Draghi ve una recuperación fuerte, pero con incertidumbre
El presidente del BCE recuerda que Europa necesita aún los estímulos monetarios para terminar de cicatrizar de las heridas de la crisis.
Hasta en sus días más aburridos conviene escuchar a Mario Draghi. El presidente del Banco Central Europeo lanzó ayer un mensaje de optimismo tras las elecciones alemanas y pasó revista a los principales desafíos del curso político que recién empieza. Draghi dejó caer que la economía del euro crecerá por encima de su media histórica, y pondrá así fin a una década de mediocridad insuperable. Pero subrayó que es pronto para cantar victoria: Europa necesita aún los estímulos monetarios del BCE para terminar de cicatrizar de las heridas de la crisis.
La eurozona ha recuperado el color. Hay crecimiento, baja el paro, las incertidumbres políticas se disipan. Y aun así la Gran Recesión es como los viejos roqueros: basta un ligero soplo de incertidumbre —las dudas sobre la coalición en Berlín— para que la deuda periférica registre subidas de los tipos de interés como en los viejos tiempos. Angela Merkel puede tardar meses en formar Gobierno, pero Draghi pide ambición: "Son necesarios pasos decisivos para reforzar gobernanza de la Unión Monetaria". Mensaje a la canciller: haga los deberes y reforme la eurozona o la próxima crisis puede acabar con el euro.
Paciencia
Draghi es aficionado a los sortilegios. Cuando peor soplaban los vientos de la crisis se inventó aquello de "haré todo lo necesario", y los especuladores huyeron como conejos. Hoy sus recados se dirigen al interior de la eurozona, en particular a Alemania, cuyo Gobierno ha criticado las políticas expansivas y los tipos de interés negativos del BCE (y, rizando el rizo, ha llegado a acusar a Draghi del ascenso de los ultras). El nuevo mantra es "paciencia y persistencia": en una larga comparecencia ante la Eurocámara, arengó a los diputados alemanes y dejó claro que la eurozona "aún necesita estímulos". Draghi empezará a diseñar la retirada del programa de compra de activos en octubre. Pero no tolera que nadie le meta prisa.
El tipo que firma los billetes de 500 euros en Europa dejó también un mensaje para los negociadores del Brexit. La salida del Reino Unido será compleja, pero es "manejable". Eso sí: siempre que no se cometan errores graves.
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