La locomotora europea acelera
La economía alemana aceleró su crecimiento en el primer trimestre del año hasta el 0,6% (1,7% en 12 meses), dos décimas más que en el trimestre anterior y cuatro más que en tercero de 2016, gracias a un repunte en la inversión y las exportaciones, unido además a un comportamiento positivo del consumo privado. En cuanto a expectativas, el propio Bundesbank describe el sentimiento económico en Alemania como extraordinariamente positivo, apoyado en encuestas de confianza empresarial como el IFO o la de gestores de compras (PMI), en máximos de seis años.
Parece por tanto que la primera economía europea sigue ganando momentum positivo. Y esto reafirma a su vez tanto el discurso de Mario Draghi, que afirmó ante la Comisión Europea que la recuperación económica está acelerando, como las propias previsiones de crecimiento para la Eurozona, recientemente actualizadas al alza por la CE hasta el 1,7% para este año y 1,8% para el que viene. De momento la Eurozona ha crecido medio punto en el primer trimestre del año, a pesar del bache francés y en parte gracias a la sorpresa positiva en España.
En este entorno, el debate sobre tipos de interés en Europa parece a punto de abrirse. El vicepresidente del Banco Central Europeo, Vítor Constancio, destacaba el pasado martes que le parecía menos arriesgado mantener la actual política monetaria durante algo más de tiempo del necesario que exponerse a retirarla prematuramente, lo que viene a reafirmar que la institución europea será prudente en el corto plazo. Pero parece seguro que a la vuelta del verano, a más tardar, veremos una nueva retirada de volumen del programa de compra de activos. El balance del BCE seguirá creciendo, pero lo hará a un ritmo menor. Y eso a un paso de que la Reserva Federal comience a gestionar el volumen de su balance a la baja, algo que tomará consistencia en 2018 y previa subida adicional de medio punto en los tipos de interés en 2017.
Por tanto, el ciclo de tipos de interés al alza parece que despega definitivamente, y lo hará con más certeza si se gana visibilidad desde el punto de vista político. Parece claro que vamos a ver tipos más altos y curvas más empinadas, el debate se centra en el cuánto y el cuándo. El entorno de mayor crecimiento, mayor inflación y menor presencia de los bancos centrales en los mercados, sencillamente, no deja alternativa en mi opinión.
¿Y cómo gestionar carteras conservadoras en este entorno en principio hostil para ellas? Mantenemos exposición a renta variable, especialmente en Europa y con algo más de cautela en Estados Unidos, especialmente en aquellos sectores más exigidos desde el punto de vista de la valoración; también nos gusta el crédito corporativo y la deuda emergente, a corto plazo en ambos casos. Y por último, fondos de retorno absoluto que nos aporten algo de rentabilidad con baja correlación a los mercados de renta fija y variable. Eso, y la habitual dosis de prudencia y paciencia en los momentos movidos, que los habrá.
Alejandro Vidal es director de Estrategia de Mercados de Banca March
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