Mentiras y medias verdades en el plan económico de la Generalitat
El documento del vicepresidente de la Generalitat para justificar los beneficios de la independencia está plagado de falsedades, inexactitudes y tergiversaciones
Oriol Junqueras, vicepresidente de la Generalitat de Cataluña y responsable de Economía, publicó el pasado 15 de octubre La situació de l’economia en un Estat català, un documento en el que desgranaba los motivos por los que una Cataluña independiente sería algo viable y deseable. Las 13 páginas del texto están, sin embargo, plagadas de datos erróneos —como que el PIB catalán sea similar al de Dinamarca: según Eurostat, en 2015 equivalía al 75%—; medias verdades —como que la fuga de empresas no tendrá efectos—; o directamente falsas —como la idea desmentida de que un hipotético Estado catalán tendría asegurado el acceso al mercado único europeo—. EL PAÍS analiza algunos de los principales extractos dudosos del documento.
1. LAS FALSEDADES
Autogobierno
"Es engañoso que Cataluña disfrute de un grado de autogobierno muy elevado", dice el texto.
El grado de autogobierno de Cataluña está entre los más altos del mundo. En su clasificación de autonomía fiscal de administraciones regionales y locales, la OCDE atribuye a las comunidades autónomas un 23,1% de los ingresos impositivos, un porcentaje superior al de los Estados de países federales como Alemania (21,3%) o EE UU (20,9%). El único país donde las entidades regionales ingresan más que en España es Suiza, con una diferencia de solo un punto porcentual. "Es evidente que Cataluña y el resto de comunidades disfrutan de un sistema de descentralización absolutamente equiparable a los modelos federales más importantes del mundo. A partir de ahí, se puede discutir si un Land alemán tiene más o menos competencias que una comunidad autónoma, porque cada uno las tendrá en áreas distintas. Sí es cierto que la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ha favorecido en los últimos 15 o 20 años al Gobierno central frente a los autonómicos", explica el catedrático de Derecho Constitucional de la UPV Eduardo Vírgala.
Encaje en la UE
"Cataluña es una economía competitiva y abierta al mundo y esta situación no va a cambiar. [...] Los intereses económicos y políticos de la Unión hacen evidente que habrá plena voluntad para que Cataluña siga siendo miembro de la UE y de la zona euro".
Los tratados de la UE no dicen expresamente qué ocurriría en caso de secesión en un Estado miembro. Pero en 2004 el entonces presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, dijo: "Si un territorio deja de ser parte de ese Estado por convertirse en un Estado independiente, los Tratados no pueden seguir aplicándose a esa parte del territorio. Y la nueva región independiente se convierte en un país tercero". Desde entonces, la doctrina Prodi se ha mantenido invariable. En los últimos días, se han sucedido las declaraciones de líderes europeos que apuntan que habría un portazo a una Cataluña independiente.
Encaje en la EFTA
"[La salida de la UE y de la eurozona] no ocurrirá. Pero si pasara hay mecanismos para asegurar que Cataluña seguiría en el mercado común a través de un acuerdo bilateral con la UE o con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA). [...] La continuidad en el Espacio Económico Europeo (EEE) se puede garantizar a través de la EFTA".
La EFTA es una organización de libre comercio que engloba a Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, y a través de la cual los tres primeros países pertenecen al EEE. Pero el portavoz de la EFTA ha recordado que para entrar en el EEE es necesaria la unanimidad de los 28 miembros de la UE. Así que España, o cualquier otro Estado de la UE, podría vetar su entrada. Así lo establece el artículo 128 del acuerdo. Una Cataluña independiente podría entrar en la EFTA —si sus miembros están de acuerdo—, pero solo podría comerciar libremente con Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza.
El peso de CaixaBank
"El 70% del beneficio de la Caixa procede de Cataluña".
CaixaBank tiene un 39% de su crédito y el 37,8% de sus depósitos en Cataluña. Con esa proporción resulta muy difícil que el 70% del beneficio se genere en Cataluña. De hecho, el otro gran banco catalán, Sabadell, ha explicado que solo el 15% de su facturación corresponde al territorio catalán. A preguntas de EL PAÍS, el departamento de Junqueras admite que este dato es un error que después fue corregido en otra versión definitiva.
2. MEDIAS VERDADES
Riqueza
"El PIB de Cataluña es similar al de Finlandia, Dinamarca e Irlanda y su PIB per cápita supera la media europea en un 14,5%".
El PIB catalán, que Eurostat cifraba en 2015 en 204.189 millones de euros, queda bastante lejos del de Dinamarca (271.786 millones) e Irlanda (255.815); aunque sí es próximo al de Finlandia (209.511). De hecho, se acerca más al PIB de países como Grecia (175.697) o Portugal (179.540). Además, el PIB per capita, según Eurostat, supera la media europea en un 7%, no el 14,5%. Fuentes de la Generalitat explican que este porcentaje procede de Idescat, la oficina estadística catalana, y que se refiere al PIB por habitante en paridad de poder de compra.
Sector exterior
"Las exportaciones catalanas miran cada vez más al extranjero. En 2016, representan el 62,7% del total".
La Generalitat omite que las importaciones foráneas de bienes son muy superiores a esas exportaciones. Hasta el punto de que Cataluña presenta un déficit comercial con el extranjero de 12.683 millones en 2016. De los 18.753 millones que España tiene de déficit solo de mercancías, dos tercios corresponden a Cataluña. Ese déficit comercial catalán solo se corrige gracias al comercio con el resto de España, que convierte el saldo negativo en un superávit de 4.895 millones.
El informe sostiene, además, que Cataluña presenta un superávit de bienes y servicios del 12,1% del PIB gracias a su potente sector servicios, incluyendo el turismo. Sin embargo, no hay datos que lo confirmen. Tan solo se trata de una estimación de Idescat que parece minusvalorar mucho el peso de las importaciones catalanas, según apuntan fuentes autorizadas. Mientras que el registro de Aduanas dice que solo en mercancías (sin contar servicios) Cataluña importó 77.825 millones, Idescat afirma que la suma de mercancías y servicios importados por Cataluña fue de 71.767 millones, 6.058 millones por debajo. Esta estimación a la baja de las importaciones permite decir que Cataluña tiene un superávit superior al de Alemania, algo que los expertos ponen en duda.
Fuga de empresas
"No hay ningún motivo para que las empresas se marchen de Cataluña. [...] El traslado de la sede social de estas empresas no tendrá casi efectos económicos".
Obviando el hecho de que en los últimos días ya se han ido más de 1.300 empresas —entre ellas varias de las más grandes —, es cierto que el traslado de sede no implica a corto plazo grandes cambios en el número de trabajadores o en los ingresos fiscales. Pese a que algunas entidades han desplazado también su sede fiscal fuera de Cataluña, este movimiento no afecta de forma inmediata a impuestos como el de Sociedades, que recauda el Gobierno central. Pero la fuga de empresas sí que tiene importantes efectos sobre la economía. En primer lugar, de reputación, que muy posiblemente acabarán afectando a la inversión extranjera. Y el camino de ida de las empresas rara vez tiene marcha atrás, como muestra el ejemplo de lo que ocurrió en Quebec en los años ochenta. El Sabadell ya ha anunciado que, además de trasladar su sede social, también va a llevar a Madrid parte de su cúpula directiva. Este tipo de cambios suele acabar implicando también el traslado de la operativa, como sucedió en Quebec.
3. TERGIVERSACIONES
Sostenibilidad de la deuda
"Un estudio de Morgan Stanley estima que una Cataluña-Estado mejoraría su rating entre tres y seis escalones".
Este informe existe, y lo dice. Sin embargo, se trata de un documento elaborado en 2014 que presupone que Cataluña solo consigue la autonomía fiscal, no una independencia total. Es decir, asume que ninguna otra condición cambia. No contempla ni cambios en los mercados, ni en la deuda, ni en las pensiones, entre otras cosas. El informe, por tanto, solo sería aplicable en el caso de que Cataluña obtuviese una especie de concierto tributario similar al vasco. Todas las valoraciones recientes de agencias de rating sitúan a Cataluña en el bono basura y dejan, de una forma u otra, muy claro que el rating empeoraría todavía más ahora que amenazan con la independencia.
Seguridad Jurídica
"La transición a la independencia se hará de manera ordenada y gradual y con plena seguridad jurídica".
El problema de esta afirmación radica en que la Generalitat ni siquiera puede garantizar la permanencia en el euro. Las compañías se marchan precisamente por esa falta de seguridad jurídica. "Las empresas e instituciones con amplia exposición a Cataluña se verían directamente afectadas por el riesgo de incertidumbre legal y una mayor regulación", afirma S&P. Muchos expertos coinciden en que no hay mayor inseguridad jurídica que dos agencias tributarias pugnando por los mismos ingresos.
Marco fiscal
"La hacienda de la República catalana ingresaría 24.000 millones más [...], que superarían ampliamente los aproximadamente 10.500 millones de euros de mayor gasto que supondría la asunción de nuevas funciones".
Esta afirmación no tiene en cuenta los costes de crear ex novo un Estado o los beneficios que existen en las economías de escala. Tampoco contempla la pérdida de recaudación que generaría la crisis económica que propiciaría la independencia. Solo con los datos de las balanzas fiscales parece que los desembolsos que tendría que asumir el nuevo Estado serían mayores que esos 10.500 millones. Solo por pensiones y prestaciones de desempleo rondarían los 7.000 millones. Defensa, acción exterior, infraestructuras, subvenciones, servicios generales y muchas otras rúbricas elevarían bastante la factura.
“Los ahorros estarían garantizados”
El documento de la conselleria de Economía explica que la fuga de bancos ha ocurrido porque necesitaban una garantía de depósitos. El fondo español cuenta con 1.032 millones, de los que la Generalitat se atribuye 270. Además, el Govern anuncia la creación del “Fons Català de Garantia de Dipòsits”. E incluso contempla la posibilidad de compartir el fondo con España convirtiéndolo en “el fons de garantia català-espanyol”. Durante la transición, cabría la posibilidad de que España no reconociera la independencia, dice. “Por tanto, con o sin declaración, Cataluña y sus bancos continúan bajo el paraguas de la normativa financiera europea y los depósitos están garantizados”. “No hay ningún riesgo de perder los ahorros”, subraya. Por último, el informe de Oriol Junqueras sostiene que “el acceso al crédito del BCE estaría garantizado a través de cualquier otra filial o sucursal de un banco catalán en la zona euro”. Y mantiene que la banca podría llevar los activos catalanes al BCE para poder asegurarse la liquidez.
Sin embargo, el ordenamiento español solo cubre depósitos españoles. Cualquier uso en Cataluña del Fondo de Garantía de Depósitos (que alimentan los propios bancos) tendría que ser negociado. Un hipotético Estado catalán nacería sin acceso a la liquidez del BCE y, por tanto, tendría dificultades para financiar un rescate o garantizar los depósitos. En la zona euro, los bancos pueden llevar los activos al BCE para conseguir a cambio liquidez y seguir operando. Pero la legislación del eurobanco es inequívoca: los activos catalanes no serían válidos en tanto que Cataluña y sus bancos no pertenezcan a la zona euro. Y eso encarecería mucho el crédito. Sin el colchón del BCE, las entidades reducirían drásticamente su negocio en Cataluña.
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