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El FMI cuestiona la efectividad de los bancos centrales con la baja inflación

En el 85% de los países la inflación está por debajo de las expectativas que se fijan los supervisores

Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo
Mario Draghi, presidente del Banco Central EuropeoREUTERS

La capacidad de los bancos centrales para garantizar la estabilidad de precios está en cuestión. O dicho de otra manera, hay dudas en el mercado de que la estrategia monetaria actual sea efectiva al asegurar que la inflación avance hacia el objetivo marcado, porque las estrategias en vigor no están permitiendo estimular la demanda y los bajos tipos de interés dejan poco margen de maniobra para actuar si fuera necesario.

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El Fondo Monetario Internacional dedica uno de su capítulos del informe de otoño a analizar la evolución de precios en más de 120 países. En el 85% la inflación está por debajo de las expectativas que se fijan sus bancos centrales y de estos, en cerca de un 20% hay deflación. Parte de esta moderación se debe al abaratamiento de la energía y de las materias primas. Pero incluso excluyendo estos componentes, la subyacente sigue baja.

El crecimiento económico rinde por debajo del potencial, lo que explica que la presión a la baja de los precios. Pero los bancos centrales empiezan a afrontar un problema de credibilidad, especialmente donde la política monetaria lleva años constreñida y las tasas de inflación a medio plazo son bajas o siguen cayendo. Por eso pide medidas fiscales y estructurales adicionales que estimulen el consumo y la inversión.

El FMI admite que es complicado cuantificar el coste económico de un escenario en el que la inflación de mantiene baja durante un periodo prolongado. Sí advierte que esta situación, incluso si se evitar la trampa deflacionista, puede minar las perspectivas de crecimiento, elevar el paro y mermar más los salarios. A lo que se añade que un clima de baja inflación reduce la efectividad de la política monetaria.

Ante esta situación, se pide un esfuerzo mayor para explorar sinergias entre los diferentes países para hacer frente a un riesgo que es transfronterizo y revertir la percepción de que las políticas monetarias ya no son efectivas para preserva las estabilidad de precios. Esa acción coordinada, concluye el estudio, debe estar orientada a estimular la demanda y reducir el exceso de capacidad.

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