlos en septiembre y posiblemente otra vez en diciembre. Se anticipan tres incrementos más a lo largo de 2019 y otro en 2020 en un proceso de normalización que va en paralelo a la reducción de los activos que acumuló durante la crisis.
Donald Trump, como muchas organizaciones activistas en el ámbito laboral que se reunieron en paralelo a la cumbre de banqueros centrales, quiere que la Fed deje de subir tipos porque dice que complica su plan de crecimiento. Volvió a decirlo esta semana. Jerome Powell, sin embargo, considera necesario seguir adelante con el plan para llevar los tipos a un nivel más normal.
Crece el debate
Robert Kaplan, presidente de la Fed de Dallas, opina que se pueden subir los tipos tres o cuatro veces en los próximos nueve meses. En ese momento podría adoptarse una pausa en el proceso de normalización para analizar si el precio del dinero supone un lastre para el crecimiento y el empleo. La última encuesta publicada en junio indica hasta seis incrementos desde ahora en el largo plazo.
Esther George, presidenta de la Fed de Kansas City, ve el tipo neutral entre el 2,5% y el 3%, por eso defiende dos nuevos incrementos del precio del dinero este año. Proyecta que el crecimiento rondará el 3% para el conjunto de 2018. Pero cree que es un ritmo superior al potencial. Si por el contrario la inflación se acelera y el desempleo baja más, sería necesario llevar el alza más lejos.
El acta de la reunión de agosto refleja que hay un debate intenso en este sentido. Los miembros están de acuerdo en que se debe dar un paso más el mes que viene pero algunos consideran que pronto habría que reexaminar la estrategia si la escalada en el litigo comercial hace de lastre. El proteccionismo es factor de riesgo. También se ven síntomas de relajamiento en la vivienda.
Calibrar
“Vamos por el buen camino”, insiste Loretta Mester, de la Fed de Cleveland, “no prejuzgamos nada al calibrar la política con la marcha de la economía. “El curso actual está en línea con los objetivos, por eso es apropiado subir tipos de manera gradual”. También cree que el tipo neutral está en el 3%. James Bullard, de la Fed de St. Louis, es más cauto. “Me quedaría donde estamos”, afirma.
Los economistas están siguiendo muy de cerca como progresan las curvas de los intereses a corto plazo y los tipos a largo. Es uno de los indicadores que sirven para predecir un cambio en el ciclo expansivo. Powell anticipa que la tendencia es hacia una moderación del crecimiento pero no ve riesgo de una recesión. Kaplan cree que la estrategia permitirá que las curvas no se crucen.
Una economía cambiante
La cita anual de Jackson Hole, en la reserva natural de Grand Teton, va a servir este año para profundizar más en el análisis de los factores que en esta expansión mantienen baja la inflación e impiden que los salarios suban más rápido, junto al avance moderado del lado de la productividad. Son tres condiciones que explican que las economías desarrolladas sigan avanzando por debajo del potencial previo a la crisis.
Entre los temas a discusión se encuentra analizar como la mayor concentración del mercado en muchas industrias puede estar afectando a la productividad y los salarios. O cómo el cambio en las tendencias de consumo por el comercio electrónico provoca que muchas compañías tengan dificultad para subir los precios. La Reserva Federal trata de entender así las implicaciones de una “economía cambiante”.
La política monetaria, en síntesis, debe pensar en lo que está por llegar para anticiparse y contar con la herramientas para actuar. En el pasado, la Fed recortó los tipos a discreción para enderezar la situación. Ahora no cuenta con ese lujo y se discute que alternativas existen. Hasta ahora se conseguía calmar al mercado indicando que los tipos seguirían bajos durante un largo periodo y a base comprar de deuda.
Otro de los puntos a debate en Jackson Hole está relacionado, precisamente, con el tamaño del balance de los bancos centrales y a qué propósito debe servir. La tercera cuestión de interés es cómo las autoridades monetarias deben tener en cuenta las condiciones fuera de sus fronteras cuando definen sus políticas y como determinadas decisiones, mirando a Turquía, pueden reverberar.
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