La neutralidad en la Red en EE UU, pendiente de los tribunales
Nuevas prácticas comerciales desafían las reglas aprobadas en defensa de la red abierta por el Gobierno federal hace más de un año
Mientras que en Europa se acaba de aprobar el reglamento para la neutralidad de la Red, en Estados Unidos hace ya un año que entró en vigor la normativa que la protegía. Pero uno de los mayores proveedores de Internet ha demostrado, una vez más, que la tecnología siempre va por delante de las regulaciones. La aplicación de las nuevas normas pueden verse afectadas, además, por un caso pendiente en los tribunales y por el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre.
Este verano, una Corte de Apelaciones federal ratificó que las compañías proveedoras del acceso a Internet como Comcast, AT&T o Verizon, no pueden discriminar entre el tráfico que navegan por sus redes. En una sentencia que respalda el objetivo mismo de la neutralidad en la red, los jueces reiteraron la prohibición a distinguir entre el tráfico de datos de correo electrónico, por ejemplo, o de voz y vídeo, y tampoco se podrá ajustar la velocidad de descarga al precio que pague el usuario.
Ese caso puede terminar en los próximos meses en el Tribunal Supremo, si una de las compañías decidiera apelar el resultado. Y quizás no estén solos. En los últimos meses han aumentado las críticas contra el plan de datos “sin límites” que ofrece T-Mobile y que, según la organización Electronic Frontier Foundation —una de los mayores defensoras de la neutralidad en la red— incumple las normas aprobadas por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) en junio de 2015.
El plan anunciado por T-Mobile ofrece la descarga ilimitada de datos, siempre que el usuario consuma vídeos en streaming con un resolución media. En un principio, la empresa no estaría violando la neutralidad en la red, ya que ajusta la calidad de la conexión al precio que paga el consumidor. Las normas federales aprobadas por la FCC establecen que “un proveedor puede ofrecer un plan en el que el usuario recibe una cantidad fija de datos, a una velocidad concreta, y otro conjunto de datos a una calidad inferior”.
Sin embargo, desde la EFF argumentan que la calidad de la conexión ofrecida por T-Mobile depende del precio y del tipo de contenido que descarga, en este caso el vídeo, por lo que se estaría discriminando contra un modelo específico de datos. Los defensores de la neutralidad en la red rechazan esta práctica conocida como “embotellamiento” porque consideran que los proveedores podrían dar prioridad a contenidos de vídeo propios y designar las conexiones más lentas a los de la competencia.
La falta de claridad por parte de la FCC ha abierto la puerta a que algunas empresas experimenten con ella. Organizaciones pioneras como la EFF aseguran que podrían querellarse contra T-Mobile para forzar una protección mayor de la neutralidad en la red. Si esto ocurre, o si el fallo de la Corte de Apelaciones llega al Supremo, el futuro de un Internet abierto en Estados Unidos dependerá también del resultado de las elecciones de noviembre.
Mientras que la demócrata Hillary Clinton ha prometido afianzar los pasos dados por el presidente Barack Obama y ha promovido regulaciones a favor de la neutralidad desde hace más de una década, su rival aún no se ha pronunciado. El republicano Donald Trump apenas ha mencionado esta normativa en un mensaje de Twitter de hace más de dos años y su campaña no ha especificado qué políticas quiere implementar al respecto.
Los estadounidenses han oído a Clinton prometer el acceso a Internet en todos los hogares del país para 2020, pero deben remitirse a las últimas acciones de su partido para adivinar qué podría hacer Trump. Los republicanos han hecho una dura oposición a la neutralidad por considerarla una injerencia innecesaria por parte del gobierno federal en un ámbito empresarial, y la de su compañero de candidatura, el gobernador de Indiana Mike Pence. El aspirante a vicepresidente respaldó en 2011 la propuesta para terminar con la neutralidad en la red impidiendo que la FCC extendiera sus regulaciones en el sector.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.