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Columna
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El poder de las palabras y el tono del BCE

El análisis de los comunicados de Draghi es una herramienta clave para seguir los cambios en política monetaria

La medición del tono que utiliza en Banco Central Europeo (BCE) en cada intervención ha cobrado relevancia en los últimos tiempos como herramienta de seguimiento de la política monetaria. Esto es así, desde que los bancos centrales han adoptado compromisos concretos, y una comunicación creíble y transparente como un instrumento más. Para ello, el BCE ancla la orientación de expectativas a su mandato principal (estabilidad de precios) e indica de forma clara cómo reaccionará si la economía evoluciona de una manera determinada. La orientación de la política monetaria es efectiva, ya que permite relajar las condiciones monetarias cuando el resto de instrumentos se ha quedado sin margen de maniobra, o bien anclarlas cuando se empiecen a retirar gradualmente los estímulos.

Por suerte, la tecnología hoy en día ayuda a extraer la información que hay en las palabras del BCE para elaborar un indicador que muestre los temas tratados y el tono de dicha comunicación. El indicador publicado por BBVA Research revela cómo los principales asuntos abordados por el banco central han evolucionado significativamente a lo largo del tiempo para adaptarse a un entorno cambiante. Desde su nacimiento hasta antes de la crisis financiera internacional, los temas con mayor influencia eran los referentes a la política monetaria convencional o a la economía. En cambio, desde 2009, tomaron relevancia la política monetaria no convencional y los asuntos relacionados con la crisis financiera y la unión bancaria.

Pero… ¿son sólo importantes las palabras? ¿Acaso no lo es también el tono? El segundo aspecto, se puede interpretar como un indicador del grado de dureza (o laxitud) en la orientación de la política monetaria del banco central. En el caso del BCE hasta 2007 el tono fue positivo, lo que indica que la orientación de la política monetaria era más contractiva, especialmente durante los años 2004-2007 (período asociado a la prosperidad económica). Pero a partir de esa fecha, el tono se suavizó progresivamente hasta 2014, momento en que la política monetaria alcanzó su mayor nivel de laxitud. A partir de entonces, el tono se ha tornado hacia la neutralidad, ya que el BCE está preparando la salida de las medidas no convencionales.

En resumen, el análisis objetivo de los comunicados del BCE constituye una herramienta clave para el seguimiento de los cambios, y la previsión de las expectativas sobre las decisiones de política monetaria. En los próximos meses, el BCE tendrá que modular tanto las palabras como el tono de forma que guíe correctamente a los mercados en sus expectativas de política monetaria futura. Parafraseando a Mario Draghi: “En una economía de mercado, la transparencia y la comunicación son fundamentales para la eficacia de nuestra política monetaria”.

* María Martínez y Cristina Varela. BBVA Research.

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