La economía de Estados Unidos tiene dificultad para repuntar
El crecimiento en el segundo trimestre fue peor de la anticipado y dificulta una nueva subida de tipos de interés
La actividad económica en Estados Unidos no consiguió rebotar en el segundo trimestre, al crecer a una tasa anualizada del 1,2%. Es solo cuatro décimas más que en el arranque de 2016. Este ritmo de expansión es peor, por tanto, de lo que esperaba Wall Street y está muy por debajo del potencial. La debilidad del indicador quita argumentos para que la Reserva Federal decida subir los tipos de interés en septiembre, y posiblemente este año.
La aceleración tras la salida del invierno fue mínima. Es más, el crecimiento en el primer trimestre fue más débil de lo que se dijo hasta ahora, al recortarse del 1,1% al 0,8%. El correspondiente al segundo trimestre está sujeto aún a dos revisiones más, por lo que aún hay margen para que mejore. El consenso de mercado confiaba en esta primera lectura una expansión del 2,6%.
Hay un motivo que explica esta expansión tan anémica. Las empresas están mostrando mucha cautela, hasta el punto de registrarse la mayor caída en las inversiones desde la crisis. El recorte fue del 3,2% y anuló en parte el repunte del 4,2% en el consumo privado. La evolución del gasto de los hogares, que representa dos tercios de la economía, dobla el que se registró en el primer trimestre.
Los mercados esperaban un ritmo de expansión más próximo al potencial, para disipar algunos temores sobre la salud de la economía. Pero un ritmo tan bajo en el segundo trimestre crea dudas sobre el rendimiento que tendrá en la segunda mitad del año. Las empresas no parece que tengan intención de invertir más. También cayó la actividad en el sector inmobiliario y los inventarios.
El dato de crecimiento se conoce dos días después de que la Reserva Federal decidiera dejar los tipos intactos entre el 0,25% y el 0,5%. Aunque indica que los riesgos disminuyeron, optó por la cautela a la espera de tener más pruebas que justifique un segundo paso hacia la normalización de la política monetaria. Su previsión es que la actividad económica se expanda a un ritmo “moderado”.
Los indicadores más recientes mostraron que EE UU avanza. Eso podría sentar las bases para que en la reunión de septiembre se defina la guía que llevaría a un alza de tipos pasadas la elecciones presidenciales. El acta de la última reunión permitirá ver con más claridad cuál es la posición de los miembros. Janet Yellen intervendrá después en el simposio de banqueros centrales en Jackson Hole.
Pero el ritmo de crecimiento actual sabe más bien a poco y podría dar nuevos argumentos al candidato republicano a la Casa Blanca para cargar contra las políticas del actual presidente, Barack Obama. La marcha de la economía es uno de los elementos principales de la campaña electoral. La demócrata Hillary Clinton trata de mostrar una visión más optimista de la realidad.
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