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La confianza inversora en Cataluña es la más baja de todas las comunidades

JP Morgan destaca que la confianza de los inversores crece menos en Cataluña a pesar de los buenos datos económicos que avanza este lunes la Autoridad Fiscal

Antonio Maqueda
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (i), junto al vicepresidente del Govern y conseller de Economía, Oriol Junqueras (d).
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (i), junto al vicepresidente del Govern y conseller de Economía, Oriol Junqueras (d).Quique García (EFE)

Cataluña es la comunidad autónoma con una previsión de crecimiento más elevada de todas en el segundo trimestre de este año. Según la estimación que publica este lunes la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), la economía catalana creció un 1,1% entre abril y junio, por encima de la media española del 0,9% y solo igualada por Asturias, Canarias, Valencia y La Rioja. Sin embargo, estas buenas perspectivas económicas no se trasladan a los indicadores de clima empresarial. De acuerdo con el índice de confianza de los inversores que elabora el brazo de gestión de activos de JP Morgan, Cataluña es la autonomía donde la confianza inversora está más baja y donde, además, crece menos. 

"El índice de los inversores catalanes crece levemente [una décima] y se mantiene en valores positivos con 0,2 puntos", concluye la encuesta de JP Morgan Asset Management, confeccionada con carácter semestral. Solo que este dato de Cataluña contrasta con el crecimiento que ha registrado este indicador en el resto de territorios. Frente a los 0,2 puntos anotados en la comunidad catalana, la media de España se sitúa muy por encima: en los 1,73 puntos. Por primera vez desde el primer semestre de 2014, todas las comunidades arrojan datos positivos. Madrid destaca con 2,8 puntos; Andalucía, con 2,4; y Asturias, con 2 puntos. Por el lado contrario, "a pesar de estar en positivo, Cataluña y Castillla-La Mancha son las comunidades con índices más bajos", explica el informe. En concreto, figuran con 0,2 y 0,5 puntos, respectivamente. En el conjunto de España, el punto más alto de este índice se anotó justo antes de la crisis con 3,65 puntos; el más bajo en medio de la recesión con -4,94 puntos. 

"El avance en el índice en España se corresponde con tres factores clave: aumenta la convicción de los inversores de que los mercados bursátiles subirán en los próximos meses; crece el optimismo sobre una próxima mejoría del empleo y se amplía el número de inversores que considera que se están empezando a percibir los primeros síntomas de recuperación económica", subraya la nota del banco estadounidense.   

EL PAÍS ya publicó hace dos semanas el barómetro de empresas elaborado con Deloitte, en el que se ponía de manifiesto que tres de cada cuatro directivos consultados consideraban que el secesionismo catalán es perjudicial para la economía española. Y Standard & Poor's también ha resaltado recientemente que Cataluña presentaba la peor situación crediticia de todas, según su comparativa de riesgos de las comunidades autónomas.

Sin embargo, llama la atención que estos indicadores, disparados por la alarma que suscita el riesgo de una declaración de independencia, no estén haciendo mella en la actividad económica de Cataluña. Por una parte parece que, a pesar de esta incertidumbre manifestada en las encuestas, los agentes económicos no terminan de creerse la posibilidad de una secesión. Y por otro, el motivo quizás resida en que el mayor crecimiento obedece sobre todo al tirón del turismo, la hostelería y el comercio, que avanzan con indiferencia de la incertidumbre política. De hecho, en este sentido las diferencias de crecimiento en España son significativas. Según las previsiones anuales de la Autoridad Fiscal, el crecimiento se concentra sobre todo en las regiones de la costa más pobladas. Salvo Madrid, las comunidades del interior, como Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Aragón, crecen bastante menos. En cambio, Canarias, Baleares, Cataluña y Valencia lideran el incremento del PIB nacional anual según las previsiones de la Airef al cierre del segundo trimestre de 2017. De los territorios del interior, solo Navarra exhibe cifras por encima de la media gracias a su sector industrial.

Y estos datos demuestran otra cosa: pese al discurso de la Generalitat en el que se afirma que la economía catalana se está desvinculando de la española, los datos no señalan eso: Cataluña crece al mismo ritmo que marca el PIB nacional y no al que traza, por ejemplo, Francia, el país que linda con Cataluña y cuya economía solo crece la mitad que la española. Un hecho que subraya las elevadas conexiones existentes entre Cataluña y el resto de España. Como apuntan los datos de comercio, la economía catalana presenta un saldo positivo con el resto de comunidades y negativo con el exterior, de lo que se desprende que la economía catalana funciona como una especie de centro redistribuidor de las importaciones para el resto de España. Según los datos de Comercio, Cataluña supuso en 2016 el 25,6% de las exportaciones nacionales y el 28,5% de las importaciones.

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Sobre la firma

Antonio Maqueda
Periodista de la sección de Economía. Graduado en Periodismo en la Universidad de Navarra y máster por la Universidad de Cardiff, ha trabajado en medios como Cádiz Información, New Statesman, The Independent, elEconomista y Vozpópuli.

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