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La Administración envejece de golpe

En 2009, un 42% de los empleados de los ministerios tenía 50 años o más; ahora son un 62,8%

José María Morillo (izquierda) y Domingo Garrido empezaron a trabajar en la Base Aérea de Cuatro Vientos de Madrid en 1972.
José María Morillo (izquierda) y Domingo Garrido empezaron a trabajar en la Base Aérea de Cuatro Vientos de Madrid en 1972.BERNARDO PÉREZ
J. A. Aunión

La Administración es un reflejo de la sociedad, dice el profesor de la Complutense Jorge Crespo. Así que, si la sociedad española se hace mayor, como es el caso, la Administración también. Pero la crisis ha acelerado enormemente el proceso; ha sido como esa experiencia traumática que deja de golpe el pelo cano y echa encima varias décadas en unos pocos años: en 2009 el 42% de los empleados públicos de los ministerios (funcionarios y laborales) tenía 50 años o más; ahora es el 62,8%.

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Las restricciones a la contratación marcadas por el Gobierno central (solo se reponían uno de cada 10 retiros entre 2011 y 2014) para contener el déficit han adelgazado la nómina de empleados públicos en más de 117.000 efectivos desde 2009 (contando todas las administraciones), agravando el escenario de jubilaciones masivas que se espera para los próximos 15 años.

Mientras tanto, los servicios públicos serán prestados por plantillas con “dilatada experiencia” —el profesor de Ciencia Política y de la Administración Jorge Crespo prefiere este término—, lo cual tiene cosas buenas (conocimientos acumulados, neutralidad, imparcialidad) y malas (es una plantilla más cara, menos permeable a los cambios tecnológicos…), añade el experto.

Entre todos los ministerios, el más veterano es el de Defensa, con un 78% de empleados civiles de 50 o más años. En la Maestranza de la Base Aérea de Cuatro Vientos, especializada en reparación y mantenimiento de helicópteros, la edad media de sus 326 empleados es de 55 años. “Desde luego, no hay nadie menor de 30”, cuenta José María Morillo, miembro del comité de empresa por UGT. Morillo empezó en 1969 a estudiar para convertirse en mecánico del Ejército del Aire y llegó a Cuatro Vientos en 1972; en la fotografía aparece sobre un helicóptero Puma junto a su compañero de promoción Domingo Garrido.

A medida que se fueron reduciendo los efectivos (la última oferta importante en la maestranza fue en 1992 y desde 2008 han entrado seis personas mientras se han retirado 150), iban llegando contratas, pues el trabajo había que seguir haciéndolo, explica Morillo. Pero esas aportaciones externas también adelgazaron cuando el dinero escaseó por culpa de la crisis (el presupuesto de Defensa ha un 27%, en 2.100 millones, desde 2008), con lo que creció la presión para unas plantillas mermadas y envejecidas, añade: “Y claro, aumenta el absentismo, las bajas por enfermedad y la gente está deseando jubilarse cuanto antes, aunque pierda dinero”. El propio Morillo se retirará el próximo enero, a los 63 años.

“Se degrada la prestación de los servicios”, se queja el secretario de Administración General del Estado de UGT, Carlos Álvarez Andújar, que también advierte de la rápida “descapitalización” que se avecina. Precisamente, lo que preocupa al profesor Crespo es “la pérdida de efectivos de alta función pública o estratégica, es decir, aquella que tiene capacidades para asesorar a los políticos y generar diseños de implantación de políticas”. Lo mismo ocurre, continúa, con “los empleados públicos de alta cualificación en sectores muy específicos cuyo mercado español es muy reducido o incipiente (piénsese de determinadas especialidades médicas, tecnológicas, universitarias…)”.

Rápido y generalizado

Las cifras del 62,8% de mayores de 50 años se refieren solo a los ministerios —no hay datos por edades de otros estamentos en el boletín de empleo público que saca cada seis meses Hacienda—. Y se presupone que las administraciones autonómicas y municipales son más jóvenes, sin embargo, los datos de empleo en todo el sector público de la Encuesta de Población Activa confirman un envejecimiento rapidísimo y generalizado: los mayores de 50 años han pasado de ser el 25,5% a ser el 40%. Son unas 584.000 personas de esa edad que se jubilarán en los próximos 15 años. Otro ejemplo es la Universidad, un sector en el que los expertos ya dieron la voz de alarma hace casi una década, cuando los profesores mayores de 50 eran el 36% en los campus públicos, por los problemas de la falta de recambio generacional; en el curso 2014 eran ya casi la mitad: el 48,3%.

El Ministerio de Hacienda, quien marca cada año la oferta de empleo público, reconoce las cifras y asegura que, en cuanto se ha podido, ha abierto la mano. En 2015 se aumentó al 50% la tasa de reposición en áreas esenciales y se sacaron 11.000 plazas, y en 2016 se ha alcanzado la tasa de reposición al 100% en algunas áreas y han sacado 13.500. “Esperemos que podamos llegar a reponer todas las jubilaciones en cuanto podamos”, dice una portavoz del ministerio.

La hora de los opositores

Las jubilaciones masivas de los próximos lustros vendrán acompañadas, previsiblemente, de importantes y sostenidas ofertas de empleo público. Y eso ya se está notando en los centros de formación especializados como Adams, según su directora de Empleo Público, Gloria Oliveros. Sin embargo, al igual que sindicatos como UGT o CSIF, Oliveros opina que las oposiciones deben ir acompañadas de un plan de recursos humanos "que analice y establezca las necesidades de las plantillas".

Pero el Ejecutivo central, por el momento, no lo contempla. A diferencia del Gobierno vasco que, ante la previsión de que un 65% de sus empleados se retire de aquí a 2030, aprobó en diciembre un plan de rejuvenecimiento que incluye concursos de traslados y el rediseño de la relación de puestos de trabajo para adaptarlo a las nuevas necesidades.

Para el profesor de la Complutense José María Rodríguez Montoya, especialista en gobernanza y gestión pública, es imprescindible una reflexión sobre “qué administración se necesita, sin dejarse llevar por los discursos manidos de que sobra o falta cosa pública”. Porque, advierte, al igual que las jubilaciones que se avecinan son fruto de oposiciones masivas en el pasado, la oferta de los próximos años, sin esa reflexión, causará el mismo problema en el futuro.

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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