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Cristóbal, el ángel de la guarda de Seat

La marca se inspira en un santo para desarrollar sistemas que reduzcan drásticamente los accidentes en la carretera

Presentación de Seat León Cristóbal en el Mobile World Congress de Barcelona.
Presentación de Seat León Cristóbal en el Mobile World Congress de Barcelona.

San Cristóbal condujo, según la tradición cristiana, al Niño Jesús a salvo de una orilla a otra de un salvaje río poniendo en riesgo su vida, y ese milagro le subió a los cielos. Es el patrón de los conductores, ese al que se encomiendan los transportistas y cuya protección piden sus familiares con la popularísima frase “No corras mucho, papá”. Y Cristóbal es el nombre que enmarca las 15 medidas de seguridad que Seat está desarrollando para sus vehículos de cara a prevenir hasta el 80% de los accidentes urbanos y en carretera.

“Nuestro objetivo es conseguir un mundo con cero accidentes”, afirman Luca de Meo, presidente de Seat, y Stefan Ilijevic, responsable de Predesarrollo, Patentes e Innovación del centro técnico de Seat en el entorno del Mobile World Congress (MWC) 2018 celebrado esta semana en Barcelona. “Pero sabemos que hasta que no llegue el coche autónomo no es posible”, explican. Sin embargo, en el expositor de la enseña en la feria, un Seat León Cristóbal (tal y como rezaba su especial matrícula) servía de escaparate de las medidas que la automovilística está implantando para reducirlos drásticamente.

“Hay cuatro causas principales de accidentes en carretera: el cansancio, el exceso de velocidad, las distracciones y el alcohol o las drogas al volante”, detalla Ilijevic. “Ocasionan el 80% de los siniestros y nuestro sistema Cristóbal permite prevenirlas”, asegura. Las medidas incluyen sistemas sencillos, como la integración de una cámara extra en el retrovisor o complejos, como la instalación de un test de alcoholemia en el vehículo, cuyo uso puede ser imprescindible para arrancar el automóvil. “Cristóbal busca reducir el impacto del factor humano en los accidentes”, apunta el responsable.

La más llamativa probablemente sea la que se controla con la aplicación del móvil Mentor. Permite que el propietario del vehículo limite su uso cuando lo coge un segundo conductor, como puede ser un hijo del dueño o los pilotos de una flota de empresa. Mentor permite delimitar la zona en la que puede circular el coche, como el Área Metropolitana de Barcelona, la M-30 de Madrid o un radio de 200 kilómetros desde el punto de partida. Si el coche se sale de esta zona, el propietario recibe un mensaje de aviso en el móvil y el automóvil le pide al conductor que vuelva al área aceptada.

El dueño también recibe alertas si el piloto incumple las normas de tráfico, supera la velocidad permitida (que también es configurable desde la app) o tiene algún percance. De hecho, el propietario puede pedir al conductor que realice obligatoriamente la prueba de alcoholemia instalada en el vehículo antes de coger el coche. “Obviamente, si supera el límite legal no hay discusión y no puede conducir pero si da más de 0,0 pero menos de la tasa prohibida, el coche tampoco arranca. Ha de ser el propietario el que autorice esta conducción desde su teléfono”, detalla Ilijevic.

Puja por la movilidad

Seat aprovechó el Mobile World Congress para lucir su Seat León Cristóbal y para presentar y poner de largo su nueva filial Xmoba, su apuesta por la movilidad. Xmoba agrupa la recién comprada Respiro, con la que la automovilística se estrena en el negocio de coche compartido con la aplicación de pagos Justmoove dedicada a unificar gastos en gasolineras, autopistas, aparcamientos o zonas de aparcamiento restringido de las ciudades. Estará disponible para todos los usuarios, no solo para los clientes de Seat.

Esta medida previene conducir bajo los efectos del alcohol “si el cliente quiere hacer la prueba”, apunta Ilijevic, en el sentido de que estas medidas tienen que contar con la aceptación del piloto. Pero para prevenir el cansancio, Seat cuenta con la tecnología Eye Tracker, que proviene del intercambio con la startup israelí EyeSight. El vehículo detecta, a través de sensores, si el conductor ha separado los ojos de la carretera demasiado tiempo o incluso si los está cerrando. A través de un mensaje de voz y la vibración fuerte del asiento, alerta al piloto y le insta a volver a concentrarse o a tomar un descanso.

Más sencillos pero eficaces son los Display Mirror, retrovisores que permiten ver toda la parte trasera del vehículo sin ángulos muertos, sin deslumbramientos y sin necesidad de estar dando marcha atrás. O los asistentes de salida del vehículo, que bloquean las puertas y lanzan mensajes de voz y luminosos si el coche detecta que queremos salir y está pasando una moto, una bici o un peatón al lado del vehículo sin que lo hayamos visto. “Estas son las que están en un grado más alto de desarrollo”, explica Ilijevic, con lo que podrían llegar antes al mercado.

Para la seguridad de los ocupantes, el automóvil también puede llevar un el llamado Child or Animal Reminder, que avisa al conductor de que ha olvidado un bebé o una mascota en el interior del vehículo. Envía dos alertas de movimiento y temperatura del interior y a la tercera, pide ayuda al exterior haciendo sonar la alarma.

El coche también puede llevar instalada una caja negra que graba los alrededores del vehículo si hay una frenada brusca. “Así, es más fácil saber cómo ha ocurrido un accidente y quién tiene la culpa”, explica. Trabajan además para incluir los puntos negros de las carreteras en los navegadores para que los asistentes a la conducción de velocidad, frenada o distancia de seguridad los tengan en cuenta.

Y la suma de todos es el verdadero ángel de la guarda y se pone en funcionamiento con solo apretar el botón. “Esta función de Guardian Angel, que se activa en el volante, supone que todos los sistemas de asistencia a la conducción, de alerta de cansancio o de prevención, se gradúan en su máximo nivel de alerta, en su mayor sensibilidad”, asegura el responsable. De este modo, los dispositivos estarán especialmente preparados ante errores del conductor y tratarán de prevenirlos.

Sin embargo, pese a los grados de madurez de las distintas tecnologías, su llegada al mercado requiere de una discusión previa desde el punto de vista del albedrío del conductor, de las posibilidades de Seat y desde la perspectiva legal. “Ahora mismo, para usar los datos de la caja negra en un juicio por accidente se necesita autorización del otro conductor. Y hay muchas medidas que no sirven de nada si el conductor no decide utilizarlas”.

Por eso, Ilijevic apunta que, desde la compañía, ya están en conversaciones con las aseguradoras como Mapfre para ver si cabría la posibilidad de reducir las pólizas de cobertura, “sobre todo a los más jóvenes, si llevan instaladas y funcionando estas medidas de seguridad”. “Habría que equilibrar precios, coberturas, riesgos. Es un debate en el que están muy interesadas”, asegura. El coche autónomo no bebe ni se duerme al volante. Mientras, Seat Cristóbal busca velar por esta conducción más segura.

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