La producción industrial sigue un 23% por debajo de 2008
El sector servicios se recupera más rápido pero aún no recobra ni la mitad de lo perdido por la crisis
Los datos de producción industrial de agosto han brindado una sorpresa positiva. Después de meses de crecimientos planos, el índice arrojó el pasado viernes un crecimiento del 4% interanual, el más alto en lo que va de año. Sin embargo, según los datos compilados por el Servicio de Estudios de Bankia, a fecha de hoy sólo se ha recuperado un 22,1% de la producción destruida. Entre 2008 y octubre de 2013, la producción del sector se desplomó 29,3 puntos porcentuales. Y desde entonces únicamente se ha recobrado en 6,5 puntos. O lo que es lo mismo, la industria todavía produce un 22,8% por debajo de los niveles de 2008.
Según la EPA, todavía hay 855.000 empleos menos en la industria que en el primer trimestre de 2008, una cuarta parte menos de los que había. De acuerdo con los datos del segundo trimestre de 2016, se registran 2,4 millones de ocupados en el sector secundario, sólo el 13,6% del total.
Estas cifras contrastan con la evolución del sector servicios, que ha restablecido un 42% de lo perdido y se sitúa sólo 14,2 puntos por debajo de los niveles de producción anteriores a la Gran Recesión. Una mejora que se explica, en parte, por el buen comportamiento del turismo y, en parte, por la robustez de los servicios a empresas como la consultoría.
Lo cual implica, a su vez, que la industria ha perdido peso en la tarta de la economía española. Su tamaño ha descendido desde el 18,1% del PIB hasta el 15,1%. A juicio de los expertos, estos guarismos fomentan el debate sobre cuál debería ser el volumen del sector en España. El problema reside en que se antoja muy difícil que retornen las fábricas ya desmanteladas, pues la instalación requiere un gran esfuerzo inversor, subrayan los analistas. Además, mantener la actividad fabril exige siempre que se negocien los sueldos con un ojo puesto en la evolución salarial de otros países.
Si bien la producción industrial suele exhibir una trayectoria desigual, el índice acumulaba un año de escasos avances. La producción despegó con fuerza en 2015, pero en agosto de ese mismo año se frenó en seco. Y hasta ahora ha mostrado bastante atonía. El súbito repunte de agosto podría achacarse a una comparación positiva respecto a la fuerte caída de agosto del año pasado. También puede obedecer a que las empresas hayan tenido que reponer existencias forzadas por unos buenos meses de consumo.
En todo caso, se trata de una noticia positiva por dos razones. Una, revela una cierta resistencia de la industria en una coyuntura en la que se espera una desaceleración generalizada. Y dos, la producción de bienes de equipo crece un 16,7% anual, una variable que suele funcionar como indicador adelantado de la actividad. Es decir: las empresas reclaman bienes de equipo porque se están reforzando para responder a un repunte esperado de la demanda.
Automóvil y alimentos elaborados son los dos motores de la industria española, y así no es de extrañar que Navarra sea la región que mayor crecimiento exhibe gracias a Volkswagen y la actividad agrícola: un 26,6% anual. Llama mucho la atención que estas cifras coincidan con una mejora de la producción en Alemania, lo que apunta los fuertes vínculos existentes entre las dos industrias, en especial por el automóvil. El dato alemán supone, además, un signo esperanzador en medio de la ralentización del comercio mundial.
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