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Charles Macintosh inventó el impermeable... o quizás no

El químico llegó a una solución para chubasqueros que antes usaron para tapones científicos españoles

Edward Burton

Da igual que lo llames chubasquero o impermeable porque esa prenda, antes de que se hiciera de puro plástico, la inventó el escocés Charles Macintosh, que nada tiene que ver con los ordenadores. Este químico nacido en Glasgow (Escocia) tal día como hoy, 29 de diciembre, pero de 1766, se sacó de la manga una solución química que mezclaba el caucho indio con un hidrocarburo ligero que, metido en forma de sándwich entre dos telas, funcionaba como ropa impermeable. Una curiosa solución que científicos españoles habían inventado antes que él (pero que solo aplicaron para crear tapones antifugas) y que un cirujano de Edimburgo coetáneo de Macintosh siempre aseguró que había descubierto antes.

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El apellido de Charles Macintosh, al que hoy Google dedica su doodle, ha pasado a la historia de la ropa, la química y del idioma.  Pero el tiempo lo ha traicionado. Al menos en la lengua. Los británicos llaman con su apellido a los chubasqueros engomados, pero el uso ha ido añadiendo y quitando letras al apellido del químico escocés, que patentó su invento en 1823. De hecho, su prenda se llama mackintosh, lo que añade una k de origen desconocido al apellido, pero también se conoce coloquialmente como mack, algo que en inglés aún más coloquial define a un proxeneta callejero, que pasaba horas bajo la lluvia vigilando a sus mujeres.

Charles Macintosh, como tantos otros, llegó a su invento por pura observación. Mientras echaba un vistazo a los subproductos del carbón, descubrió una capa babosa que puso entre dos trapos. De esa manera nació la primera tela impermeable (con permiso del cirujano James Syme). Pero hasta que no se unió al también químico George Hancock no logró la solución impermeable ideal, muy apreciada en un territorio como el británico, donde el paraguas era un complemento casi imprescindible (pero de clase media alta). El aspecto original era como el de los capotes verdes que ha popularizado la firma Barbour.

El caso es que el invento le hizo famoso, aunque tuvo sus enemigos. El gremio de los sastres de Escocia, por ejemplo, no quiso saber nada de su nueva tela engomada (aunque con el tiempo claudicó). Por eso, Charles Macintosh (ya casado con Mary Fisher y padre de un hijo, Alexander) fundó su propia fábrica en Glasgow, que al final tuvo que trasladar a Manchester. No obstante, tuvo la suerte de que el Ejército británico la adoptó para su impedimenta. La empresa es ahora propiedad del gigante químico Dunlop. 

Charles Macintosh es considerado uno de los mejores químicos de Reino Unido. Poco después de inventar su impermeable (con k), fue elegido miembro de la Royal Society. Posteriormente inventó un revolucionario blanqueante en polvo, un método para hacer maleable el hierro e incluso creó (junto a David Dale) un colorante para ropa: el rojo turco.

Cuando murió el 25 de julio de 1843 en Dunchattan, fue enterrado con gran boato en el cementerio de la catedral de Glasgow, donde se erigió un monumento en su honor. Todavía a su muerte se le disputó la autoría del invento, que siempre reivindicó como propio un cirujano llamado James Syme, al que igual acaban dándole otro doodle.

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