¿En qué ciudad del mundo se vive mejor? ¿Y peor?
Melbourne ocupa el peldaño más alto de la clasificación de The Economist Intelligence Unit's. Ninguna urbe española está en el top 10
Melbourne es, un año más, la ciudad con más calidad de vida. Así lo ha sentenciado la última edición del Liveability Ranking 2016, el informe que elabora The Economist Intelligence Unit's cada año. La urbe australiana lleva un lustro ocupando el peldaño más alto de la clasificación, seguida a escasa distancia por Viena, la mejor valorada del Viejo Continente y número uno según la clasificación de Mercer para trabajadores expatriados. En la última posición de la lista, conformada por 140 metrópolis, está Damasco: la capital de Siria es la ciudad que más posiciones descendió en los últimos cinco años. Ninguna ciudad española está en el top ten.
El informe se construye a partir de 30 variables, tanto cuantitativas como cualitativas, agrupadas en cinco macrocategorías: estabilidad, salud, cultura y medio ambiente, educación e infraestructura. Cada una tiene un peso diferente a la hora de asignar la puntuación, que oscila entre uno y 100, donde 100 se considera “ideal” y uno “intolerable”. Este año, el análisis de The Economist Intelligence Unit's hace particular hincapié en la seguridad, y señala la violencia, en particular el terrorismo, las guerras civiles y los disturbios, como la causa de las notas más bajas y de las principales variaciones negativas en las puntuaciones. La unidad de análisis solo ha publicado las primeras y últimas 10 ciudades de la lista, así como las 10 urbes que más han mejorado o empeorado su puntuación. En ningún caso aparecen localidades españolas.
Las ciudades australianas y canadienses lideran la clasificación: seis de las primeras 10 poblaciones mejor valoradas se encuentran en uno de estos dos países. Detrás de Melbourne y Viena, separadas por tan solo una décima en la nota final, se sitúan las canadienses Vancouver, Toronto y Calgary. En sexta y séptima posición se vuelven a encontrar otras dos metrópolis australianas: Adelaida y Perth. El octavo lugar está ocupado por la vecina Auckland, en Nueva Zelanda. La top ten la cierran dos localidades europeas: Helsinki, en Finlandia, y Hamburgo, en el norte de Alemania.
En el extremo opuesto de la lista está Damasco, la peor ciudad donde vivir con una nota de 30,2 sobre 100, lejos de los 97,5 puntos conseguidos por Melbourne. Las demás urbes que ocupan los últimos 10 lugares de la lista están, es su mayoría, en África y Asia. En el lugar 139 se sitúa Trípoli, capital de Libia, con una puntuación de 35,9. Le siguen Lagos, en Nigeria, Dacca (Bangladés), y Puerto Moresby (Papúa Nueva Guinea). En el puesto 134 vuelve a haber una urbe norteafricana: Argel. Un peldaño más arriba se encuentra Karachi (Pakistán), Harare (Zimbabue), Douala (Camerún) y Kiev (Ucrania), en el puesto 131.
Ciudades medianas con bajos niveles de violencia
Una escasa densidad de población, una superficie mediana y unos bajos niveles de violencia. Esta parece ser la receta para conseguir una elevada calidad de vida: seis de las 10 ciudades que encabezan la clasificación presentan estas características. Las ciudades grandes, convertidas en centros de negocios internacionales, como Tokio, París, Londres o Nueva York, son al contrario víctimas de su propio éxito, señala el informe: aunque obtengan buenas notas, la elevada concentración de personas puede sobrecargar las infraestructuras y aumentar la criminalidad y por ende empeorar la calidad de vida.
La ciudad que más mejoró su calidad de vida fue Teherán, en Irán
Las ciudades que más mejoraron su nota, sin embargo, no son las mejores posicionadas. La urbe que más acrecentó su puntuación fue Teherán, en Irán: en cinco años, su calificación subió en un 5%, aunque siga posicionándose en el lugar número 126 de 140 en la clasificación general. Dubai experimentó un avance parecido, del 4,6%, al igual que Harare, en Zimbabue, Abdijan, en Costa de Marfil, Ciudad de Kuwait y Katmandú. Pese a que se trate de ubres que se ubican en la mitad más baja de la clasificación, su prestación fue positiva en el último lustro, sobre todo por la mejora en los índices de seguridad.
Un año marcado por el terrorismo
El informe subraya como la amenaza terrorista, en algunos países, ha agravado problemas ya preexistentes y sangrantes, como las guerras civiles de Libia o de Siria. Ciudades como Baghdad o Kabul, sin embargo, no han sido incluidas en la lista, donde solamente se encuentran las urbes que eran consideradas relativamente estables hace unos años. En este sentido, las metrópolis que más posiciones han descendido no son necesariamente las que se encuentran al final de la clasificación, sino las que han experimentado el mayor deterioro en las condiciones de seguridad y estabilidad civil.
En este marco, y después de Damasco (cuya calificación disminuyó en un 26%), Kiev es la ciudad que más puntuación perdió, hasta un 25%, seguida por Detroit, con una rebaja en la nota del 5,7%. Las ciudades estadounidenses, en general, han sufrido un deterioro en su valoración debido a los recientes disturbios relacionados con los asesinatos de ciudadanos negros y las tensiones con la policía. Moscú, por su parte, registró un descenso en la nota del 5,6%. Le siguen Barhain, Trípoli, San Petersburgo, París, Atenas y Caracas.
En general, la puntuación media global en cuanto a estabilidad ha descendido en un 2,4% en el último lustro, pasando del 73,7% de 2012 al 71,3% de este año. En cambio, la variación en calidad de vida solo ha disminuido en un 0,9% en el mismo periodo. Las ciudades que se encuentran en la parte final de la lista presentan —excepto Douala, en Camerún—, una puntuación inferior a 50 en cuanto a estabilidad. Lagos, afligida por la amenaza terrorista de Boko Haram, es la urbe que cosecha el peor resultado en esta categoría, al obtener tan solo un 10, por debajo del 15 de Damasco.
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