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Dudas sobre la mejora del déficit

Son necesarios y urgentes unos Presupuestos para 2018 que ayuden a reducir la incertidumbre

Las expectativas sobre el déficit público español en 2017 han ido mejorando conforme avanzaba el año. Primero, porque el crecimiento económico no se ha debilitado como se preveía, y eso ha provocado una reducción de las transferencias que el Estado realiza al Servicio Público de Empleo y un leve repunte de la recaudación fiscal. Segundo, por la reducción de los intereses de la deuda y una contención del consumo público que tiene que ver con el retraso en la aprobación de los Presupuestos del Estado para 2017. El déficit público se sitúa ya al borde del umbral del -3%.

Lo que es menos positivo es que el avance en la consolidación fiscal se explique fundamentalmente por el efecto sanador del ciclo económico. Mantenemos un déficit estructural del 2% que, aparentemente, no somos capaces de embridar. Y preocupa la incertidumbre política derivada del conflicto en la principal economía regional española, por varios motivos.

En primer lugar, porque ha relegado la discusión sobre los problemas y desafíos pendientes en el plano presupuestario, como son la reforma de la financiación autonómica, el déficit del sistema de pensiones y la reforma fiscal. En segundo lugar, porque ha dificultado la aprobación de los Presupuestos del Estado para 2018; lo que obliga a una siempre paralizante prórroga presupuestaria y ha creado el escenario propicio para una injustificable revisión a la baja del cupo vasco; una rebaja que, sin duda, encona el debate territorial.

Finalmente, la incertidumbre y la tensión política de los últimos meses conllevan una penalización para el crecimiento económico cuya dimensión va a depender del plazo que tardemos en reconducir la situación.

Pensando en 2018, el Plan Presupuestario 2018 aprobado por el gobierno sitúa el déficit en el -2.3%, cifra que la Autoridad Fiscal (Airef) considera que es factible alcanzar. No obstante, este organismo que vela por la sostenibilidad de las cuentas públicas advierte que esta evaluación depende de que la previsible desviación de la Administración central y la Seguridad Social pueda ser compensada con el margen positivo de las Corporaciones Locales y de que no se prolongue la incertidumbre derivada de la crisis política en Cataluña al conjunto del año 2018. Las previsiones para el déficit esperado en 2018 elaboradas por otros organismos (Funcas, BBVA Research, Banco de España o el FMI) son coherentes con el diagnóstico de la Airef, en un rango de pronósticos que va del -2,4% al -2,6% del PIB.

En definitiva, existe una necesidad objetiva y urgente de unos Presupuestos del Estado para 2018 que ayuden a reducir la incertidumbre en la política económica y que diseñen una estrategia presupuestaria más ambiciosa. Se requieren medidas con impacto estructural, especialmente en el lado de los ingresos, que garanticen el cumplimiento de la senda fiscal dibujada en el Pan de Estabilidad fiscal.

Santiago Lago Peñas. Director de GEN (Universidad de Vigo).

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