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Montebalito navega a contracorriente

La inmobiliaria lucha por enderezar su rumbo y contener la caída en Bolsa frente a la euforia del sector

María Fernández
Promoción de chalés de lujo en la calle María Lombillo, en Madrid.
Promoción de chalés de lujo en la calle María Lombillo, en Madrid.Kike Para

Las grandes inmobiliarias recogen estos días enormes ganancias y ven crecer el valor de sus activos. Socimis como Merlin, Colonial, Hispania o Lar marcaron este primer trimestre récords. Pero no todas han corrido la misma suerte. Como la aldea de Asterix (aunque de forma nada épica), una pequeña inmobiliaria presente en el parqué desde 2006 que pasa desapercibida para muchos analistas pierde un 27% en Bolsa desde sus máximos de enero. En el lenguaje bursátil a Montebalito se la conoce como un “chicharro”, palabra que define a las firmas de baja capitalización (apenas 57 millones de euros en su caso), que se caracterizan por ser volátiles e irregulares y que, a veces, ofrecen rentabilidades por encima del mercado, aunque pueden echar a perder una inversión.

Hace unos días la compañía presentaba unos malos resultados trimestrales, con pérdidas de medio millón de euros, que su informe de gestión atribuye al “impacto negativo de los tipos de cambio y de la variación negativa de la cartera de negociación”. Pero lo cierto es que Montebalito lleva varios años sin levantar cabeza. En 2017 perdió ventas (obtuvo unos ingresos de 14 millones, dos menos que un año antes) y según un análisis de WallueStreet.com, “el beneficio neto contable ha caído de media un 20% anual durante los últimos cinco años”. Javier Sanz, analista de Admiral Markets, aprecia una tendencia bajista de las acciones muy pronunciada desde el pasado enero. “Personalmente me mantendría al margen del valor hasta que la hoja de ruta de la compañía cambie radicalmente y la tendencia busque nuevos objetivos alcistas”.

La compañía, propiedad del vigués José Alberto Barreras, de familia de armadores, forma parte de un grupo de larga historia y con ramificaciones en varios países cuya trayectoria comienza en 1972. Ni el veterano empresario concede entrevistas ni la sociedad ofrece más información que la que está obligada a presentar en registros oficiales. Más allá de eso, el Registro Mercantil recoge la intensa actividad empresarial de Barreras, administrador de 48 sociedades y con cerca de 90 cargos de todo tipo. Ha pilotado negocios variados: desde energía eólica hasta empresas de alimentación, barcos o de congelados.

Lo último que se ha publicado del empresario es la actividad offshore de tres de sus empresas recogida por El Confidencial en los llamados “Papeles de Panamá”. También fue consejero de Pescanova hasta que estalló la crisis en la pesquera (e imputado por sospechas de que utilizó información privilegiada para vender sus títulos) y es propietario de Metambiente, la empresa que controla la mayor parte de las acciones de Montebalito, también dedicada al negocio inmobiliario y con filiales, oficinas e inversiones en República Dominicana, Panamá, Chile y Brasil. Hace años Barreras llegó a tener una participación significativa del Banco Pastor, engullido por el Banco Popular. Desde otra de sus sociedades, Cartera Meridional, llegó a controlar uno de los mayores astilleros privados de España (Vulcano) y fue consejero de la extinta Española de Zinc, una empresa metalúrgica en la que Cartera Meridional se metió en 2004, en plena crisis de la firma. Lo que en apariencia se presentó como un negocio industrial terminó también siéndolo inmobiliario, ya que la empresa poseía un importante paquete de suelo en Cartagena que posteriormente fue recalificado.

El inmobiliario es el sector donde mejor se mueve el empresario y ahí parece que la última palabra no está dicha. Volviendo a Montebalito, el informe de gestión destaca algunas fortalezas, como que se ha revalorizado un 300% desde el año 2013 y ha ido reduciendo deuda total y bancaria hasta un pasivo de 27,6 millones (equivalentes al 20% de sus activos totales) de los cuales 11 millones son con la banca.

La compañía explica que se ha embarcado en un plan para enderezar el rumbo perdido. Este mes de mayo empezará nuevas promociones en Sevilla y Madrid por valor de unos cuatro millones de euros para construir apartamentos turísticos y chalés de lujo. “El grupo sigue buscando nuevas inversiones en suelos para promover la construcción de viviendas principalmente en la capital”, admite la empresa. También busca soluciones que le permitan refinanciar las deudas que vencen en el corto plazo. Una de ellas será la conversión de 1,6 millones de euros de créditos en acciones tras una ampliación de capital que deberá de aprobarse el próximo 28 de junio. Aunque los ingresos brutos siguen descendiendo este año, el ritmo de caída es menor y la deuda financiera neta también. Sigue teniendo una cartera diversificada, con suelos y promociones en Canarias, Rumanía, Chile, República Dominicana, Brasil, Francia y Marruecos, y aunque el efecto divisa le ha pasado factura, cuenta con negocios hoteleros que generan flujo de caja en Latinoamérica. Con casi medio siglo de vida, la empresa todavía no ha dicho la última palabra.

Fiesta de beneficios

Quabit estuvo a punto de entrar en concurso en 2012, pero los buenos tiempos han llegado y la firma acaba de anunciar un beneficio en el primer trimestre de 2,8 millones, un 68% más que el registrado el año pasado. Hispania se ha revalorizado un 10% desde enero y es objeto de una opa hostil por parte del fondo Blackstone. El aumento de rentas de alquileres ha hecho que Lar eleve este año un 45% sus ganancias. Y la socimi Merlin Properties otro tanto: alcanzó en el primer trimestre un récord de 114 millones en beneficios, un 74% más. La fiesta del dinero en el sector, que no llega a Montebalito, también abarca a otras compañías más modestas.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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