Tubacex sortea las dificultades
El mercado premia la estrategia de la empresa vasca de tubos de alto rendimiento pese a que ha elevado su deuda y sus ventas caen
Es una de las sorpresas del año en Bolsa: Tubacex se revalorizó un 22% en el primer semestre y su capitalización asciende a 443 millones frente a los 363 con los que cerró el año pasado. La empresa vasca de tubos de alto rendimiento está logrando algo difícil, que el mercado responda positivamente al valor pese a que los niveles de demanda de sus productos están en un momento muy complicado. La extracción y producción del petróleo, un segmento donde Tubacex tiene a sus mayores clientes, ha reducido sus inversiones dos años consecutivos por primera vez en las últimas tres décadas. El grupo no duda en calificar de “flojos” los resultados del último trimestre, que anotan una caída de ventas del 7,7% (241 millones) y un aumento de la deuda que ha provocado que su ratio sobre Ebitda se sitúe en 7,5 veces. Además, en los primeros seis meses del ejercicio se han dado dos importantes cambios en su estructura: Cartera Industrial Rea comunicó la venta de su paquete del 7%.
¿Es una señal de pérdida de confianza en la compañía? “En absoluto, REA está deshaciendo su posición en otras empresas [como Europac] y ese 7% se ha colocado con mucha facilidad porque había más demanda que oferta”, reflexiona Jesús Esmorís, consejero delegado. Pero no oculta que el sector, en general, sigue muy deprimido. “Las petroleras han cortado sus inversiones, el mercado está sufriendo una caída espectacular. Todavía no vemos signos de recuperación”. Aunque, matiza, Oriente Medio, Irán, Egipto son mercados que sí está empezando a reactivarse. Durante la crisis, la compañía ha perdido un 25% de volumen de ventas (compensado por la compra de otras empresas) y los precios han caído un 15%. Los últimos resultados de la compañía han sido peores de lo esperado, algo que alimenta las dudas de los analistas: “Parece demasiado ambicioso”, describe en un informe sobre Tubacex el Banco Sabadell, “considerar que la demanda subyacente mejorará, algo que las perspectivas del precio del petróleo hacen poco probable a día de hoy”.
Con el viento en contra, las perspectivas para Tubacex no son malas. Lo más prometedor de estos últimos tiempos en la empresa vasca es que ha conseguido una cartera de pedidos récord, de 700 millones, en proyectos muy concretos de alto valor añadido. “Nos estamos posicionando mejor en el mercado, apostando productos premium y por dar un servicio integral”. Uno de los últimos grandes logros de su departamento comercial ha sido la adjudicación de un contrato de 556 millones para construir 600 kilómetros de tuberías para a producción de gas con la Compañía Nacional de Petróleo de Irán (NIOC, en sus siglas en inglés). El acuerdo, de tres años de duración, también estipula la transferencia del conocimiento técnico a ese país. “Es un mercado complicado que se recupera tras de las sanciones, necesita muchísima inversión, no ha podido importar componentes relevantes durante este tiempo y ahora tienen muchísimas carencias”, apunta Esmorís. En Asia, con el 57% de las ventas, están sus principales clientes. Y esa es otra de sus líneas estratégicas que el mercado parece haber captado positivamente.
Tubacex ha comprado una empresa tailandesa y ha abierto almacenes en Emiratos Árabes, Irán e India. En India y en China participa en proyectos de construcción de calderas supercríticas. “Cuando el mercado comenzó a caer compramos una compañía en Italia y otra en India. Estamos muy contentos porque nos han dado la posibilidad de ampliar nuestra gama de producto. La empresa italiana, por ejemplo, empieza donde nosotros terminábamos antes. Ahora hacemos curvas, conexiones de tubos”. El consejero delegado cree que gracias a esta política han logrado atravesar el desierto “sin perder dinero, generando caja, invirtiendo mucho, y eso es una señal de fortaleza”. Pero este año no esperan que sea bueno. No, al menos hasta que empiecen a entregar pedidos ya contratados, algo que sucederá entre los años 2018 y 2019.
Valor añadido
Tubacex es particular por su capacidad de producir tubos sin soldadura, inoxidables, que se utilizan desde en el sector de extracción del petróleo a la conducción de gases muy agresivos o expuestos a altas temperaturas. Dentro de ese segmento hay dos tipos de productos: los tubos estándar donde encuentran competencia de muchos países y los desarrollos premium, con mayor contenido en níquel y cromo. “La fabricación es muy complicada, ahí es donde está la diferenciación”, explica Esmorís, y pone como ejemplo una caldera supercrítica para reducir las emisiones de CO2, o instalaciones solares que soportan altas temperaturas. “Nos gustaría tener mayor diversificación por sectores, estamos buscando productos en otras áreas de mundo energético que no sean petróleo o gas, pero estos siempre van a ser importantes, la previsión sigue siendo de crecimiento”. En su plan estratégico quieren que el petróleo no suponga más de un 20% o 30% de su cartera y el gas otro 20%, aunque este último tiene, según Tubacex, mayor recorrido. “El resto está repartido entre el mundo industrial, otros de generación de energía (nuclear) y una parte aeronáutica”. Es, resume, su plan para crecer y planear nuevas fábricas esperando a que pase la crisis. “No vamos a hacer ninguna locura”.
Deuda y caja, dos caras de las cuentas
Una circunstancia marca las cuentas de Tubacex: el incremento de la deuda financiera neta un 17% en los últimos meses, hasta los 243 millones de euros. La compañía lo explica por dos hechos fundamentales: la necesidad de comprar materia prima para reducir la volatilidad que hay en el mercado y por otro el aumento de los stocks de producto. Es un buen momento para comprar niquel, molibdeno o cromo, aleaciones con un peso significativo para producir acero inoxidable. El níquel cerró junio en 9.335 dólares por tonelada, un 7,5% menos que en 2016.
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