Fitch sitúa a México en la antesala de una rebaja crediticia
La agencia estadounidense constata la "debilidad" de la segunda economía de América Latina y advierte de los "mayores riesgos" a la baja
El rating de México está en el aire. La agencia de calificación estadounidense Fitch, una de las tres más importantes del mundo, ha constatado este miércoles la "relativa debilidad" del crecimiento económico mexicano; los "mayores riesgos" a la baja y el "desafío" que esta conjunción de factores podría suponer para la estabilidad de la deuda pública mexicana. En diciembre pasado, Fitch ratificó la nota (BBB+) del país norteamericano, pero situó su calificación en perspectiva negativa. Las principales casas de análisis que siguen el día a día de la segunda mayor economía de América Latina inciden en el riesgo que para México supondría perder esta categoría: dejaría en el aire inversiones valoradas en miles de millones de dólares, encarecería las emisiones públicas y privadas, y forzaría a un duro ajuste en los niveles de gasto público.
"La mayor incertidumbre económica como resultado de la elección de Donald Trump como presidente de EE UU, quien ha aludido a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con México e imponer controles de inmigración más estrictos, podría mermar la demanda interna mexicana en el corto plazo", subraya la calificadora con sede en Nueva York en su informe especial publicado este miércoles. Y, añade, "un deterioro en los vínculos de México con EE UU, que redujera sus perspectivas de crecimiento y/o debilitara su balance general externo, podría ser negativo para las calificaciones de México". La agencia también constata que el crecimiento de México —del 2.5% de media en el último lustro— es más débil que la mediana de los países que tienen categoría BBB (3.1%), la que marca la frontera entre el grado de inversión y el especulativo. En otras palabras: si el golpe que inflige la nueva administración estadounidense es severo, el grado de inversión —el más sólido de la escala de las calificadoras— estaría en serio riesgo.
Gerardo Esquivel, economista del Colegio de México, ve "lógico" el aviso de Fitch dado el aumento del endeudamiento público y la expectativa de menor crecimiento. "Es una amenaza si no se cumplen las metas fiscales", añade Carlos Serrano, economista jefe de BBVA-Bancomer para México. A diferencia de lo ocurrido en los últimos años, este año Serrano sí ve posibilidades de que el Gobierno se ajuste al objetivo, parcialmente porque los beneficios del Banco de México —que el instituto emisor remite al Gobierno— batirán este año un récord gracias a la depreciación del peso. "Dará 400.000 millones de pesos al Gobierno y, con esto, creo que sí se cumplirá el objetivo. Pero en 2018 sí habrá una presión importante que apremiará al próximo Gobierno a hacer una reforma fiscal en profundidad para recaudar más", añade.
El revés de Fitch llega en el momento en el que el país norteamericano había conseguido encajar con firmeza los primeros golpes de la Administración Trump. Las subidas de las tasas de interés decretadas por el Banco de México, junto con la buena acogida al programa de coberturas que permite a las empresas nacionales protegerse frente a la depreciación del peso, han conseguido relajar la presión sobre su moneda hasta el punto de situarla entre las más fuertes del mundo desde que el magnate llegó a la Casa Blanca. Además, en los últimos días se intuye un cierto cambio de tono en el nuevo titular estadounidense de Comercio, Wilbur Ross, que ha apelado al bien común en la renegociación del TLCAN. Sin embargo, los dos principales temores de fondo siguen intactos en el panorama mexicano: las medidas proteccionistas que ha prometido Washington —y que pondrían en riesgo el 80% de las exportaciones totales mexicanas— y la posibilidad de que, tal y como deja caer Fitch, las agencias de calificación acaben por rebajar la nota que asignan a la deuda mexicana.
La situación negativa "podría continuar en 2017−2018, en la medida en que la inversión se viera afectada por la mayor incertidumbre económica", añaden los analistas de la calificadora estadounidense. Pese a que el dinamismo del PIB en el tramo final de 2016 sorprendió positivamente, tanto en Gobierno como el Banco de México han rebajado en las últimas semanas sus previsiones de crecimiento para este año y el próximo al tiempo que han aumentado sus pronósticos de inflación.
Fitch, sin embargo, cree que aún habrá que esperar "para conocer las "ramificaciones" de las políticas estadounidenses sobre México hasta que se den a conocer más detalles sobre el alcance de los cambios que Washington introduzca en comercio exterior e inmigración. "El déficit por cuenta corriente ha aumentado en los últimos años y cualquier impacto negativo sobre las remesas [en su mayoría, procedentes de la primera potencia mundial] y los flujos de comercio podría empeorar aún más las dinámicas de las cuentas externas". Aunque algunos congresistas republicanos ya han empezado a promover un impuesto sobre los envíos de dinero de los inmigrantes mexicanos a sus familias, los analistas ven grandes dificultades en su aplicación.
Fitch, además, muestra su preocupación por una de las partidas que ya ha empezado a sufrir los primeros daños tras la victoria de Trump —la inversión extranjera directa— y por otra que lleva años deparando importantes críticas a las autoridades mexicanas —el aumento de la deuda pública—. "La carga de la deuda de México, estimada en el 46% del PIB, es más alta que la mediana de [países con nota] BBB, por lo que ejerce presión adicional sobre el perfil crediticio de México. Los déficits primarios, el bajo crecimiento económico, la depreciación del peso y las emisiones a las empresas productivas del estado (Pemex y la Comisión Federal de Electricidad) han llevado a un aumento continuo en la carga de la deuda pública", inciden los técnicos de la agencia. "Si baja un escalón, no tendría efectos a corto plazo. El problema sería que se produjesen dos descensos y se perdiera el grado de inversión", cierra Serrano, de BBVA. Ahí, sí, México quedaría al borde del precipicio.
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