Los Estados de EE UU podrán obligar al comercio electrónico a pagar impuestos
La decisión del Tribunal Supremo trata de resolver la distorsión fiscal que penaliza al comercio tradicional
El Tribunal Supremo de Estados Unidos se puso del lado del estado de Dakota del Sur en la batalla con el portal de comercio electrónico Wayfair, al reconocerle el derecho para exigirle que recaude los impuestos por las ventas que hace en su territorio pese a no tener presencia física. La mayor instancia judicial del país revierte de esta manera una norma que explica en gran parte el éxito de Amazon y la desventaja competitiva de las tiendas físicas.
De acuerdo con las reglas que rige desde hace un cuarto de siglo en Estados Unidos el tratamiento fiscal en el comercio, los portales en línea no están obligados a recaudar los impuestos por las transacciones que se realizan en sus plataformas salvo que tengan una presencia física en el estado donde vive la persona que compra. Amazon y la cadena de hipermercado Walmart ya recaudan impuestos en 45 estados, menos en cinco.
Sin embargo, las dos gigantes del comercio electrónico en EE UU siguen una práctica fiscal diferente cuando las compras en su portal tienen que ver con terceras empresas. Hay, además, compañías como Overstock, Newegg y la propia Wayfair que tiene una presencia física mucho menor para que se les aplique la legislación. Eso les da una ventaja competitiva respecto al comercio tradicional. El Supremo señala que el precedente que implantó en 1992 ya no vale.
El comercio electrónico se está convirtiendo en una fuente de ingresos cada vez mayor para los estados. La Government Accountability Office calcula que el pasado ejercicio pudo haberse recaudado hasta 13.400 millones de dólares adicionales en impuestos si cambia la regulación y se fuerza a todos los clientes a pagar impuestos en las compras electrónicas. Dakota del Sur exige que las empresas con más de 100.000 dólares anuales en ventas paguen impuestos.
El debate puso en evidencia, sin embargo, que la solución no es simple y permitir que un estado recaude impuestos fuera de su territorio puede detonar una oleada de litigios sin fin. En la práctica, están teniendo poco éxito al dar con la vía para recaudar los impuestos que debe pagar el consumidor. En gran medida se debe a la dificultad a la hora de acceder a la información sobre las ventas.
Intenso debate
Y luego están los costes derivados del cambio legal, que perjudican a los pequeños negocios frente a las compañías dominantes. Hay 12.000 jurisdicciones en EE UU con tipos diferentes de imposición para un sin fin de productos. La Software & Information Industry Association calcula que establecer todo un sistema para seguir el pago de los impuestos asciende a 250.000 dólares.
En el frente opuesto durante el debate, se posicionaron los miembros que defendieron que se debe dar con una solución que permita preservar la competitividad de las pequeñas tiendas físicas más que preocuparse por las nuevas plataformas que emergen en Internet. Eso significaría favorecer un modelo de negocio. Por este motivo consideraron necesario que se deba requerir a todas las tiendas, físicas o en línea, a que recauden los impuestos.
Las acciones de Amazon caían un 1% tras la decisión del Tribunal Supremo mientras que las de Wayfair lo hacía más de un 3%. Las de eBay se dejaban cerca de un 2%. La cadena Target ganaba un 2%, como JCPenney. El dictamen, que contó con cinco votos a favor y cuatro en contra, "dará al comercio tradicional la oportunidad de competir", valoró la Retail Industry Leaders Association, aunque advierten de que "llega diez años tarde".
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