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La gran lechera uruguaya

La firma Conaprole, con una facturación de 1.000 millones de dólares, acapara el 70% del mercado interno y distribuye en el exterior el 75% de los lácteos que procesa

 Conaprole se ha convertido en la mayor exportadora de lácteos de América Latina.  
Conaprole se ha convertido en la mayor exportadora de lácteos de América Latina.  

En el refrigerador de un uruguayo es muy difícil encontrar leche, yogur o quesos que no sean de Conaprole, la empresa cooperativa fundada en los años 30 que concentra más del 70% de las ventas de lácteos en el Estado sudamericano. Pero el tamaño reducido del mercado interno, en un país donde el número de vacas triplica al de la población (de 3,44 millones de habitantes), ha hecho que, en las últimas cuatro décadas, el crecimiento de la empresa haya estado fuertemente ligado a sus ventas en el exterior, hasta el punto de que se ha convertido en la mayor exportadora de lácteos de América Latina.

“El 75% de la leche que recibe y procesa Conaprole se dirige a más de 60 países”, afirma el gerente general de la empresa, Rubén Núñez. La cooperativa láctea, destaca Núñez, es la empresa privada más grande del país por facturación. En los últimos resultados presentados, del ejercicio 2015-2016, Conaprole y sus subsidiarias registraron operaciones por el valor de unos 1.000 millones de dólares. Competidoras de otros países de la región la superan en cantidad de litros de leche industrializados, pero a diferencia de Conaprole, destinan la gran mayoría de sus productos al mercado interno. Según un informe de la Federación Panamericana de la Leche (Fepale), en 2013 la cooperativa uruguaya era, con 1.370 millones de litros, la cuarta empresa del subcontinente, por detrás de la argentina Mastellone (1.670 millones de litros), la mexicana Lala (1.600) y la peruana Gloria (1.480).

La vocación exportadora, que la obligó a desarrollar productos deshidratados, ha moldeado la estrategia empresarial de Conaprole de las últimas décadas. “El comercio internacional de lácteos representa solo un 8% de la producción mundial y eso lo hace muy vulnerable a los impactos de los superávits o déficits de las producciones locales. Las exportaciones de Conaprole equivalen al 55% de sus ingresos y para sobrevivir tenemos que ser altamente competitivos, por eso nos preocupa mucho compararnos con empresas como Nestlé (Suiza), Danone (Francia) o Fonterra (Nueva Zelanda) y mantener una política de inversión constante en tecnología”, explica Núñez.

1.850 empleos

  • La cooperativa alcanzó en su último ejercicio, de 2015-2016, un resultado de explotación de 93,8 millones de dólares y un beneficio de 63.
  • El 75% de la leche que recibe y procesa se vende en 60 países. Las exportaciones representan el 55% de sus ingresos. Sus principales mercados son Brasil, Rusia, Argelia y varios países de África y Asia, entre los que destacan China, Vietnam y Malasia.
  • La cooperativa tiene más del 70% de participación en el mercado de lácteos de Uruguay, llega a 24.000 puntos de venta por día y es la empresa privada más grande del país.
  • Tiene ocho plantas en Uruguay y emplea a 1.850 personas. Sus gama de productos incluye leche líquida o en polvo, quesos, cremas, helados y dulce de leche.
  • La dirección está integrada por cinco productores o sus representantes, que ejercen el cargo durante cinco años. Una comisión de tres productores fiscaliza la gestión.

Esa inversión, precisa, fue de unos 300 millones de dólares entre 2000 y 2017, mientras que la deuda global en ese período pasó de 57 a 72 millones de dólares. “Lo hemos hecho con una empresa un 60% más grande", cuenta Núñez. "Esto demuestra la enorme generación de valor de las inversiones. Hoy estamos en un proceso de robotización de la línea de producción, como el empaquetado, la paletización y la salida del depósito. Todas esas inversiones generan un flujo de fondos por el que la deuda al mismo tiempo cae. Es un valor que termina llegando a los productores”.

La inquietud por los ingresos de los ganaderos se debe a que, además de ser los proveedores de su materia prima básica, son los propietarios de Conaprole desde su creación en 1935. “Nació a partir de una ley por la que se fusionaron varias cooperativas y empresas con el fin de garantizar el abastecimiento de leche de Montevideo”, cuenta el gerente general. En un principio había integrantes del Gobierno en el equipo directivo, pero más tarde esa participación se eliminó. “Hoy es una empresa 100% privada, con forma de cooperativa pero con un modelo de gestión y control muy moderno”, explica Núñez, que lleva 19 años como primer ejecutivo.

Los 2.000 tamberos que abastecen a Conaprole remitieron 1,37 billones de litros de leche durante el último ejercicio cerrado por la empresa en 2016, que arrojó un resultado de 63 millones de dólares. En la memoria, la compañía destaca que mantuvo el número de proveedores a pesar de que en todo el país muchos abandonaron la actividad como consecuencia de la caída del precio internacional de la leche. Según cifras oficiales, al cierre de 2016 había 2.716 predios lecheros en el país, 163 menos que en 2015.

La cooperativa tiene entre sus metas la de proteger al ganadero de la volatilidad de los precios. En el último ejercicio cerrado ofreció por la materia prima un 20% más del promedio de mercado para “dar sustento” a sus socios, según la empresa. Esa paga adicional, sin embargo, es la vía principal por la que la cooperativa reparte los beneficios. “Nuestro objetivo es maximizar el precio al productor en el corto, medio y largo plazo con el menor nivel de riesgo posible”, explica Núñez.

Mario Fossatti, especialista en el sector de la rama uruguaya de CREA, una asociación argentina de 2.032 empresas agropecuarias, afirma que el movimiento cooperativo, con Conaprole a la cabeza, es la principal fortaleza del negocio lácteo. “La empresa, con su posición dominante, cumple un papel regulador muy importante al poner un suelo a los precios que recibe el productor”, señala.

El cierre de 2017 arrojará una facturación similar a la del periodo anterior, pero con un resultado en equilibrio. “Fue un año bastante difícil. Estamos en un mundo de una volatilidad impresionante, con precios que cambian un 20% o 30% de un mes a otro. Las ventas del mercado interno crecieron pero las exportaciones cayeron, aunque no de manera dramática”, explica Núñez.

Crisis de Venezuela

En 2016 Conaprole suspendió sus ventas a Venezuela, uno de sus principales mercados, a causa de los impagos del país caribeño, que adeuda unos 39 millones de dólares a la cooperativa. “Es historia pasada y veremos cómo podemos recuperarlo. Podemos suplirlo, somos el mayor exportador de la región desde hace 15 años. En algún momento estuvimos bastante alineados con Sancor, de Argentina, pero luego esa empresa se desdibujó”, afirma Núñez. Sancor es, junto con Mastellone, una de las empresas líderes en el país vecino, pero está sumida en una crisis, en parte por su propia deuda de millones de dólares con Venezuela.

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