La deuda pública española crece y marca su mayor nivel en más de un siglo
Las administraciones acumulan pasivos por valor del 100,9% del PIB tras sumar en junio otros 18.549 millones de euros
La deuda pública subió en junio en 18.549 millones, alcanzando un total de 1,107 billones de euros, la mayor cantidad de la historia en términos absolutos. En porcentaje de PIB, la ratio de endeudamiento se situó en el 100,9%, una cifra récord que supera incluso el 100,5% anotado en marzo, fecha en la que se rebasó por primera vez en más de un siglo la barrera del 100%. Desde el año 1909, cuando según consta en cálculos históricos la deuda tocó el 102% del PIB, no se registraba un nivel más alto que este mes de junio.
Fuentes del Ministerio de Economía señalan que hay que tener en cuenta la elevada estacionalidad del calendario de deuda, que puede arrojar puntas y caídas en el saldo deudor debido a las diferencias entre las fechas de emisiones y las de amortizaciones. Los principales vencimientos tienen lugar en enero, abril, julio y octubre.
Una vez se consideran estos factores, Economía insiste en que el crecimiento de la deuda mantiene su trayectoria de desaceleración iniciada en 2013, de forma que se logrará cumplir con el objetivo fijado en el programa de estabilidad en el 99,1% a cierre de 2016. Es decir, se bajará este porcentaje por segundo año consecutivo gracias sobre todo al crecimiento del PIB, que diluye el peso de la deuda.
Economía insiste en que el crecimiento de la deuda se desacelera desde 2013
Dudas de la Comisión
Sin embargo, la Comisión Europea discrepa y no cree que el Gobierno consiga bajar este año en tres centésimas la ratio de deuda. Según sus previsiones, el Reino de España acabará el ejercicio con la deuda en el 100,3% del PIB. Aun así, Economía reitera que los costes históricamente bajos hacen sostenible la deuda. O lo que es lo mismo, estos pasivos en parte se sostienen por la intervención del BCE en los mercados, las cuales han abaratado las rentabilidades de los títulos hasta mínimos nunca conocidos, perforando incluso el suelo de los tipos a cero en las emisiones a corto.
La deuda pública española mantiene una imparable escalada desde 2009, a razón de unos 80.000 millones de euros más por ejercicio. Ese año alcanzó el 52,7% del PIB, frente al 39,4% anotado tan sólo un año antes. Y a partir de ahí continuó ganando puntos con enorme velocidad hasta atravesar la barrera del 90% en 2013. Este año sobrepasó en marzo, por primera vez en más de un siglo, la frontera del 100%. En abril volvió a relajarse por debajo de ese hito, pero en mayo y junio ha retomado con fuerza la senda alcista.
La serie del Banco de España da comienzo en 1994. Y sólo hay estadísticas recogidas por organismos oficiales desde 1964. Sin embargo, historiadores especializados en economía como Francisco Comín han realizado una labor de reconstrucción de la serie de endeudamiento de las Administraciones desde 1850, y estiman que 1902 fue el último año en el que la deuda rebasó el 100% del PIB. Hasta ahora.
A lo largo de la historia de España, la reducción de deuda sobre PIB se ha podido hacer por hasta cuatro vías: una, a fuerza de privatizaciones como hicieron los Gobiernos de Felipe González y José María Aznar. Sólo que ahora queda bastante poco que el Estado pueda poner a la venta. Dos, aumentando la deuda privada, lo que elevaba el PIB y disminuía el peso de la deuda, tal y como ocurrió durante los mandatos de Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, en estos momentos la deuda privada es tan alta que no deja margen para esta opción.
La tercera vía consiste en imprimir billetes y crear inflación, algo que ya no se puede hacer desde Madrid porque ese poder se encuentra en Fráncfort, en manos del Banco Central Europeo. Y la cuarta posibilidad es impagar la deuda como hizo, por ejemplo, Felipe II. Una práctica que suele disparar los intereses a la hora de volver a endeudarse y que tampoco depende del Gobierno de España en la medida en que pertenecemos al club del euro. Ahí se ha impuesto la doctrina de Alemania, que para reequilibrar las cuentas ha exigido al sur de Europa una consolidación fiscal y una devaluación interna que recobre la competitividad y permita, poco a poco, ir pagando las deudas. Desde luego, un proceso que se antoja bastante más arduo y lento.
Durante los últimos doce meses, el conjunto de pasivos de las Administraciones Públicas ha engordado en 50.064 millones de euros, un incremento anual del 4,7%. Por tipos de deuda, el Tesoro de España debe 80.433 millones en valores a corto plazo; 823.891 millones en títulos a medio y largo plazo, y 202.963 millones en créditos no comerciales y otros.
De acuerdo con las cifras de Eurostat, España tiene el dudoso honor de ser el sexto país con más deuda pública en relación al PIB de la Unión Europea, sólo superado por Grecia (176,3%), Italia (135,4%), Portugal (128,9%), Chipre (109,3%) y Bélgica (109,2%).
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