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Brufau ataca el uso del carbón y de los vehículos diésel

El presidente de Repsol reclama una política adecuada para el uso más eficiente de energías renovables, nuclear y gas natural

Miguel Ángel Noceda
Antonio Brufau, presidente de Repsol, este viernes en la Junta General de Accionistas.
Antonio Brufau, presidente de Repsol, este viernes en la Junta General de Accionistas.Chema Moya (EFE)

Si el año pasado el presidente de Repsol, Antonio Brufau, denigró el coche eléctrico ("no es tan limpio como lo pintan, es falso que no emita CO2 porque la electricidad de la que se sirve si lo emite") en la junta general de accionistas de la compañía, este año se erigió como un defensor a ultranza de la sostenibilidad. Ha atacado a los motores diésel y las calefacciones de las ciudades como factores más determinantes del cambio climático y la contaminación urbana y ha propuesto acelerar la renovación del parque automovilístico y del transporte colectivo, además de reclamar a las autoridades competentes una política adecuada en vivienda y la supresión paulatina del carbón. Y sobre el coche eléctrico dijo, esta vez, que su desarrollo debe ir alineado con la descarbonización del mix eléctrico para ser efectivo y que "a día de hoy, genera igual o más partículas por su mayor peso".

"Tendríamos que reducir a la mitad las emisiones", dijo Brufau en un discurso plagado de llamamientos a la eficiencia energética. Para Brufau hay cuatro ejes de actuación para la reducción de gases de efecto invernadero: generación de electricidad, transporte, industria y residencial. En el primero, lo primordial es reducir el uso del carbón ("Europa tiene el 35% de generación con carbón) y abogó por cambiarlo por gas natural, así como aumentar la capacidad de renovables y nuclear. En transporte, ha subrayado la necesidad de mejorar la eficiencia de los motores y el uso de los biocombustibles y apoyar la sustitución de vehículos antiguos y nuevas soluciones de movilidad, como el transporte compartido. En el eje de la industria, ha reclamado procesos más eficientes con uso de energías renovables y gas natural "frente a las alternativas más intensivas en CO2". En el eje residencial, además de la mejora de eficiencia en los electrodomésticos y la iluminación, ha pedido políticas de mejora de los edificios y casas inteligentes.

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"Y Repsol quiere ser parte de la solución, vamos a ser parte de la solución para convertir un problema en una solución", enfatizó Brufau. En ese sentido, informó de que el grupo petrolero forma parte de la organización Oil and Gas Climate Initiative (OGCI), que ha destinado 1.000 millones de dólares de inversión para mitigar el cambio climático y de que Repsol ha invertido 500 millones de euros en la reducción de 4,3 millones de toneladas. Extrapolado a 10 años, afirmó, una inversión de 5.000 millones equivale a entre 4,5 y 6,5 millones de coches eléctricos para reducir esa emisión. O, dicho de otra forma, "le ahorramos al Estado 65.000 millones de euros". Y ahí puso deberes: "Póngase la industria al frente de la manifestación". "Y lo debe hacer con nuevos desarrollos tecnológicos y combustibles menos contaminantes", señaló.

"El crecimiento no puede ir acompañado por los modelos de consumo pasados, si no de nuevas formas de ser más responsables", ha subrayado Brufau mientras hacía un repaso de las tendencias mundiales. "Tenemos que tener el derecho a operar, vamos a un mundo en transición en el que la energía tiene como retos la seguridad de suministro, la competitividad, el acceso universal, del que estamos lejos, y la sostenibilidad, que debe asegurar que el planeta no se caliente más de los deseado ante el crecimiento de la demanda. Hay que consumir de la forma más eficiente posible, menos intensivo en carbono, por lo que hay que limitar el uso de combustibles fósiles y que no haya calentamiento del planeta", completó.

En ese sentido, ha advertido que es necesario reducir el consumo de energía incluso más del escenario previsto para 2040, de manera que los 17,9 millones de toneladas de demanda prevista se reduzca a 14,9 toneladas con políticas activas, en las que, a su juicio, deben participar todas las energías, siendo el petróleo y el gas las preponderantes, con el 44%.

Para Repsol, hay cuatro factores determinantes en su actividad: precio del crudo, del gas, márgenes del refino y el precio del dólar. Y, a excepción del precio del dólar, los otros tres han tenido un comportamiento peor que en el año anterior. El año pasado, el precio del petróleo volvió a encarecerse después de la caída que le llevó a 43,7 dólares el barril. Hubo un fuerte incremento de la demanda (96,6 millones de barriles día) frente a una oferta de 97 (es decir, desfase de 400.000 barriles). En 2017, predijo, continuará el recorte de oferta una estabilidad de precios al alza hasta 57 este año y 65 dólares en 2018. También destacó Brufau el proceso de envejecimiento de la población y el aumento de la clase media en Asia, así como de la demanda energética y de las grandes urbes, lo que "reforzará el incremento de eficiencia energética, menor movilidad y problemas de congestión y polución". A su juicio, las demandas sociales serán cada vez más severas y requerirán un desarrollo responsable y sostenible de todos los recursos.

El consejero delegado del grupo, Josu Jon Imaz, anunció que el grupo actualizará en 2018 el plan estratégico en 2016-2020 tras haber adelantado muchas de las actuaciones previstas, lo que, a su juicio, permite que "Repsol esté hoy más preparada para responder a los retos actuales y futuros del sector energético". Entre las actuaciones, destacan las desinversiones por valor de 5.100 millones, el crecimiento de la producción hasta 700.000 barriles día y el descubrimiento en Alaska del mayor campo de petróleo convencional en 30 años en EE UU. Las inversiones realizadas este año fueron 3.500 millones y obtuvo un beneficio de 1.736 millones. El dividendo repartido será de 0,80 euros por acción. La junta de Repsol, que contó con un quorum del 56,9%, aprobó las cuentas de la compañía y el nombramiento de tres consejeros (Mariano Marzo, Isabel Torremocha y Teresa Ballester) en sustitución de Javier Echenique, Henri Phillippe Reichstul e Isabel Gabarró.

La junta se desarrolló en un ambiente tranquilo y sin ninguna discrepancia destacable en los accionistas. Ante una pregunta de uno de ellos que proponía la venta de Gas Natural, Brufau contestó que la empresa, en la que posee el 20% del capital, es un activo estratégico y que ofrece rentabilidad al grupo.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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