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El Grupo Mutua acelera su expansión

La aseguradora prepara un plan de transformación digital con vistas a 2020

Centro de atención telefónica al cliente de Mutua Madrileña.
Centro de atención telefónica al cliente de Mutua Madrileña. Javier Valeiro
Miguel Ángel García Vega

Corre la vida, corre el tiempo y corre Mutua Madrileña. La aseguradora cumple una década bajo la dirección de Ignacio Garralda, su presidente ejecutivo y consejero delegado. El reloj, caprichoso, ha marcado su propio destino. Acceder a la máxima responsabilidad de la compañía en el estallido de la Gran Recesión no era navegar en una mañana soleada. Pero diez años han sido suficientes para transformar una aseguradora centrada en automóviles y en Madrid en un grande de 5.000 millones de euros en primas, que disputa a Mapfre la primera posición de la clasificación de seguros no vida, que manda en el mercado de salud a través de Adeslas, con una cuota del 29%, y que tiene encima de la mesa un plan estratégico 2018-2020, el cual semeja un faro en la noche de la transformación digital.

El viaje a través de esta década se puede fijar con la precisión de un agrimensor virtuoso. Entre 2009 y 2010 la compañía volvió a orientarse hacia sus mutualistas. La subida de primas en las etapas anteriores había provocado deserciones en sus filas. Iniciativas como "Soy de la Mutua" reivindicaron el orgullo de pertenencia y la estrategia funcionó también por su sencillez, al igual que ha sucedido con la campaña "¿Por qué a mí, si soy un buen conductor?", lanzada en 2016.

La aseguradora tomó aquí un camino diferente al resto del sector y mientras sus competidores incrementaban las tarifas para hacer frente al aumento de las indemnizaciones establecidas por accidentes, Mutua absorbió la subida y no la repercutió a sus asegurados, congelando los precios por cuarto año consecutivo a dos terceras partes de sus mutualistas. La táctica tuvo éxito y desde 2017 la compañía ha obtenido el mayor crecimiento rentable de los últimos años.

Y es que recuperados los mutualistas, la aseguradora tenía que volver a crecer, ganar tamaño y plantar batalla en nuevos frentes para garantizarse la sostenibilidad de su proyecto empresarial. Entre 2012 y 2014 se diversifican los canales de distribución, para entrar en el negocio de flotas y empresas, y se cierra una operación que reivindica un escenario distinto. Compra el 50% de SegurCaixa Adeslas, lo que lleva consigo su toma de control y la integración en el grupo empresarial de Mutua así como la alianza en bancaseguros con CaixaBank. Esta ecuación ya aporta la tercera parte del beneficio neto consolidado del Grupo y más de 3.000 millones de euros en primas.

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Mientras, el otro binomio del tiempo, el que trascurre de 2015 a 2017, lo marca la expansión internacional. Adquiere —por 200 millones de euros— el 40% de la primera empresa de seguros generales de Chile, BCI Seguros, con opción de comprar otro 20% adicional dentro de dos años. Es, además de su primera operación internacional, una puerta abierta a nuevas geografías: "Estamos explorando posibles adquisiciones y acuerdos en Perú, México y Colombia, países que forman parte de la Alianza del Pacífico", revelan en la empresa.

Inversión tecnológica

Todo armado bajo la lógica de un calendario que descuenta estos días el plan estratégico 2018-2020. El objetivo es "centrar la actividad de la organización en el cliente, lo que nos obliga a acelerar la transformación digital cambiando procedimientos internos y acometiendo fuertes inversiones tecnológicas, no solo para adecuarnos al mayor uso de los canales digitales [más del 40% de las pólizas nuevas de automóvil que se contratan ya proceden del canal online], sino también para impulsar la innovación interna y entrar —o poner en marcha— en nuevos negocios cercanos a la actividad aseguradora", narra el presidente del Grupo Mutua.

Una empresa sin brecha salarial

El ecosistema de la aseguradora deja como retrato estos números: más de 5.000 millones en primas, 7.500 empleados, más de 12 millones de asegurados, un crecimiento constante del valor de los activos, incluso durante los peores años de la crisis (superando por primera vez el año pasado los 7.000 millones de euros); y el empeño de seguir creciendo. Pero esas ambiciones transitan por las personas. Desde hace cuatro años, en Mutua promueven un programa denominado Liderazgo Femenino —combina medias formativas y de conciliación— para facilitar el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad. Además, su informe anual certifica que no existe brecha salarial.

Hay que cargarse de ideas y de nuevas miradas en una sociedad que cada vez se parece menos a la del día anterior. Los jóvenes —cuentan las estadísticas— pierden el interés por la posesión del coche. Buscan nuevos modelos de transporte. El vehículo compartido parece su gran respuesta. Grupo Mutua trabaja en productos para este colectivo y también sigue de cerca la evolución del automóvil eléctrico. "Cuando haya suficiente masa crítica habrá un producto específico para este segmento", desvela Ignacio Garralda. "El enfoque ya no será tanto asegurar el automóvil como identificar las necesidades de las personas".

Todo gira y cambia, nada es lo que fue. La Mutua ha promovido durante la última década un esfuerzo profundo por transformar el mapa de su presencia. En 2008 —cuando accedió su actual responsable a la presidencia ejecutiva— la aseguradora tenía una dependencia alta de Madrid. El 80% del negocio procedía de la comunidad. Hoy esa relación es muy diferente. La zona centro de la península aporta el 32% de los ingresos del Grupo y el resto (68%) provienen de fuera.

Garralda quiere intensificar el proceso de diversificación geográfica y el de los negocios. De hecho, el nuevo plan estratégico presta una especial atención a la actividad financiera con el propósito de hacer de Mutuactivos (maneja los fondos de inversión y planes de pensiones del grupo) la mayor gestora española independiente de bancos, para lo cual se está reforzando con nuevos recursos tecnológicos y humanos, sin renunciar —tampoco aquí— al crecimiento inorgánico.

No obstante, el ramo de seguros de autos seguirá siendo el centro del negocio, y el mantenimiento de la fase de crecimiento rentable que ha desarrollado, sobre todo, durante el anterior plan estratégico 2015-2017, una prioridad. Esta actividad acumula un crecimiento —según datos de Icea, el servicio de estadísticas del sector— del 32% desde 2008. Una posición de firmeza frente a la caída del 11% que ha tenido que soportar de media la industria. Con poco ruido, Grupo Mutua se ha convertido en la tercera firma por primas en el seguro de automóvil y controla un 13% del mercado, cuando en 2008 su participación era del 8%.

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Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.

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