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Los precios prolongan su escalada en México y crecen a su ritmo más rápido en 16 años

La inflación, del 6,66% en agosto, es la más alta desde mayo de 2001. Sin embargo, los analistas confían en su paulatina normalización en lo que resta de año para converger en 2018 con la meta de Banxico

Ignacio Fariza
Puesto de fruta en un mercado en México.
Puesto de fruta en un mercado en México. CUARTOSCURO

En un mundo de inflación baja, México es el contrapunto. La liberalización parcial del precio de la gasolina en enero pasado, el encarecimiento de los muchos productos de consumo diario importados por la depreciación del peso registrada a finales del año pasado y principios de este, y el súbito encarecimiento de productos frescos como el aguacate o el tomate presionaron los precios en agosto un 6,66% frente al mismo mes de 2016. Es el aumento más alto en más de 16 años: desde mayo de 2001 no se veía un repunte tan importante.

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La cifra, por espectacular que parezca, oculta dos hechos. Primero, que según el banco central mexicano y la mayoría de casas de análisis, los precios deberían estar cerca de tocar techo. Y segundo, que, pese a todo, la inflación sigue estando en niveles bajos en comparación histórica: a finales de los ochenta México llegó a convivir con tasas de triple dígito y hasta el cambio de siglo el incremento anual de los precios no bajó del doble dígito. No obstante, tanto la cifra de agosto como la registrada en meses anteriores siguen estando muy por encima del objetivo del Banco de México (Banxico), que fija una banda de entre el 2% y el 4%. En los últimos meses, el instituto emisor mexicano ha subido los tipos de interés siete veces consecutivas en los últimos meses para, en palabras de su gobernador, Agustín Carstens, "romper el espinazo a la inflación". Su pronóstico es que la tasa vuelva a converger con el objetivo en el tramo final de 2018.

"Es una burbuja y va a empezar a desinflarse", explica Jonathan Heath, analista independiente. "Aparentemente, en agosto alcanzaron su pico máximo y la inflación debería cerrar el año en el entorno del 6,3% o, en todo caso, por debajo del 6,4%". Algo más optimistas son los analistas de Citibanamex, que esperan que el índice de precios cierre 2017 con un aumento del 6%. No obstante, Heath subraya que la mayor disminución llegará a partir de enero de 2018, cuando la comparación con el mismo mes del año anterior será favorable: habrá pasado justo un año desde el gasolinazo —el repentino aumento de precio de los carburantes por la liberalización parcial del mercado decretada por el Gobierno— y la presión del tipo de cambio también habrá desaparecido. El mínimo del peso frente al dólar se produjo el 20 de enero del año pasado y desde entonces la moneda mexicana no ha dejado de recuperar terreno frente al billete verde.

En agosto, la escalada de precios tuvo origen en el aumento de precio de los componentes más volátiles del índice: las frutas y las verduras —se dispararon un 26% de media— y los productos energéticos, que repuntaron casi un 13%. Dentro del rubro de alimentos frescos, el tomate rojo subió un 93% respecto al mismo mes del año pasado, la cebolla lo hizo en un 52% y el tomate verde se encareció un 44%. "Tiene que ver con las cosechas", apunta Heath. "Los precios agrícolas siguen siendo muy cambiantes". La gasolina de alto octanaje, por su parte, subió un 20% y la de bajo octanaje, más de un 15%. Este incremento es, quizá, el más preocupante al trasladarse al resto de la economía vía mayor coste de transporte de personas y mercancías.

En el lado contrario destaca la bajada de precio del chayote, del 27%, y del transporte aéreo, del 19%. En este último caso, la fuerte competencia entre aerolíneas –muchas de ellas de bajo coste– en muchos destinos nacionales le ganó la partida al aumento de precio del queroseno en los mercados internacionales.

Por ciudades, el norte siguió sufriendo el azote de la inflación con más intensidad que el sur. La fuerte dependencia de las importaciones procedentes de Estados Unidos, que se encarecieron por el dólar caro, redobló la presión de los precios en Ciudad Acuña (Coahuila), donde los precios subieron más de un 9% en agosto. También en Mexicali (Baja California), donde aumentaron un 8,3%, o en Tijuana (Baja California) y Ciudad Jiménez (Chihuahua), donde el incremento rozó el 8%.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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