La venta de Opel arrastra a General Motors a las pérdidas pese a la mejora de ventas
El negocio del fabricante estadounidense en América Latina vuelve a ser rentable
La vieja General Motors se queda atrás. Pero antes de pasar página, el fabricante de Detroit hace un último ajuste en resultados. El grupo estadounidense anuncia cargas valorados en 5.400 millones de dólares por la venta de la filial Opel al consorcio europeo Peugeot Citroën. El resto de las unidades de negocio, sin embargo, ganan dinero, incluido el mercado de América Latina que vuelve a ser rentable.
El lastre que le genera la desinversión Opel llevó a GM a computar pérdidas de 2.980 millones en el conjunto del tercer trimestre. Si se descuentan las cargas, el beneficio operativo fue de 2.520 millones de dólares. En este caso supone una caída de la ganancia del 31%. Los ingresos de la compañía cayeron un 13,5%, hasta los 33.600 millones de dólares. En ambos casos se debe a los recortes en la producción de vehículos.
La venta de Opel al grupo francés PSA se cerró en agosto. La operación le va a costar unos 6.300 millones de dólares. El multinacional estadounidense está abandonando también la producción en India, Sudáfrica y Australia, donde el último coche salió de la cadena de ensamblaje el viernes. GM apuesta por China y América Latina, donde ganó 52 millones frente a perder 120 millones hace un año.
Los ingresos son más sólidos de lo esperado por los analistas de Wall Street, pese a los recortes para reducir inventarios en los concesionarios. “No esperamos ajustes tan drásticos como en el tercer trimestre”, anticipa el director financiero de GM, Chuck Stevens, “pero seguimos de cerca la evolución de la demanda”. El ejecutivo explica que ahora tienen la base para afrontar la nueva etapa.
GM está concentrando sus inversiones en las nuevas tecnologías de movilidad. Mary Barra, su consejera delegada, presentó en septiembre un plan por el que durante los próximos seis años introducirá en el mercado 20 modelos completamente eléctricos. Dos se presentarán en los próximos seis meses. Se sumaran al utilitario Bolt, el coche que compite con el Model 3 de la californiana Tesla.
Junto a la compañía Cruise, está desarrollando en paralelo una red de vehículos autónomos. Este mes anunció en este sentido la adquisición de Strobe. El año pasado también hizo una inyección en el servicio alternativo al taxi Lyft. Las pruebas en condiciones reales de tráfico con esta tecnología ya están en marcha en San Francisco y el año que viene el programa se extenderá a otras grandes ciudades como Nueva York.
Esta nueva visión de General Motors fue acompañada con un incremento del 30% de su valoración bursátil este año. Tras la presentación de resultados sus títulos subían un 3%. Los analistas, sin embargo, anticipan que la demanda se vaya moderando en mercados como el de EE UU. Para compensar, se está concentrando en modelos grandes, que le aportan más margen de beneficio.
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