CaixaBank gana 1.684 millones en 2017, el 60,9% más con una mejora de los resultados inmobiliarios

CaixaBank ganó 1.684 millones de euros en 2017, el 60,9% más que el ejercicio anterior, un beneficio que, según ha asegurado este viernes la entidad que preside Jordi Gual en su sede de Valencia, se explica por la mejora del negocio esencial del banco, la integración del portugués BPI y las menores dotaciones realizadas este ejercicio por el grupo relacionadas con el negocio inmobiliario.

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El margen de explotación de CaixaBank cayó un 1,8%, pero el resultado neto subió un 60,9%, gracias a las ganancias que resultaron de "la combinación de negocios generados en la adquisición de BPI (por importe de 256 millones) y la mejora de resultados inmobiliarios en relación con el año anterior", según ha explicado la entidad. La partida de ganancias y pérdidas en bajas de activos supuso en 2016 un cargo de 1.104 millones contra la cuenta de resultados, mientras que el año pasado CaixaBank se anotó unos ingresos de 164 millones. Esta diferencia se explica sobre todo por el negocio inmobiliario: el año pasado ganó seis millones, frente a las pérdidas de 1.034 millones de 2016. Además, el grupo ha pagado un 21% menos de impuestos, según la cuenta de resultados.  

Excluyendo los beneficios BPI, de 176 millones de euros, cuya oferta pública de adquisición (opa) culminó en febrero del año pasado, el resultado de CaixaBank hubiera sido de 1.508 millones, un 44,1% más respecto al mismo periodo de 2016. En la presentación de resultados, Gual ha destacado que, a pesar de “las circunstancias complejas” por los tipos de interés bajos y por la situación política en Cataluña, CaixaBank cerró el año con el “mayor resultado anual de su historia”, que arranca en 2011. Antes, La Caixa como grupo había superado en 2006 los 3.000 millones de beneficio, cuando aún agrupaba tanto el negocio financiero como las participadas. 

La cuenta de resultados del grupo CaixaBank refleja que el margen de intereses del banco, que mide la actividad puramente bancaria, creció un 14,2%, aupado por la incorporación de BPI, que aportó un 9,1% de crecimiento. Las comisiones también subieron un 19,5% hasta los 2.499 millones, y lo hicieron también de forma más intensa en la banca portuguesa, con un incremento del 13,2%. Los ingresos del banco por su cartera de participadas descendieron, en cambio, un 21%, a causa del menor dividendo de Telefónica y de la venta del 2% de la participación de BPI en el banco angoleño BFA. Los resultados por operaciones financieras descendieron un 67%, mientras que el negocio de seguros aportó un 52% más.

El margen bruto alcanzó los 8.222 millones de euros, un 5,1% más, que la entidad atribuye a la “mayor generación de ingresos core”, aquellos que provienen del negocio esencial de la entidad bancaria. La entidad realizó en 2017 unas dotaciones de 799 millones de euros, un 154,2% más que en 2016, un incremento que CaixaBank justifica en la “liberación” de 676 millones de euros de provisiones de la cartera crediticia en el cuarto trimestre de 2016. CaixaBank también registró unas dotaciones de 912 millones que incluyen, entre otras cosas, 455 millones asociados a 966 prejublaciones y 154 millones a saneamientos por su participación en el banco malo (Sareb). A continuación figura la partida de "ganancias y pérdidas en baja de activos", explicada anteriormente, que ha pasado de 1.104 millones negativos a 164 millones positivos. En total, las dotaciones y provisiones de 2017 suman 1.547 millones frente a los 2.173 millones de 2016, es decir, caen un 29% en el grupo.  

Gual pide pasos en la "normalización de la política monetaria"

“La valoración es muy positiva: en un año en que hemos tenido momentos difíciles, con tipos de interés en mínimos históricos y con circunstancias complejas, hemos conseguido unos resultados magníficos”, ha destacado el presidente de la entidad. En su presentación, Gual ha considerado que, con el crecimiento de la economía global en los últimos trimestres, “está justificado dar pasos en la normalización gradual de la política monetaria” en Europa, tal como ha hecho la Reserva Federal de Estados Unidos con la subida de tipos de interés. 

La entidad de origen catalán ha presentado los resultados en Valencia, donde trasladó su sede social y fiscal en octubre por la inestabilidad política que vivió Cataluña tras el referéndum independentista del 1 de octubre y ante la amenaza de una declaración unilateral de independencia. Esa decisión y la incertidumbre que generaba el contexto político han hecho que, en el cuarto trimestre, el banco haya registrado una “pequeña caída” de los recursos de los clientes, de 700 millones de euros, que el consejero delegado del grupo, Gonzálo Gortázar, considera “insignificante” si se miran los resultados anuales. En 2017 los recursos de los clientes aumentaron en 10.600 millones de euros y llegaron a los 349.458 millones, un 15% más que el año anterior. Solo mirando CaixaBank, el crecimiento de los recursos fue de un 3,5%, aunque en el último trimestre bajaron un leve 0,2%. 

Así, Gortázar ha dado por superado el episodio de la salida de depósitos, y la entidad ha defendido la decisión del traslado del domicilio social: “Fue una decisión difícil pero acertada, una entidad financiera está obligada a garantizar la seguridad de sus clientes y de sus accionistas”, ha dicho Gual. El presidente de la entidad ha reconocido que el cambio de sede “disgustó a algunos clientes”, pero ha recordado que la obligación del banco era “garantizar la liquidez del Banco Central Europeo para mantener los ahorros de los clientes”. La entidad ha apostado por la vía del diálogo y el pacto ante la actual situación de falta de gobierno en Cataluña, y ha asegurado que, si el entorno político se estabiliza, este año será positivo para la economía española. 

Dotaciones por prejubilaciones y la Sareb

El presidente de la entidad financiera se ha mostrado optimista de cara al ejercicio de 2018, el último en el plan estratégico que la entidad inició en 2015. “Superamos ampliamente los criterios de solvencia, con una ratio del 11,7%”, ha explicado. La ratio de rentabilidad, situada en el 8,4%, es cuatro décimas más que el año anterior. El objetivo de la entidad en este año es avanzar en la digitalización, reducir los activos problemáticos, diversificar ingresos, contener los costes y crear valor en Portugal. “Va a ser el año del BPI, estamos muy satisfechos porque en los últimos meses ha ganado en cuota de mercado y en recursos de clientes, y todavía tiene mucho margen”, ha afirmado el consejero delegado del grupo, Gonzalo Gortázar. 

Entre los éxitos que Gual ha destacado de 2017 está el ampliar el liderazgo en banca minorista tanto en España como en Portugal con BPI. Con 15,7 millones de clientes, CaixaBank es en España la primera entidad para el 26,7% de la población. “Nos eligen por nuestra cercanía, nuestra oferta comercial, la adaptación digital y el compromiso social”, ha dicho Gual. Precisamente, en el plano digital la cuota de mercado es del 33% y más de la mitad de los clientes interactúan con el banco casi exclusivamente de forma digital: la entidad ha crecido un 15% en clientes de banca móvil. El banco también ha reivindicado su proyecto social, ligado a la Fundación Obra Social La Caixa, que cuenta en 2018 con un presupuesto de 520 millones de euros. 

Otro éxito subrayado por la entidad es haber reforzado la solidez de balance. El ratio de morosidad siguió bajando en 2017 hasta el 6%, frente al 6,9% de diciembre de 2016, por debajo de la media del sector, y la cobertura de esa cartera mejoró en tres puntos hasta el 50%. También descendió la cartera de activos adjudicados netos para la venta en España, hasta los 5.878 millones de euros, mientas que el total de ventas de inmuebles alcanzó los 1.610 millones de euros, un 20% más que en el mismo periodo de 2016. El resultado de las ventas sobre el valor contable, según el banco, se situó en un 20%. Gual también ha resaltado la revalorización de la acción de casi un 25%, y ha destacado que en 2017 se llevó a cabo la desconsolidación entre La Caixa y Criteria Caixa.