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Indar está más enchufado

El grupo vasco da un salto con la fabricación de generadores eléctricos de mayor tamaño

Pedro Gorospe
Generador de energía eléctrca de 10 metros de diámetro fabricado por Indar.
Generador de energía eléctrca de 10 metros de diámetro fabricado por Indar.

Indar, la firma guipuzcoana de diseño y fabricación de motores y generadores eléctricos, sube la apuesta. Va a pasar de mandar en el segmento de los de tamaño medio, los denominados compact, con el 30% de la cuota mundial —exceptuando China—, a competir en el segmento de los generadores de gran tamaño, los denominados large. Hace unos meses entregaron un generador de 10 metros de diámetro para una central en Torrejón el Rubio (Cáceres) y ahora han logrado un contrato en Bolivia que, según resalta el consejero delegado de la compañía, Alex Belaustegi, “nos convierte también en actores principales en el subsector de grandes generadores”. Se trata del proyecto Miguillas. Indar va a equipar los generadores que suministrarán potencia a la Empresa Nacional de Electricidad de Bolivia (ENDE). El valor del proyecto asciende a 350 millones euros, en una planta cercana a la ciudad de Cochabamba, e Indar ha firmado un contrato por 11 millones de euros. La central aportará recursos equivalentes al 14% del total instalado en el Sistema Interconectado Nacional de Bolivia y es el segundo macroproyecto hidroeléctrico que Indar acomete en el país, después del recientemente entregado para la central de Misicuni, para el mismo cliente. Unas cien personas trabajarán en la planta central de Beasain durante dos años para sacar adelante este proyecto.

 Seguir al cliente

La empresa vasca, que pertenece al grupo Ingeteam, ha optado por una estrategia de acompañar a sus clientes allí donde van en su expansión internacional. “Les proporcionamos trajes a medida en sus desarrollos particulares. Hemos superado ya la fase de producto y sabemos dónde está nuestro valor añadido”, apunta el director de desarrollo de negocio, Pedro Garciandia. En la planta de Beasain tienen capacidad para hacer piezas de hasta 300 toneladas, y a todas les aplican tecnología propia. En el sector de generación eléctrica, Indar cuenta hoy día con una capacidad instalada en el mundo superior a los 25 GW, que equivalen a la potencia eléctrica instalada en Perú y Chile.

Pero además tiene instalaciones productivas en Milwaukee (Estados Unidos), Ciudad de México y Segorbe, en Castellón, y una red de ventas en más de 45 países. Sus productos se centran en la generación hidroeléctrica, eólica y energía estacionaria, con motores de combustión, gas y de vapor, así como sistemas de propulsión eléctrica, y generación de planta para todo tipo de buques e impulsión del agua a través de bombas y motores sumergibles.

En el sector de bombas sumergibles, Indar es una de las tres firmas mundiales seleccionadas para proporcionar 34 grupos motobomba a la compañía eléctrica del sur de Nevada, Southern Nevada Water Authority. Se trata del proyecto Lake Mead para Las Vegas, Nevada, que está llamado a suministrar agua a 8,5 millones de viviendas, unos 34 millones de personas, cada día.

Este macroproyecto asciende a 650 millones de dólares y terminará en 2020 para garantizar el abastecimiento de agua a clientes en Nevada, Arizona y México que beben del río Colorado. Indar participa en la fase más crítica, la de impulsar el agua hasta el sistema de distribución desde lo más profundo del lago con bombas sumergibles de gran tamaño. Indar es líder mundial en fabricación de motores sumergibles para accionamiento de bombas de dragado. En 2015, sus directivos presentaron una de las aplicaciones más avanzadas que tienen en su catálogo, los motores silenciosos de propulsión principal, que impulsan, entre otros, los denominados ferris de última generación y buques de investigación oceanográfica.

Indar, que terminó 2015 con una facturación de 156 millones de euros y 875 empleados, volvió a los beneficios en 2011, después del incendio que en 2008 destruyó una buena parte de sus instalaciones.

La estrategia de organizarse por negocios y diversificar sus productos les está dando resultado. En 2006, con 701 empleados, su facturación fue de 92 millones. Solo dos años después, las ventas repuntaron hasta los 214 millones, con 937 empleados. “Hemos renacido como el ave fénix”, precisa Belaustegi, tras explicar que el incendio que destruyó parcialmente las instalaciones de Beasain y la crisis han supuesto un auténtico reto para la organización.

En 2011 la firma volvió a los beneficios y en 2015 las ventas fueron de 156 millones, y los empleados, 875. “Salimos reforzados de aquel hecho que destruyó la mitad de la planta de Beasain”, subraya.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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