Las empresas vuelven a endeudarse por primera vez desde 2010
La deuda sube en 9.000 millones de euros pero baja en relación al PIB hasta el 78% por el crecimiento de la economía
Las empresas volvieron a endeudarse en 2017 por primera vez en siete años. Se trata de un incremento leve, del 0,8% del PIB, unos 9.300 millones de euros, según un informe del Banco de España publicado ayer. Sin embargo, representa un importante hito tras dos años con la cantidad de deuda congelada y reduciéndose en los cuatro anteriores. Aun así, si se mide en relación al Producto Interior Bruto, el endeudamiento sigue bajando porque el PIB, incluyendo la inflación, creció mucho más que lo que aumentaron los pasivos de las compañías.
De acuerdo con las cifras del supervisor, las sociedades no financieras recortaron su deuda sobre PIB en 5 puntos durante 2017. Si se compara con el máximo registrado en 2010, el endeudamiento cae en 39 puntos hasta el 78% del PIB. Estos pasivos exigibles se componen de crédito bancario y títulos de deuda. Los préstamos concedidos por las entidades nacionales siguieron descendiendo muy ligeramente, así que fueron las emisiones de valores y los créditos foráneos los que hicieron que el saldo de deuda en euros arrojara ese repunte del 0,8% del PIB.
Las empresas no sólo aumentaron el año pasado la financiación ajena. También elevaron sus recursos propios un 3,2%. En parte esto se debe a la revalorización de las carteras propiciada por la buena evolución de los mercados financieros. Pero además se puede achacar en gran medida al aumento de los márgenes empresariales, de los que una porción importante se ha destinado a reforzar la situación financiera. El Banco de España ya había señalado en su informe anual que los márgenes empresariales habían permanecido estables durante la recuperación sin apenas contribuir a las ganancias en competitividad. A juicio del supervisor, se trataba de un hecho normal cuando las firmas se enfrentaban a un contexto de restricción financiera como sucedió durante la crisis. Sin embargo, en opinión del banco, revela falta de competencia ahora que hay una recuperación y, en principio, deberían entrar nuevos competidores.
Los datos del INE muestran que las sociedades no financieras obtuvieron en 2017 unos 89.000 millones más en rentas que en 2008. Con esos mayores ingresos, las empresas casi han recuperado los niveles de inversión; destinan 15.000 millones más a dividendos y, sobre todo, han saneado sus cuentas, bajando deuda y aumentando su capital. Al mismo tiempo, gastan unos 10.000 millones menos en salarios.
Además, en 2017 la capacidad de financiación de las empresas fue muy elevada, alcanzando los 34.238 millones. Esto es: generaron más recursos que los que emplearon. Incluso si subió la deuda, los activos de las empresas engordaron todavía más gracias a esa alta capacidad de financiación. Y tras nueve años acumulando capacidad de financiación positiva, las compañías presentan una situación mucho más saneada con más capital y más fondos propios.
En cuanto a las familias, su deuda bancaria cayó en 2017 en tres puntos hasta el 61% del PIB, unos 24 puntos por debajo de la cota máxima de 2010. “Como en años anteriores, se produjo un descenso de los préstamos para adquisición de vivienda, que se vio parcialmente compensado por el aumento de los créditos destinados a consumo y otros fines”, señala el informe del Banco de España, titulado Evolución de los flujos y balances financieros de los hogares y las empresas no financieras en 2017.
Es decir, las amortizaciones de crédito hipotecario siguen superando las contrataciones y haciendo que la deuda total baje. Si bien este proceso de desendeudamiento de las familias parece ir perdiendo fuerza. Según datos del INE, en 2017 los hogares gastaron más recursos que los que generaron por primera vez en casi una década. Tan solo 3.063 millones, una cantidad todavía reducida. Ahora bien, eso no significa que para financiarlo tuvieran que tirar solo de deuda. También recurrieron a sus depósitos y activos ahorrados. Por eso, la deuda neta de los hogares no aumentó en 2017. Aunque por muy poco.
En 2017, la riqueza financiera bruta de las familias subió un 2,1%, una tasa ligeramente superior a la del año anterior. La de las empresas creció un 2,5% frente al 4,5% del ejercicio anterior. "Durante 2017, la mayor parte de la inversión de los hogares se materializó en fondos de inversión, seguida por la adquisición de planes de pensiones y seguros y de depósitos bancarios, mientras que las tenencias directas de valores mobiliarios se redujeron. En cambio, en el caso de las empresas, la inversión se volvió a concentrar, principalmente, en acciones y otras participaciones y, en menor medida, en depósitos", reza el documento del Banco de España.
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