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La deuda pública marca récord en 2017 pero cierra justo en el límite pactado con Bruselas

Las administraciones públicas acumulan 1,144 billones de euros, el 3,4% más que un año antes

Antonio Maqueda
Sede del Banco de España, en Madrid.
Sede del Banco de España, en Madrid.

La deuda pública sigue subiendo en euros. A cierre de 2017, los pasivos de las Administraciones Públicas alcanzaron los 1,144 billones de euros, una cifra récord en la historia de España y un 3,4% más que el año anterior, según los datos del Banco de España publicados este viernes.

Sin embargo, consiguió bajar ligeramente en relación al Producto Interior Bruto y, por tanto, a la capacidad de la economía para devolverla. Según los cálculos facilitados por el Ministerio de Economía y a falta de que el INE los confirme, la deuda sobre PIB bajó ligeramente al 98,08%, frente al 98,98% con el que se cerró 2016 y justo en el entorno del 98,1% comprometido con Bruselas. De ser así, supondría la primera vez en la crisis que España logra cumplir sin que se relajen o aplacen las metas fijadas.

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La cantidad de deuda pública acumula 42 meses consecutivos por encima del billón de euros. En la historia reciente de España, la deuda nunca ha caído en cantidades nominales, esto es: en euros. Solo ha bajado en relación al PIB. Y eso es lo que ha ocurrido este año gracias al crecimiento económico. En 2017, el PIB nominal, que incluye también la inflación, creció más que la deuda, en el entorno de 4,2%, lo que permitió reducir el endeudamiento en porcentaje de PIB. Se trata del tercer año consecutivo en el que baja, desde el 100,4% que se registró a finales de 2014.

Sin embargo, está disminuyendo a unos ritmos muy lentos. Entre el 2000 y el 2008, esta ratio descendió a razón de unos 3 puntos por año. En estos momentos ni siquiera se consigue recortar un punto por ejercicio, en parte porque la inflación no despega. En tres años solo ha menguado en 2,3 puntos. Y ahora mismo no se cuenta con ningún instrumento de los que se haya utilizado antes para rebajarla más rápido: las privatizaciones de Felipe González o José María Aznar; el aumento del crédito privado que disparó el PIB durante la burbuja, o las quitas que directamente aplicaba Felipe II. En tales circunstancias, los expertos apuntan que solo resta seguir creciendo a fuerza de mantener las ganancias competitivas dolorosamente obtenidas mediante la devaluación interna. Así se podría recortar estos pasivos, aunque sea a una velocidad bastante más lenta.

Tipos históricamente bajos

En 2017, el coste medio de la deuda en circulación se situó en el 2,55%, un mínimo histórico. No obstante, estos tipos tan bajos se deben en gran medida a que en 2017 el Banco Central Europeo adquirió 79.929 millones de euros de deuda pública española, casi el doble de lo que aumentó el endeudamiento. Cuando estas compras se vayan deteniendo, algo que en principio está previsto para septiembre de este año, podría empezar a notarse en el coste de la deuda. Poco a poco, conforme se endurezcan las condiciones financieras, los intereses de la deuda podrían lastrar los presupuestos. Ya durante la crisis el gasto en intereses incluso superó el pago de prestaciones por paro. Lo cual deja a la economía española con muy poco margen para reaccionar ante una nueva crisis o frente a las pobres perspectivas demográficas que se perfilan en un horizonte no lejano, cuando en los próximos años empiece a jubilarse la generación del baby boom.

No obstante, la buena noticia es que el crecimiento que ha registrado la deuda representa el menor desde que empezó la crisis, bastante por debajo de las tasas del 10% a las que llegó a crecer. Ese 3,4% obedece fundamentalmente al aumento del déficit, esto es, el desfase entre los ingresos y gastos públicos. De los 750.000 millones en los que ha engordado la deuda desde 2008, destacan los cerca de 50.000 millones que se emplearon para el rescate financiero. Otros 30.000 millones se corresponden con el Fade, el Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico generado por la apuesta renovable. Unos 40.000 millones se deben al plan de proveedores para abonar facturas morosas de comunidades y ayuntamientos. Y unos 30.000 millones se añadieron por los salvamentos de Grecia, Irlanda y Portugal.

La Seguridad Social dispara la deuda

Por administraciones, en 2017 la deuda del Estado subió un 4,8%, hasta los 996.472 millones de euros, 45.719 millones más que un año antes. Las comunidades autónomas incrementaron sus pasivos un 4% respecto al cierre de 2016, 11.312 millones en 12 meses que les lleva a sumar un total de 288.313 millones. En cambio, las corporaciones locales disminuyeron su endeudamiento en 3.062 millones, un 9,5% menos, hasta los 29.160 millones.

La Seguridad Social merece un capítulo aparte: acaba el año 2017 con unos pasivos de 27.393 millones de euros. Supone un 59,5% más en solo 12 meses, un aumento de 10.220 millones motivado por el préstamo que le concedió el Estado vía Presupuestos generales para hacer frente a los pagos de las extras de las pensiones. De esta forma se intentaba evitar el vaciamiento el Fondo de Reserva, la llamada hucha de las pensiones. De hecho, los fuertes incrementos de la deuda de la Seguridad Social se produjeron precisamente en julio y en noviembre, justo en los momentos en los que se usó el crédito para abonar las extra de los jubilados.

Para 2018, el Gobierno tenía previsto extender un nuevo préstamo por valor de 15.000 millones. Sin embargo, la falta de presupuestos hará que se tenga que conformar con repetir el mismo crédito de 10.000 millones y tomar algo más del Fondo de Reserva. En la hucha aún quedan unos 8.000 millones y el déficit este año podría rondar los 17.800 millones, según las previsiones que maneja la Seguridad Social.

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Sobre la firma

Antonio Maqueda
Periodista de la sección de Economía. Graduado en Periodismo en la Universidad de Navarra y máster por la Universidad de Cardiff, ha trabajado en medios como Cádiz Información, New Statesman, The Independent, elEconomista y Vozpópuli.

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