El Banco de España discrepa de las optimistas previsiones de empleo del Gobierno
La institución alerta sobre los riesgos de un parón en las reformas
El Banco de España ha publicado sus previsiones de crecimiento para el periodo 2016-2019. Y sus estimaciones de Producto Interior Bruto coinciden con las del Ejecutivo para este año y el que viene, esto es, un crecimiento del 3,2% en 2016 y del 2,5% en 2017. Sin embargo, los pronósticos del organismo supervisor discrepan de las del Gobierno en el crecimiento a medio plazo: mientras que el Ministerio de Economía augura un 2,4% de crecimiento para 2018 y 2019, el servicio de estudios de la entidad sita en Cibeles vaticina un avance del PIB del 2,1% en esos dos años.
Lo cual se traduce en unas previsiones peores para el mercado laboral. El Ejecutivo espera en su cuadro macroeconómico una tasa media de desempleo del 13,8% en 2019 y acabar ese año en el 12,8%. Por el contrario, el Banco de España prevé que en 2019 haya una tasa media de paro del 15% y se cierre el año en el 14,5%, una diferencia de más de un punto se mire como se mire. Y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) precisamente también coincide con las cautelas del supervisor bancario sobre los pronósticos de creación de empleo.
Estas divergencias se achacan fundamentalmente a la distinta opinión que mantienen el Ejecutivo y el Banco de España sobre la capacidad de la economía para crecer a medio plazo. De acuerdo con el organismo que dirige Luis María Linde, la actividad seguirá avanzando impulsada por el consumo, que a su vez se ve reforzado por el aumento de rentas que provoca la creación de empleo en una especie de círculo virtuoso. Además, el progresivo desendeudamiento facilitará todo este proceso de mejora de la demanda.
Sin embargo, según afirma la entidad, “el ritmo de avance del consumo será inferior, a partir de 2017, al observado en el pasado bienio como consecuencia del cese de los impulsos positivos sobre sus rentas reales que se derivaron de las caídas del precio del petróleo y de las rebajas en la imposición directa”. En consecuencia, el Banco de España augura una desaceleración del consumo privado en los próximos años.
Entre las amenazas que acechan en la lontananza, el Banco de España también vaticina una moderación de la tasa de crecimiento del turismo receptor, "tras el elevado ritmo de avance registrado en 2016 en un marco de repunte de las tensiones geopolíticas globales".
El informe publicado por el supervisor deja entrever sobre todo una preocupación: aunque las últimas medidas consensuadas por el Gobierno facilitarán el cumplimiento del déficit para este año, la entidad avisa del riesgo de un parón en la agenda reformista. Por un lado, considera "prioritario" reducir las vulnerabilidades ligadas al elevado déficit y deuda públicos. Por otro, advierte sobre la incertidumbre predominante "en relación con la agenda de reformas estructurales necesarias para dinamizar el avance de la productividad y el funcionamiento de los mercados de bienes y servicios".
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