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No hay dos pensiones iguales en España

Hay casi 10 millones de pensionistas. Una de cada cuatro prestaciones es mínima, que incluye más de 30 categorías, y 700.000 superan los 2.100 euros al mes

Manifestación de pensionistas en Madrid.Foto: atlas | Vídeo: Santi Burgos (EL PAÍS)
Manuel V. Gómez

Los pensionistas salieron este sábado a las calles de toda España para defender el sistema público. Esa frase puede llevar a la idea de que los pensionistas son un colectivo homogéneo si se les mide por lo que ingresan, un bloque monolítico. Pero eso es falso. Solo un titular, al que contribuye un dato: la pensión media es de 932,3 euros al mes. No todos cobran una pensión mínima; no todos tienen una pensión máxima; los hay que perciben dos prestaciones; los hay huérfanos de menos de cinco años y viudas de más de noventa e, incluso, están los que casi no llegan a fin de mes porque ayudan a familiares sin empleo ni ingresos, aunque estas penurias son más achacables a las carencias del Estado de bienestar que a las de la Seguridad Social.

GRÁFICO: Radiografía de las pensiones en España
GRÁFICO: Radiografía de las pensiones en España

Para analizar la diversidad de este colectivo hay que empezar por lo más obvio: no es lo mismo una pensión que un pensionista. Los hay que cobran dos prestaciones, principalmente viudas (la pensión de viudedad es compatible con otra prestación o con un empleo). Esto se comprueba con los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social, que muestran que el pasado febrero pagó 9.573.282 pensiones a 8.699.056 pensionistas.

El asunto se complica porque este órgano no es el único que se hace cargo de prestaciones de este tipo. También lo hace el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, que el mes pasado pagó 635.489 pensiones de clases pasivas (los funcionarios que se retiran del mercado laboral), y el Imserso, que satisfizo 454.621. En total, la cifra de pensionistas de todo tipo en España casi se acerca a los diez millones.

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Uno de los subgrupos más numerosos son los beneficiarios de pensiones mínimas, estas prestaciones suponen el 25% de todas las que se pagan. Pero incluso ahí hay gran diversidad. No es lo mismo un jubilado que se haga cargo de su pareja (788,9 euros al mes si supera los 65 años, o 739,5 euros si es menor de esa edad) que el que vive solo (606,7 euros si supera los 65 años). Ni es igual una viuda con cargas familiares (739,5 euros) que la que no tiene carga alguna con menos de 60 años (484,2 euros).

Una cosa a tener en cuenta sobre las prestaciones mínimas es que el Estado las suele complementar porque las cotizaciones que en su momento pagó el beneficiario no le dieron derecho a llegar a ese umbral. El año pasado, la factura de esos complementos, un mecanismo que no existe en países como Alemania (donde hay ayudas a la pobreza), ascendió a 7.200 millones de euros.

Bastantes pensiones mínimas se encuentran entre 600 y 900 euros, el más numeroso cuando se divide por tramos de 300 euros. Si la cesura entre unas y otras se establece en una cuantía equivalente al salario mínimo interprofesional (735,9 euros), las que están por debajo ascienden a 4,9 millones (el 51% del total).

En el otro extremo del sistema están las pensiones más altas. Casi 700.000 perciben entre 2.100 euros y la máxima (casi 2.600 euros). Este grupo no es amplio, pero ha crecido mucho en los últimos años: los nuevos jubilados se están retirando con carreras de cotización más largas y con bases más altas.

Jubilados y viudas

Si los colectivos de pensionistas se dividen por sexos, se observan diferencias apreciables en su composición, que explican buena parte de la brecha de género. Entre los hombres, los jubilados son una inmensa mayoría: 3,7 millones, el 81% de todos los beneficiarios. Las mujeres jubiladas, en cambio, suponen el 53% de todas las pensionistas (4,2 millones).

La situación se revierte completamente cuando se miran las pensiones de viudedad. Y ahí hay una de las principales explicaciones de la brecha de género en pensiones: la prestación media de jubilación, en la que ellos son más, es de 1.077,52 euros; la de viudedad, en la que ellas tienen un dominio aplastante, queda en 652,17 euros. Entre ellas, se sitúan la ayuda por incapacidad permanente (940,02 euros) y muy lejos la de orfandad (382,79 euros).

Todos estos datos muestran la escasa homogeneidad del colectivo tomando solo la referencia de las prestaciones. Pero la diversidad sube si se tiene en cuenta que no es igual vivir en Madrid que en Cádiz o se añade el patrimonio que se haya acumulado a lo largo de su vida... quien haya podido.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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