Peticiones de dimisión y duros ataques contra Dijsselbloem en la UE por sus insultos al Sur
Portugal pide que "desaparezca" y Matteo Renzi señala que no merece ocupar el puesto" de presidente con esos "chistes estúpidos"
Dijsselbloem bajo el fuego. El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, se ha desayunado hoy un amplio menú de ataques furibundos por sus declaraciones en un diario alemán del pasado lunes, en las que acusaba a los países del Sur de derrochar el dinero en "alcohol y mujeres" para después pedir ayuda. Dijsselbloem perdió la oportunidad de pedir disculpas ayer en la Eurocámara y su portavoz ha evitado hoy hacer declaraciones a este diario a pesar de que los ataques arrecian por tierra, mar y aire, por parte de políticos del Sur y del Norte, con peticiones de dimisión del Gobierno portugués y del ex primer ministro italiano, Matteo Renzi.
El ministro español Luis de Guindos, que peleó por el puesto de jefe del Eurogrupo hace dos años y sigue con esa idea rondando su cabeza —pese a que en público se descarta—, ha vuelto a tachar de "desafortunadas" esas declaraciones y ha insistido en que Dijsselbloem debería arrepentirse. "Las declaraciones me parecen desafortunadas desde el punto de vista de la forma y del fondo" , ha expresado en los pasillos del Congreso.
El primer ministro portugués, António Costa, no se ha mordido la lengua para criticar las declaraciones de Dijsselbloem. Para Costa son "racistas, sexistas y xenófobas". En un discurso en Estoril durante el congreso de Football Talks, Costa señaló que las declaraciones del holandés van contra los valores de la unidad europea. "El señor nos ofendió", añadió. "Europa no se hace con Dijsselbloem. El señor Dijsselbloem debe desaparecer”.
No es la primera crítica que le llega desde Portugal al presidente del Eurogrupo. Augusto Santos Silva, ministro de Exteriores, ya explicó ayer que el presidente del Eurogrupo "ha estado todos estos años sin entender lo que realmente ha pasado en países como Portugal, España e Irlanda”. Portugal pide abiertamente su dimisión, algo que no ha hecho de momento España. Dijsselbloem “no está en condiciones de seguir al frente del Eurogrupo”. Sus palabras son “inaceptables”, “indignas de un ministro europeo y mucho menos de un presidente del Eurogrupo”, según Santos Silva.
El Gobierno griego, a través de su portavoz Dimitris Tzanakopoulos, también ha rechazado la actitud del holandés y ha subrayado lo inoportuno que es ayudar a ampliar la división Norte-Sur "en un momento en el que Europa está en un intenso debate sobre los siguientes pasos a dar". Ha señalado que, de ser exactas las palabras que se le atribuyeron en esa entrevista, "son, obviamente, totalmente inapropiadas". Y ha criticado que se adopten "estereotipos que amplían la brecha entre la [Europea] del Norte y del Sur que allanan el camino para puntos de vista extremistas", Y eso, añadió "sin mencionar el tono machista de la declaración".
Indignación en privado
Las palabras de la discordia
Las polémicas palabras del holandés Dijsselbloem al Frankfurter Allgemeine Zeitung, dentro de una extensa entrevista, fueron las siguientes: "El pacto dentro de la zona Euro se basa en la confianza. En la crisis del euro, los países del euro del Norte han mostrado su solidaridad con los países en crisis. Como socialdemócrata considero la solidaridad extremadamente importante. Pero quien la exige también tiene obligaciones. No puedo gastarme todo mi dinero en licor y mujeres y a continuación pedir ayuda. Este principio se aplica a nivel personal, local, nacional e incluso a nivel europeo".
La mayoría de las delegaciones de los países del Sur en Bruselas y las instituciones europeas comparten esa indignación en privado, pero se cuidan de expresarla, de momento, en público. "Sin comentarios", decían fuentes alemanas a mediodía. Con sonoras excepciones: la vicepresidenta de la Comisión Europea, la danesa Magrethe Vestager, ha ido directa al grano este miércoles ante la prensa: "No me gustan esas palabras [de Dijsselbloem]. Están mal". Incluso el presidente del brazo ejecutivo de la UE, Jean-Claude Juncker, ha salido a la palestra: "Cada dual es responsable de sus comentarios, pero el presidente Juncker siempre ha expresado un gran respeto por el Sur de Europa".
El ex primer ministro italiano Matteo Renzi ha sido quizá el más claro al respecto: “Dijsselbloem perdió una buena oportunidad para callarse”, ha asegurado, según la agencia Ansa. Renzi critica sus “chistes estúpidos” contra “los países del sur de Europa, incluyendo Italia y España”. “Creo que la gente como Dijsselbloem, que pertenece al Partido Socialista Europeo aunque quizás no lo parece, no merece ocupar el puesto que desempeña”. El ex primer ministro italiano pide “su renuncia”, para salvaguardar “la credibilidad de las instituciones europeas”. “Si quiere ofender a Italia que lo haga en el bar que habrá bajo su casa, pero no como consecuencia de sus funciones institucionales”. Y añade que difícilmente puede presidir el Eurogrupo un ministro de un partido que ha sufrido una debacle electoral; corre el riesgo de convertirse “en un engranaje de la tecnocracia”. “En la semana del aniversario del Tratado de Roma, deberíamos trabajar por una Europa de la democracia, no de la burocracia”.
Por su parte, Romano Prodi, expresidente de la Comisión Europea, ha optado por ironizar: "Percibo más bien envidia", ha dicho.
Alineados contra el holandés
La socialdemocracia —el partido de Dijsselbloem—, el centroderecha y la izquierda se han alineado contra el jefe del Eurogrupo en el Parlamento Europeo. Esteban González Pons (PPE) y Ernest Urtasun (ICV) han pedido su dimisión. Javier López (PSOE) y Marina Albiol (IU) le han atacado con dureza. El líder de los socialdemócratas, Gianni Pittella, se pregunta “si una persona con esas opiniones puede ser idóneo para presidir el Eurogrupo". Manfred Weber, líder del PPE, ha explicado que en Europa “no hay espacio para los estereotipos”. Gabi Zimer (Izquierda Unitaria) ha calificado las declaraciones de “denigrantes, sexistas y xenófobas”.
El equipo de Guindos ha empujado fuerte en las últimas horas para denunciar los insultos de Dijsselbloem, por lo que el ministro español parece perfilarse, a pesar de su autodescarte, como posible sustituto: Urtasun, de ICV, considera que el PP está aprovechando para "relanzar" la campaña del ministro de Economía. Dijsselbloem está en una posición política muy débil tras la debacle de los laboristas en su país. Esas declaraciones, con las que trata de ganarse el favor de los países del Norte, pueden ser la puntilla pese a sus deseos de aferrarse al cargo.
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