Trump presenta la guía para rebajar la regulación financiera
El Departamento del Tesoro de EE UU plantea recosiderar muchas de las normas internacionales adoptadas tras la crisis
La administración de Donald Trump empieza a moverse en el ámbito de la desregulación bancaria, cuando no han pasado aún nueve años desde la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión. El Departamento del Tesoro presentó este lunes sus recomendaciones para empezar a recortar la normativa existente que rige la industria financiera. Es la primera de una serie de propuestas que buscan limitar el poder del gobierno.
Trump firmó el 3 de febrero pasado, a los pocos días de llegar a la Casa Blanca, un decreto con el que daba la orden para revisar todas disposiciones de la Dodd-Frank Act para determinar si cumplía siete principios básicos relacionados con el crecimiento económico y la protección del contribuyente. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, ya dijo que quería mantenerla aunque sometiéndola a cambios.
El presidente habló hace cuatro meses de que era necesario un ajuste mayor. Ahora lo que plantea en términos es recortar la autoridad de la agencia para la protección en el ámbito financiero y establecer excepciones a los pequeños bancos de la Volcker Rule, que prohíbe ciertas inversiones. También plantea recosiderar muchas de las normas internacionales y una revisión de las pruebas de resistencia de la Reserva Federal.
El documento, de 150 páginas, hace recomendaciones genéricas sobre los objetivos de la reforma. En el examen se consultó a representantes de la industria, defensores del consumidor y académicos. “Hemos escuchado lo que funciona y lo que no funciona”, explica Mnuchin, “para hacer la regulación más eficiente y efectiva al tiempo que garantiza un sistema financiero seguro y estable que no ponga en riesgo al contribuyente”.
Cualquier cambio, además, debe pasar por el Congreso. El resultado del examen de la Dodd-Frank se da a conocer solo cuatro días después de que la Cámara de Representantes adoptara una propuesta legislativa de los republicanos que tiene como objetivo empezar a rebajar el exceso de regulación. La CHOICE Act, sin embargo, tiene casi imposible lograr el aprobado del Senado en la actual redacción.
Medidas controvertidas
El plan que presenta ahora el Departamento del Tesoro podría, por tanto, ser una especie de hoja de ruta para lograr el consenso de las dos cámaras legislativas sobre el proceso a seguir para desmontar buena parte de las reglas adoptadas tras la crisis. Algunas de las medidas que contempla la CHOICE Act son tan controvertidas que chocan incluso con el ala más moderada de los republicanos.
Una de elas pasa por retirar poderes a los reguladores para salir al rescate de las entidades en dificultad. La Dodd-Frank creó un mecanismo para dejar caer a los bancos problemáticos de una manera ordenada. Los republicanos piensan que lo hace es perpetuar el principio del “demasiado grande para quebrar”. El temor es que si se acaba eliminando esta herramienta, contribuya a una escalada del estrés financiero.
La desregulación es uno de los pilares de la agenda del presidente Donald Trump para estimular la economía. La Casa Blanca considera que hay reglas que impiden liberar todo el potencial de crecimiento que tiene Estados Unidos, porque limitan la concesión de crédito a las pequeñas empresas. En paralelo quiere movilizar inversiones en el ámbito de las infraestructuras y recortar impuestos.
La reforma financiera es, en cualquier caso, menos arriesgada para el presidente de cara al electorado cuando se compara con el intenso debate público que genera sus propuestas para la salud o el cese del director del FBI por la trama rusa. De hecho, la adopción de la CHOICE Act pasó desapercibida en los menos de comunicación. El sentido de urgencia para la industria, además, es menor.
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