_
_
_
_

La terapia laboral de Jobandtalent

La firma de colocación se convierte en un empresa de trabajo temporal ‘online’ tras un duro revés en su negocio fundacional

Miguel Ángel García Vega
Juan Urdiales y Felipe Navío, cofundadores de Jobandtalent.
Juan Urdiales y Felipe Navío, cofundadores de Jobandtalent.

Una empresa, como la vida, es un relato trenzado de días buenos y malos. Aciertos y fracasos. Incógnitas y certezas. “Hemos pasado meses duros”. Esta es la última frase, sincera, que deja una hora de entrevista con Juan Urdiales, Felipe Navío y Félix Ruiz, cofundadores, los dos primeros, y presidente, el último, de la startup Jobandtalent.

El fotógrafo deambula entre pasillos, cubículos de cristal y una cocina abierta que parece clonada de Silicon Valley. Persigue, en la planta cuarta del número 93 de la Castellana de Madrid, el retrato de una compañía joven. La media de edad de sus 200 trabajadores ronda los 28 años. Su presencia parece una pequeña brecha en la rutina. Algunos empleados bromean con Urdiales y Navío. Otros colocan un portátil con la web de la empresa en el ángulo de la foto, para que la imagen resulte más “corporativa”. Pero no siempre los días reflejaron tanta luz. Jobandtalent, una empresa de trabajo temporal (ETT) creada en 2009 que funciona a través de una aplicación para móvil, también conoce las nubes negras.

A finales de 2016 tuvo que despedir a un tercio de su plantilla. La startup pasó de 350 a 230 trabajadores. “Pecamos de ambiciosos y la hicimos crecer muy rápido”, reconoce Urdiales. “Creíamos que era un negocio más intensivo en personal y la sobrecargamos de costes”. Esa vida en el alambre coincidió con la decisión de cambiar de modelo de negocio. Hasta entonces era la clásica web de trabajo temporal. Casaba ofertas de las empresas y currículos de los candidatos. Sin embargo el futuro exigía nuevos caminos. Y transformaron la startup en una ETT online dirigida a empleos de poca cualificación (repartidores, hostelería, conductores. etcétera). Sobre esta base se añadieron otros servicios. Por ejemplo, la gestión de recursos humanos, impuestos o nóminas. Y para eso hacían falta nuevos perfiles laborales. Miradas que hoy son las que predominan en la empresa. Product managers, programadores de Ruby on Rails, expertos en derecho laboral y consultores de selección de personal. Una revolución. “Llegó un momento en el que tuvimos que decidir. No podíamos tenerlo todo: tráfico, número de clientes, volumen. Elegimos centrarnos en la rentabilidad y fue una decisión acertada. Aunque también resultó difícil renunciar a un mercado en el que éramos líderes”, valora Félix Ruiz.

“No se puede forzar al cliente al coche eléctrico porque si no hay postes de carga no lo comprará”

Había que retroceder para ir hacia delante. El camino que lleva a un coloso digital con marca España y ambición planetaria. Y para eso han imaginado una carpintería sencilla. Cobran entre el 5% y el 20% de la nómina del nuevo trabajador. Y buscan los grandes números. Contrataciones de entre 20 y 1.000 personas a la vez y para la misma empresa. Estas son las demandas de Banco Santander, StarLite, Cabify, JustEat, Flex, Telefónica o Huawei. Esos son sus clientes. Compañías que exigen volumen y rapidez. Pero también pausa. “La flexibilidad ha llevado a la precariedad y nosotros luchamos contra ella. Queremos que se cumplan los convenios y no permitimos que se contrate a la gente sin verificar su contrato ni tampoco consentimos la figura del autónomo a comisión”, aclara Urdiales. Con esta filosofía manejan ya 12.000 nóminas al mes.

Ritmo de crecimiento

Esos números representan la expresión de un giro en el negocio que empieza a sentirse en el balance. Si en enero de este año facturaban 1,1 millones de euros mensuales ahora rondan los 5,7 millones. Cifras importantes en una compañía, además, poco dada a facilitarlas. “Estamos creciendo a tasas del 25% al mes y la clave estriba en la recurrencia del modelo”, relata Ruiz. Podrían ser, sostienen algunos analistas, el primer unicornio español. En la jerga del emprendimiento se refiere a aquellas empresas que sobrepasan la valoración de 1.000 millones de dólares en algunas de las etapas de su proceso de levantar capital. Ejemplos de ese mundo mitológico del dinero son Uber, Dropbox y AirBnB. Nada mal para una compañía que comenzó valorándose allá por 2009 en tres millones. Aunque de momento la empresa no pedirá más fondos. “No los necesitamos y además nos distrae”, zanja Urdiales. Y eso que no les falta capacidad de atracción. En poco más de dos años han conseguido unos 61 millones de euros de inversores nacionales e internacionales en seis rondas de financiación. Algunas tan sonadas como la de junio de 2016, cuando consiguieron levantar unos 42 millones de dólares (38 millones de euros de entonces). La mayor operación de esta clase en España. Una prueba de la fuerza de sus ideas y de sus poderosos padrinos.

Solo hay que fijarse en su accionariado. Una completa estratigrafía de este universo de las startup. Conviven abogados, business angels, fondos de inversión, amigos, empresarios. Un zoo de cristal financiero en el que el peso lo comparten los gestores y fundadores (35%), Atomico (20%), el fondo lanzado por Niklas Zennström, creador de Skype y Kibo Ventures (7%). Juntos suman el 52% de la compañía. El resto se reparte entre más de una treintena de inversores.

Bajo el cobijo de esta estructura tan diluida parece que cuaja el nuevo modelo de negocio de Jobandtalent. Antes de final de año abrirán mercado en Alemania y Suecia. Esos países se suman a su particular mapamundi, que está dibujado por España, Reino Unido, Colombia y México. Un territorio que se expande a pesar de que los meridianos todavía sean rojos. “Este año, debido a las nuevas aperturas, no tendremos beneficios a nivel global, pero ya ganamos dinero en España, Reino Unido y Colombia”, revela Juan Urdiales.

Sobre esos territorios cribaban un futuro que tiene también sus descartes. De momento no saldrán a Bolsa ni tampoco planean ir hacia perfiles más altos. “Los puestos de baja cualificación suponen el 80% de la economía mundial por eso nos vamos a centrar ahí en los próximos cinco o diez años”, defiende Félix Ruiz. Ese mañana además está construido por unos y ceros. “Creo que el gran avance en nuestro negocio será que las entrevistas de trabajo las hagan máquinas”, vaticina. La inteligencia artificial busca su retrato en las oficinas del trabajo y el talento.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_