Tres modelos digitales que desafían a la banca tradicional
EVO Banco, N26 y Revolut ganan miles de clientes como entidades de móvil y de tarjeta
“Los bancos están tratando de ser geniales y modernos, y construir interfaces digitales supergeniales... Pero es como ponerle carmín a un cerdo; en última instancia, sigue siendo un cerdo”, afirmó Mark Mullen, director ejecutivo de AtomBank, un banco digital británico en el que el BBVA controla el 39% del capital. Estas palabras abren el último informe del Massachusetts Institute of Technology (MIT) sobre banca digital, que arranca con una provocadora cuestión: “¿Hemos llegado al final de los bancos de la manera en que los conocemos?”.
Lo cierto es que la transformación digital obsesiona a los banqueros. “Mantenerse igual no es una opción”, dice un veterano directivo. La mayor parte de la banca tradicional se siente como si remara a contracorriente porque ha entrado con pesadas estructuras (muchas oficinas y plantilla) y mentalidad clásica en una guerra donde prima lo liviano y la capacidad de adaptación a lo nuevo. Tiene que atender los dos mundos a la vez, el tradicional y el móvil, y eso supone más inversión sin rentabilidad a corto plazo.
Los banqueros admiten que necesitan menos oficinas (han cerrado casi el 40% de la red) pero no apuestan por eliminarlas del todo. Compiten contra bancos sin sucursales que operan con nueva tecnología diseñada para el móvil y la tarjeta. EVO Banco, N26 y Revolut son tres modelos distintos unidos en su objetivo: robar los clientes millenials (y menos jóvenes) que trabajan con los bancos tradicionales. “Si los bancos hicieran cosas interesantes, nosotros no estaríamos aquí”, resume el ruso Nikolay Storonsky, fundador de Revolut.
En contra de lo que se puede pensar, España no está a la cabeza en el uso de los servicios bancarios digitales. Según el Informe sobre el progreso digital 2017, de Eurostat, “el uso de las redes sociales por parte de los españoles (67%) es superior a la media de la UE, pero la utilización de servicios bancarios y el volumen de compras on line (54% para ambos indicadores) son inferiores a la media europea (59% y 66%, respectivamente)”. España está por delante de Francia e Italia de media, pero por detrás de Alemania y Reino Unido. Pese a las cifras, España ha elevado su ratio con rapidez: en 2007 solo tenía una penetración del 16%.
ING y BBVA, a la cabeza
En esta batalla contra lo desconocido, no todos están en el mismo nivel: ING y BBVA van en cabeza. El banco holandés, que rompió el statu quo al lanzar su banco por teléfono sin comisiones en 1999, tiene el 95% de sus clientes digitales. En el BBVA, que lleva casi dos décadas transformando la entidad con fuertes inversiones, el ratio es del 50,1%, según un estudio del Grupo Inmark.
La estrategia defensiva contra los ágiles competidores tampoco ha sido igual: mientras el BBVA apostó por una adaptación integral, el Santander creó la filial Openbank, el Sabadell Activobank y Bankinter Coinc. Estas filiales sirven para minimizar gastos cuando se aplica el sistema de prueba y error, al tiempo que capta a los clientes más digitales a los que se ofrecen productos a mejor precio. Según Leopoldo Torralba, economista de la firma de inversión Arcano, el riesgo de esta estrategia es “la canibalización entre clientes y la caída de la rentabilidad del banco”.
Pero las startup financieras no dejan de crecer, aunque es difícil cuantificarlo. La legislación está a su favor. Como señala Elías Ghanem, vicepresidente y responsable de fintech de Capgemini Europa, “la clave es la PSD2 (por sus siglas en inglés Payment Service Providers), que desde enero permite el acceso de terceros a las cuentas de los clientes y el inicio de pagos en su nombre, previa autorización del titular. “Hasta ahora los bancos han vivido tranquilos porque tenían el control de los datos de sus clientes, pero ahora cualquier banco o fintech puede verlos y ofrecer mejores servicios y precios. Es un cambio radical”.
Ghanem recuerda la irrupción de Orange Bank en Francia que solo en marzo ha captado 100.000 clientes. “Las operadoras tienen bases de clientes y una marca, por lo que se pueden convertir en competidores peligrosos para la banca. En España es lógico que lo hagan”. Entre los que robarán clientes, Ghanem cita, además de los clásicos GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon) a Microsoft y a los chinos Alibaba y Tencent. “Estos pueden trabajar como bancos, pero con la agilidad de una startup y son multimillonarios en dinero y datos”, apunta.
¿Por dónde están atacando? Según la consultora PwC, entran por los servicios de pago, las transferencias y la gestión de las finanzas. PwC apunta que la banca teme perder hasta el 24% de sus ingresos ante la irrupción de las fintech. Torralba, de Arcano, cree que “los bancos nativos digitales no tienen fácil robar clientes salvo que realicen cuantiosas inversiones en marca”, aunque sí pueden hacerles daño en productos como créditos al consumo. Capgemini considera que las alianzas entre bancos y fintech son “beneficiosas si plantean adecuadamente”. El 45% de los bancos ya negocian con las fintech, dice PwC.
EVO Banco: De entidad clásica al modelo digital
Enrique Tellado fue directivo de Caixa Galicia y ahora es consejero delegado de EVO Banco, que ha cerrado el 90% de las oficinas y prescindido del 60% de la plantilla. Ahora todo gira alrededor del móvil: acaba de lanzar un sistema de voz para ser el primer banco del mundo que opere por esta vía. Tellado dice que la clave utilizar la inteligencia artificial para personificar las ofertas hasta que el banco pueda predecir tu comportamiento financiero y aconsejarte lo mejor. Además, debe complementar su oferta con posibilidades de inversión (housers para entrar en el sector inmobiliario), descuentos en Uber, El Tenedor, Booking.com (que incluye financiarle los viajes), etc. “El objetivo es la satisfacción del cliente, no exprimirle hasta la última comisión ni tomarle el pelo con bloques de productos que no le interesan”, dice Tellado. Admite que el fondo Apolo, dueño de EVO busca comprador para el banco.
N26: Un banco completo por móvil y tarjeta
N26 se define como “el primer banco móvil con licencia bancaria para operar en Europa, con nuevos estándares simples, rápidos y contemporáneos que desafían a la banca tradicional”. En 2013 los austríacos Valentín Stalf y Maximilian Tayethal lo fundaron en Berlín, aunque no lo lanzan hasta 2015; en marzo pasado tenía 850.000 clientes. Ha captado 134 millones de euros en la última ronda de financiación con los que quiere expandirse en 17 países. Está controlado por los fundadores, Allianz y el chino Tencent. Francisco Sierra, su primer ejecutivo en España, afirma que sus plataformas “son entre 20 y 30 veces más baratas que las de la banca tradicional, que están obsoletas para trabajar con móviles”. Cobran escasas comisiones, todo se hace por móvil y por tarjeta y espera cerrar 2018 con 100.000 clientes en España, a los que no piden que abandonen su banco actual.
Revolut: Con licencia de dinero electrónico
Revolut no tiene licencia bancaria sino de operador de dinero electrónico concedida en el Reino Unido. Dice ser “mejor que tu cuenta del banco” y todos sus servicios se basan en una aplicación para el móvil que da acceso a cuenta corriente y una tarjeta. Está especializada en transferencias. Permite la compra de criptomonedas con una comisión del 1,5%. El dinero que capta lo deposita en Lloyds o Barclays y no concede directamente los créditos, sino a través de una firma de préstamos. Espera que el Banco de Lituania le conceda ficha bancaria en junio, y prepara su expansión por Europa; acaba de obtener 200 millones de financiación y ha multiplicado su valoración por cinco en un año hasta 1.400 millones. En España cuenta con unos 80.000 clientes y “acabaremos 2018 con más de 200.000”, según su director general, Pablo Viguera. El consejero delgado, Nikolay Storonsky, dijo que dejó Credit Suisse “porque en los bancos los incompetentes son promocionados por hacer pasillos”.
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